Por Redacción Marcha
La derecha venezolana tomó las riendas del Poder Legislativo por primera vez desde la irrupción de la revolución bolivariana hace 17 años. Sin medias tintas, el nuevo presidente del Parlamento prometió que sacarán a Nicolás Maduro en seis meses. El pueblo chavista acompañó el revés en las calles. El símbolo de la jornada: la oposición descolgó los cuadros de Bolívar y Chávez.
En medio de movilizaciones chavistas y opositoras, este martes se instaló la nueva Asamblea Nacional venezolana, que tendrá vigencia hasta el año 2021. El dato principal es que por primera vez desde la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999 la oposición consigue la mayoría en el órgano parlamentario unicameral.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) obtuvo 112 diputados en las pasadas elecciones del 6 de diciembre. A pesar del repetido slogan del “cambio”, el elegido para ocupar la presidencia legislativa fue Henry Ramos Allup, veterano dirigente de Acción Democrática (AD), una de las toldas de la partidocracia tradicional que entró en crisis en la década de 1990 después del Caracazo. Crisis de legitimidad del modelo neoliberal que dio paso a la llegada de Hugo Chávez y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Si bien las 112 bancas le otorgan a la oposición los dos tercios para la mayoría calificada, ayer sólo pudieron asumir 109, ya que la semana pasada el Tribunal Supremo de Justicia dio lugar a la impugnación provisoria de los cuatro parlamentarios que ganaron por el estado Amazonas por irregularidades en los comicios. Uno de ellos es del PSUV, por lo que del lado del chavismo asumieron 54 de los 55 diputados electos. Si finalmente la Justicia decide repetir la elección en esa región, la oposición verá peligrar esa mayoría calificada, clave para sus intereses de desestabilizar al gobierno.
Tumbar a Maduro
El flamante presidente del Congreso no ahorró eufemismos para sincerar, una vez más, que jugarán sus cartas para hacer caer al presidente antes que cumpla su mandato: “El cambio que estamos proponiendo es constitucional, pacífico y democrático, ofrecimos que en un lapso de seis meses ofreceríamos un método para cambiar el gobierno por vía constitucional y lo cumpliremos”.
Ramos Allup también aseguró que su primera cruzada será promover una “Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional” que permita liberar a los políticos que fueron encarcelados por encabezar las “guarimbas” (acciones callejeras violentas) de 2014 que dejaron como saldo 43 personas fallecidas.
En sintonía, Julio Borges, jefe de la fracción opositora, afirmó: “En primer lugar una ley de amnistía y reconciliación para que no haya exiliados, ni procesados, ni presos políticos, para que nadie sea preso por pensar diferente en Venezuela”.
Precisamente la intervención de Borges fue lo que provocó la retirada de los diputados oficialistas, quienes consideraron que el orden del día se había cumplido y el derecho de palabra concedido luego de la juramentación de los secretarios viola el reglamento. El presidente saliente del Congreso, Diosdado Cabello, explicó que “haber permitido la intervención de Julio Borges una vez juramentados todos los miembros de la nueva directiva es una violación del reglamento ya que la sesión sólo fue convocada para la instalación de la nueva directiva. Ellos no respetan la Constitución, no respectan reglas”. Y remarcó que la Asamblea Nacional “puede aprobar las leyes que quiera” así como “el presidente de la República puede vetarlas, puede acudir al Tribunal Supremo”.
Sobre la Ley de Amnistía, Cabello sostuvo: “Lo que nunca ha ocurrido es que los asesinos se perdonen a sí mismos. Los asesinos preparan una ley para perdonarse a ellos mismos. Eso no ha existido en ninguna parte del mundo”.
Recientemente, el líder opositor Leopoldo López llamó abiertamente desde la cárcel a desconocer la Constitución y remover al presidente Maduro. “Si Maduro y el resto de las cabezas de los poderes secuestrados por una élite corrupta y antidemocrática torpedean el cambio, desconociendo por la vía de los hechos los resultados del pasado 6D, pues habrá que removerlos”, señaló en una carta.
Agenda desestabilizadora
La mayoría calificada también les permitirá a la oposición promover la censura de ministros, del vicepresidente, destituir al Contralor, elaborar o derogar leyes orgánicas, reformar la Constitución, convocar a una Asamblea Constituyente, entre otras facultades.
Pero además de la agenda legislativa, algunos sectores de la derecha pondrán todas sus fichas a la convocatoria de un referéndum revocatorio contra el presidente cuando cumpla la mitad de su mandato. Este último punto es clave y materia de debate dentro de la oposición venezolana, con sectores que presionan para que a mediados de año la ciudadanía decida la continuidad de Maduro.
En paralelo a la asunción, miles de manifestantes se movilizaron en las afueras del palacio de Miraflores en apoyo al proceso bolivariano. Mientras, en el recinto parlamentario, diputados opositores retiraban los cuadros de Bolívar y de Chávez, en lo que fue todo un símbolo de la jornada y de la compleja etapa que se abre para la Venezuela bolivariana.