Opinión

Detrás del disfraz de la híper-modernización y de la supremacía moral, el gobierno de Javier Milei ha venido a producir un gran retroceso no solamente económico y político en materia de derechos sino además ético

La circulación de teorías, imágenes morales y el generar confusión, son parte de la estrategia que desde las utopías neoliberales buscan construir una realidad donde derechos son sinónimos de privilegios. Más allá de rupturas, el avance de la ultraderecha se sustenta en una narrativa histórica contra el estado de bienestar. Frente a ese escenario, ¿cómo defender los derechos más allá de una apelación a lo institucional?