Por Sebastián De Mitri*
Venezuela y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la derecha envalentonada y los intentos por desarticular todo tipo de integración regional que vele por la soberanía económica de los pueblos. Una lucha que sólo obtendrá resultados favorables para el pueblo si el protagonismo y la participación del mismo funcionan como motor para dar vuelta la estructura de un sistema desigual.
Es temprano y la fresca mañana no impide que cientos de personas de distintas organizaciones políticas, movimientos sociales y centrales sindicales se hagan presentes en la esquina de la cancillería argentina ubicada en el barrio de Retiro, para respaldar a la Canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Delcy Rodríguez, ante el intento por parte de Argentina, Brasil y Paraguay, de suspender al pueblo venezolano como miembro activo del Mercosur.
Delcy Rodríguez llega la esquina de Arenales y Esmeralda exigiendo el respeto al derecho legítimo de su nación como miembro pleno del Mercosur. Es que la Nueva Triple Alianza Neoliberal, realizó perversas maniobras para que Venezuela “no sea invitada” a la XI Reunión Extraordinaria del Consejo del Mercado Común (CMC), a lo que la canciller venezolana respondió con alto grado de dignidad que “Venezuela no necesita invitación para la reunión porque tiene el derecho de asistir. Si nos cierran las puertas, entonces entraremos por la ventana”. Cabe preguntarse entonces, por qué se le intenta cerrar las puertas del Mercosur al pueblo bolivariano. Podríamos creernos las palabras de la canciller argentina Susana Malcorra, cuando por la tarde expresaba frente a distintos medios que “De momento, la situación de Venezuela está congelada. Esperamos a que se pruebe que ha cumplido con los requisitos y vuelva a tener participación de pleno derecho”, pero ese cuento quedaría descartado frente a lo que es de público conocimiento: Venezuela ha adherido al 95% de las leyes del bloque en cuatro años, mientras que países fundadores como Brasil y Paraguay no llegaron al 50% en la incorporación de los requisitos, ni siquiera en 25 años. Queda entonces ser un tanto más desconfiados para no caer en la paranoia, e investigar qué es lo que se planea hace tiempo en el bloque derechista del Mercosur. No es necesario hacer una investigación a fondo, tan sólo basta con escuchar nuevamente a la canciller argentina cuando hoy señalaba que junto a Rodolfo Nin Novoa, José Serra y Eladio Loizaga –cancilleres de Uruguay, Brasil y Paraguay, respectivamente– trataron la agenda para el próximo semestre, en donde “serán prioritarios asuntos como las negociaciones por concretar un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea”. Fin del comunicado.
Tal vez esté de más aclarar que el proyecto de soberanía económica regional y apoyo mutuo entre los países latinoamericanos, (el cual Venezuela impulsa con fuerza hace años), es de total incompatibilidad con la economía liberal que se intenta orquestar desde las grandes potencias. A mayor apertura de los mercados, es menester que la vida del pueblo sea precarizada; sin este despeje en la ecuación, la fórmula no funciona. La derecha latinoamericana que responde al imperialismo yanqui profundiza cada vez más sus métodos para aislar a la Revolución Bolivariana, desde la guerra económica a la que se la somete al pueblo día a día, pasando por el manejo de los medios que alimentan un fervoroso odio hacia el chavismo, hasta llegar a la construcción de estas artimañanas que se dan fuera del marco legal del Mercosur.
En el transcurso de la jornada Marcha consultó al embajador de Venezuela en Argentina, Carlos Eduardo Martínez Mendoza, sobre la situación a la que se intenta someter a su país en el contexto de total adversidad para Nuestra América: “Esto ha sido otra nueva ilicitud que han cometido los diferente cancilleres del Mercosur para evitar que Venezuela asista y ejerza plenamente la presidencia pro témpore que ha tenido durante estos seis meses…” y la respuesta tuvo que ser interrumpida por el vergonzoso accionar de la Policía Federal que agredió a Delcy Rodríguez, acompañada por el canciller del Estado Plurinacional de Bolivia, David Choquehuanca, cuando intentaba entrar a la cancillería argentina. Rodríguez resulto golpeada fuertemente en un hombro, producto de lo cual tuvo que ser tratada en una clínica posteriormente. Un desproporcionado despliegue de las fuerzas policiales para recibir a la canciller venezolana se dio en el marco de una gran concurrencia por parte de distintos movimientos sociales, centrales sindicales y periodistas comprometidos con la Revolución Bolivariana, entre los que se encontraban el Frente Popular Darío Santillán, MP La Dignidad, Quebracho, Patria Grande, MOI en la CTA Autónoma, el periodista Carlos Aznárez (director de Resumen Latinoamericano), entre otros.
Venezuela, aunque desde otros gobiernos se intente imponer ilegalmente lo contrario, sigue y debe seguir siendo presidencia pro témpore durante el tiempo en que le corresponde. Cualquier otro escenario, vale aclarar, sólo puede darse en el marco de una serie de golpes blandos a los que se viene sometiendo a la tierra de Simón Bolívar hace tiempo.
En la política de arriba, los mecanismos para arrancarle la soberanía a los pueblos se actualizan según el grado de organización que este demuestre, pero esta relación no es un círculo cerrado. La manera que hoy encuentra el imperialismo para hacerse de un buen botín se teje con altos grados de perversidad, lo cual nos exige estar formados, convencidos y organizados de forma tal que, las minuciosidades que la clase dirigente intenta imponer en todos los ámbitos de la política, sean desarticuladas por el protagonismo y la participación popular, para que este sistema sea evidenciado en su falta de compromiso y voluntad por garantizar la vida digna de los pueblos.
*Militante del Frente Popular Darío Santillán y Agite Rebelión.
Nota relacionada: Suspensión de Venezuela del Mercosur: un síntoma de la desintegración regional