Por Daniela Valla. La cronista comparte su experiencia tras conocer a las distintas Asambleas Ambientalistas de Vecinos y Vecinas ubicadas en la Cordillera a la altura de Catamarca. En esta entrega, la lucha de la Asamblea de Fiambalá y la importancia de su continuidad.
Nicolasa y Cacho viven hace tiempo en Fiambalá, un pueblo de Catamarca pegadito a la Cordillera. Unas cuantas banderas en la entrada de su casa llaman la atención de quienes caminan por esa calle. “Si a la vida, no a la minería” “Fiambalá Despierta”, dicen. Así es que nos acercamos, curiosas de saber de qué se trataba, de conocer que estaba pasando. Nos reciben, cálidos, con unos mates y nos cuentan un poco la historia: vienen luchando hace 10 años, desde 2007.
No son los únicos en el territorio, también se encuentran la Asamblea El Algarrobo, en Andalgalá; la Asamblea El Chañar, en Belén; la Asamblea Yokavil, en Santa María; las y loss Autoconvocados por la Vida, en Tinogasta; lxs Vecinos de Londres, en Belén; las y los Vecinos de Anquincila, en Ancasti; y el Colectivo Sumaj Kausay, en San Fernando del Valle de Catamarca; todas estas organizaciones en lucha y resistencia contra las mineras que se han instalado o proyectan hacerlo en tierras catamarqueñas.
Nicolasa y Cacho nos cuentan que hace unos años, en el pueblo de Tinogasta quisieron instalar una mina de Uranio y las y los vecinos organizaron un corte de calle, fueron reprimidos con balazos de goma por parte de la policía pero lograron hacer oír su voz e impedir la instalación de la mina. A su vez, en Andalgalá funciona desde 1997 “La Alumbrera”, una mina a cielo abierto de donde se extrae oro y cobre. Allí, desde la Asamblea el Algarrobo se viene denunciando y exigiendo el cierre de la mina, la cual no ha beneficiado al pueblo pero si le ha dejado la contaminación, provocando serios problemas ambientales y de salud.
Ahora, en Fiambalá quieren instalar una mina cerca del Pissis, segundo volcán más alto de la tierra, donde encontraron Litio en las lagunas y salares de altura. El proyecto se llama “Tres Quebrada” (3Q) y la exploración la realiza la empresa Liex S.A, aprobada por el Gobierno de Catamarca, sin licencia social para este proyecto, dado que no se realizó la debida audiencia pública en relación al mismo. Por lo tanto, las y los vecinos están organizándose para denunciar dicha situación e impedir la instalación de la mina.
Fiambalá no dice “no a la minería”, sino que plantea que la mina la tienen que trabajar las personas que viven en esas tierras, buscando maneras de extraer y tratar los minerales de forma no intensiva, sin agotar el agua y ni contaminar a los pueblos. Afirman que las vecinas y los vecinos tienen que aprender el trabajo y que el recurso es de ellxs.
También, denuncian el accionar de las empresas mineras quienes suelen pagar las regalías al Estado por la extracción de un mineral y se llevan diversos, fuera del país. Saquean la tierra. El pueblo nunca resulta beneficiado. Hay sospechas sobre la “compra” de delegados (los intendentes de los pueblos chicos) para que les digan a las personas del pueblo que la mina es buena, que no contamina y que va a generar trabajo. Prometen, de esta forma, puestos de trabajo pero contratan personas de otros lugares. Ni siquiera consumen mercadería del pueblo. Tienen sus propias proveedurías en las minas. Lo que si dejan es la contaminación.
En las minas metalíferas a cielo abierto, construyen “diques de contención” donde depositan los residuos tóxicos y químicos. Sin embargo, eso se filtra por la tierra y llega a las napas, contaminando el agua. En el caso de la extracción de litio de salares, contaminan las napas de agua dulce por las profundas perforaciones que realizan para bombear la salmuera que contiene el litio; a su vez, se evaporan millones de litros de agua a la atmósfera en las piletas de evaporación. De la cordillera es de donde llega el agua al pueblo. En el caso del proyecto “Tres Quebradas” pretenden extraer litio de un bello lugar de la cordillera, hay lagunas de hermosos colores que forman parte de un Sitio Ramsar protegido internacionalmente.
Por otra parte, el litio es toxico, los trabajadores de las minas deben tener protección en sus ropas y no deben llevar las prendas a lavar a sus hogares porque las partículas toxicas viajan en la ropa de la gente que trabaja en la mina hasta el pueblo y enferman a las personas con las que están en contacto aunque estas no trabajen en la mina. Este mineral, además de ser utilizado para la fabricación de baterías para aparatos electrónicos, es usado como medicamento para tratar desórdenes mentales, por lo cual, se han efectuado varios estudios sobre sus efectos y toxicidad en el cuerpo humano. Según el Centro Medico de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, donde se estudian sus efectos terapéuticos, se señala como síntomas de intoxicación graves: problemas gástricos, como diarrea, vómito, náuseas; daños en la coordinación de manos y piernas, temblores musculares y oculares, mala pronunciación, problemas de memoria. El cuerpo trata de procesar el metal, lo que provoca fallas renales, pérdida de sales corporales y una posible tendencia a la sicosis, por esa misma causa.
Por eso, las vecinas y los vecinos se organizan. Y dicen “Fiambala.. Despierta!”, apostando a visibilizar, informar, construir conciencia en otras vecinas y vecinos del pueblo, y luchando contra la instalación de la mina en el Volcan Pissis, reclamando la soberanía sobre sus territorios, sus recursos, su vida y la de sus pueblos.