Por Camila Parodi. El mandatario paraguayo, Horacio Cartes, presentó al Congreso Nacional su renuncia. Se trata de una nueva maniobra para poder asumir al legislativo como senador el próximo 1 de julio. Un nuevo capítulo de la serie del estado paraguayo donde la realidad política imita ficciones.
El caso de Cartes es por la excepcionalidad, de misma forma que el de Duarte Frutos en 2008, ya que este encabezó la lista de senadores en las elecciones y ganó una banca activa a asumir en el mes de junio. En ese sentido, teniendo en cuenta que la asunción del nuevo presidente es en agosto, Cartes para entrar al Congreso de forma activa debe por lo pronto dejar de ser presidente. Es por eso, que en los capítulos anteriores el mandatario del Poder Ejecutivo manifestó via twitter sus intenciones de colocar a quién en ese entonces era jueza de la Corte Suprema Alicia Pucheta como su vicepresidenta. El 11 de abril tanto desde el Poder Legislativo como desde el Judicial -encabezado por la propia Pucheta- aceptaron su pedido y candidatura como senador.
El pasado 30 de abril, como se había anunciado, Pucheta renunció a su lugar en la Corte Suprema asumiendo de esta manera como vicepresidenta de Horacio Cartes. Y de ser aceptada la renuncia del actual mandatario, Pucheta, se convertirá en la primera mandataria en la historia del país. Sin embargo, ese no puede ser el titular que tape el bosque, será una candidatura fugaz hasta que Benítez asuma el 15 de agosto. La renuncia fue presentada por uno de los más leales senadores cartistas, Juan Darío Monges. Ahora resta que Senado evalúe la nota presentada por el jefe de Estado en la tarde de ayer y acepte (o no) su pedido. Hasta el momento, no hay claridad sobre los votos en la Cámara Alta de forma tal que no habría seguridad hasta el día miércoles donde se decidirá.
Pucheta representa al establishment paraguayo de misma forma que todos sus aliados. En términos simbólicos no está de más entrever el rol de las mujeres en la política paraguaya, Pucheta entra en escena para tapar huecos y ponerle la cara a los últimos meses del gobierno narcosojero que más ha ajustado la vida de las y los que menos tienen y ni hablar de la criminalización y persecución de quienes luchan y resisten a su política.
Si bien la maniobra era conocida y esperada por la mayoría de su audiencia, para el analista y periodista paraguayo Jorge Zárate, el accionar llevado a cabo por Horacio Cartes en el día de ayer tiene a su vez otro trasfondo. En ese sentido, Zárate explicó para Marcha “se trata de una estrategia de blindaje con los fueros de por medio para evitar los ataques concretos que se le vendrán encima por sus actividades como contrabandista de cigarrillos”. Por su parte, recordó “los vínculos con probados lavadores de dinero como Darío Messer, un prófugo de la justicia brasileña, actor principal del Lava Jato, al que el hasta hoy presidente definió como “mi hermano del alma” lo ponen en evidencia”. Y ante el posible tratamiento de su pedido en el Congreso manifestó “las huestes de Benítez analizan si les conviene que jure, Fernando Lugo, que preside el Congreso ya anunció el voto en contra de su bancada y también un sector del Partido Liberal hará lo propio” es así que “hasta el momento se entiende que Cartes asumiría” sin embargo recordó a las y los fanáticos del periplo paraguayo “pero todo puede suceder en un mes en la política de Paraguay”.
A pesar de la desprolijidad y evidente corrupción conocida en el gobierno de Cartes tras el golpe de estado a Fernando Lugo, cada pieza se coloca con precisión, en ese marco Zárate recordó “vale decir que Cartes, si consigue jurar como senador el 1 de julio próximo, tendrá una bancada propia en el Congreso que utilizará para presionar al mandatario electo, Mario Abdo Benítez”. En ese contexto, las respuestas de las organizaciones y sindicatos no tardaron en llegar y éstos “se preparan para responder mañana en una movilización frente al Congreso ante la presentación de un proyecto de ley que según el gobierno es para proteger los fondos previsionales pero que da mucha discrecionalidad a sus autoridades, cuestión que hace temer por los casi 4 mil millones de dólares que deben garantizar las jubilaciones de los paraguayos” destacó el periodista. A su vez, “se esperan las protestas contra el juramento de Cartes el 1/7 y también contra la asunción de Benítez el 15/8 pero todavía falta mucho para acciones unitarias entre campo y ciudad, a pesar de que se comprende la necesidad de caminar hacia allí” afirmó Zárate.
Como si esta ficción hubiera atendido los reclamos de su público, tras años de pedir la renuncia de Cartes por tratarse, ni más ni menos, de la cara visible de un proceso electoral enmarcado en el golpe de estado como así también ejecutor de las políticas de neoliberales, la renuncia llegó a escena. Pero no como era esperada por el campo popular, es decir para dar inicio a un nuevo acontecimiento democrático. Al contrario, se reinventa en un nuevo capítulo que, lejos de aportar novedad anticipa una repetición de escenas corrupción, complicidad, privatización y muerte.