Por Ana Villar y Alberto Britez. La historia de Rubén Villalba es el símbolo del proceso de apropiación de las tierras en Paraguay y la persecución al campesinado que lucha por recuperarlas. En el penal de Tacumbú, Marcha conversó con uno de los 12 acusados por el caso Curuguaty.
Cuando Rubén Villalba se aproximaba a Curuguaty –ciudad a 250 kilometros de la capital Asunción- a cumplir junto a otros cuatro campesinos presos políticos la prisión domiciliaria otorgada tras 59 días de huelga de hambre, no imaginó que la Justicia paraguaya desempolvaría una causa de 2008 para hacerlo retornar al penal de Tacumbú.
Villalba, Nestor Castro, Adalberto Castro, Felipe Benítez y Arnaldo Quintana son cinco de los 12 presos políticos encarcelados injustamente por intentar recuperar aquellas tierras usurpadas por la empresa Campos Morombí, de la familia del difunto exsenador colorado Blas N. Riquelme, una de las personas más ricas del país.
Estas tierras que reciben el nombre de Marina Kue –debido a que la armada paraguaya las ocupó entre los años 1967 y 1999- fueron el escenario donde tuvo lugar la resistencia de campesinos y campesinas el 15 de junio de 2012 que se cobró la vida de 11 campesinos y seis policías, hecho que sirvió como principal pretexto y factor desencadenante para el golpe a Fernando Lugo siete días más tarde.
El empresario Riquelme se apropió en 1969, en plena dictadura stronista, de 50 mil hectáreas de tierras en el departamento de Canindeyú. Desde la caída de la dictadura en 1989 y hasta el día de hoy, los campesinos de la zona continúan luchando por dos mil hectáreas cercanas a las tierras mal habidas de Riquelme, quien, no conforme con las miles de hectáreas obtenidas durante la dictadura, las ha usurpado para el cultivo de soja.
Ante esta situación,la Fiscalía, al servicio de los poderosos, abrió como única línea de investigación la muerte de los policías, acusando a 12 campesinos a partir de argumentos sin sustento y con pruebas adulteradas. Estos campesinos, hoy presos políticos, se hallan a la espera del juicio oral que se iniciará el próximo 26 de junio. Todos ellos se encuentran bajo prisión domiciliaria salvo Rubén Villalba, quien espera desde el penal de Tacumbú que se haga Justicia.
-¿Cuáles fueron los motivos de su retorno al penal de Tacumbú?
-Hace 25 años que estoy luchando por la tierra, y por ello sufriendo persecución a manos de terratenientes brasileños, paraguayos y sus sicarios. Cuando vivía en la colonia Santo Domingo, esto fue en los años 2007 y 2008, zona del asentamiento Pindó, distrito de Yasy Kañy, entraron tres brasileños a la zona y comenzaron a plantar soja, al principio rodeando nuestra comunidad y posteriormente al interior de la comunidad misma. Nuestros animales comenzaron a morirse producto de las fumigaciones y nuestra salud comenzó verse afectada.
Los brasileños envolvieron la comunidad con sus sojales, ampliaban cada año el territorio de cultivo avanzando así sobre el territorio de la comunidad, alquilando o comprando directamente las tierras. Un paraguayo comerciante de la zona fungía de prestanombre para el proceso legal, ya que las tierras pertenecían al INDERT y no podían ser tituladas a nombre de extranjeros.
Es así que, como comunidad, tras distintos intentos de frenar esa situación por todos los canales posibles, nos decidimos actuar para frenar esa lógica de producción que venía atentando contra la salud de la comunidad y el medio ambiente. Una comitiva fiscal y policial, sin mostrar orden judicial, llegó hasta nuestra comunidad Pindo, tomando fotos de las casas y cultivos. En todo momento amedrentaban a las familias, decían que teníamos que abandonar esas tierras, cosa que no estábamos dispuestos a hacer. En este momento yo me encontraba en mi casa, no me encontraba entre quienes reciben a la policía y la fiscalía. La comunidad enfrentó este atropello fiscal-policial de manera pacífica pero decidida, solicitando que la delegación se retirara del lugar, hubo forcejeo con algunos policías, quienes intentaron disparar al aire en presencia de niños y niñas.
Por defendernos contra las fumigaciones me acusan por coacción grave y privación en el año 2008. Este es el caso por el que me devuelven a Tacumbu, el caso Pindo no tiene que ver con la causa de Marina Kue, pero sí con toda la lucha por la tierra en Paraguay.
-Luego de haber atravesado una terrible masacre, estado encarcelado, 59 días de huelga de hambre, ¿qué implica estar de nuevo en el Penal de Tacumbú?
-Mucho dolor. Me golpea tanto, fue un golpe muy duro. Estar llegando después de tanto sacrifico, de casi 60 días de huelga de hambre al fin a encontrarme con mi familia, mi compañera, mi hijo y que ahí me digan que tengo que volver, por una causa anterior, fundada en la misma complicidad entrela Justiciaparaguaya y los terratenientes que pretenden ser los dueños del Paraguay. Una causa por la cual nunca me habían citado en todos estos años y ahora la sacan a la luz como parte de la persecución política de la que somos víctimas por intentar que las cosas sean más justas.
-¿En qué estado está la causa Marina Kue?
-Por el caso Pindo, en los próximos días tengo una audiencia preliminar en el Palacio de Justicia, donde mi defensa pedirá mi sobreseimiento, mi libertad sobre este caso. Por la causa Marina Kue, mis compañeros y compañeras en prisión domiciliaria y yo iremos a juicio oral desde el 26 de junio, a dos años de haber ocurrido el hecho. Lo que exigimos nosotros es que antes de que se inicie el juicio primero es esclarezca la titularidad de las tierras de Marina Kue. El que tiene que actuar aquí es el INDERT, solicitando en los registros públicos la titulación de estas dos mil hectáreas a nombre del Estado para que sean destinados ala Reforma Agraria.Esto quiere evitarlo la empresa Campos Morombi, con chicanas judiciales y amedrentamiento en la zona de Yby Pyta, donde está Marina Kue, ya que la definición de la titularidad anularía todo el juicio. Este es el punto clave de la causa.
-¿Qué importancia tiene las posibles acciones que puedan emprender los distintos colectivos y organizaciones de otros países para acompañar esta causa?
-La solidaridad internacional es fundamental. Necesitamos que todos nos unamos en el reclamo común de que no inicie el juicio sin que esté aclarada la titularidad de la tierra, sólo de esa manera vamos a poder responder esta pregunta que nos acompaña a todos desde aquellos nefastos sucesos: ¿qué pasó en Curuguaty?
-¿Algún mensaje al pueblo argentino?
-Nuestro más profundo agradecimiento por la solidaridad. Nosotros sabemos que las cosas que pasan aquí, también pasan allí. Es por eso que es muy importante la solidaridad y la unidad entre nuestros pueblos, como hemos visto plasmada todo este tiempo acompañando nuestra lucha. Y también la unidad al interior del país. Las distintas organizaciones y colectivos que en distintas puntos del continente y el mundo estamos intentando transformar esta situación de injusticia y desigualdad en la que estamos sumidos los pueblos, debemos mantenernos unidos.
Nota: Con posterioridad a esta entrevista, el presidente del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) de Paraguay, Justo Cárdenas, anunció que se reconocerán formalmente como públicas las tierras de Marina Cué, donde sucedieron los hechos del 15 de junio de 2002.