Por Aníbal Garzón
Primera parte del análisis especial que presenta Marcha sobre los PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España), los países de Europa del Sur que hoy sufren por las políticas de austeridad del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Acá, los casos de Grecia y Portugal.
Cerdos es el significante traducido de un acrónimo despectivo originario en lengua inglesa (PIGS) que fue acotado por medios financieros anglosajones, como Financial Times, para referirse a los países de la Unión Europea (UE) con supuestas fragilidades en el crecimiento económico y debilidades para hacer frente a la crisis de 2008. Estos países concretamente son los ubicados en Europa del Sur (P)ortugal, (I)taly, (G)reece, (S)pain. En 2011 también se incluyó a Irlanda tras sufrir una crisis destacable con el resto de Europa (PIIGS).
Se vuelve necesario analizar políticamente qué ha sucedido en estos países PIIGS tras cumplir las recetas neoliberales dictadas desde la UE y organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM) para -supuestamente- hacer frente a su crisis de modelo. En los últimos 2 años, desde febrero de 2014, 4 de los 5 países PIIGS han realizado Elecciones Generales o Presidenciales.
Grecia
El país heleno ha sido uno de los más afectados por la crisis de 2008 y donde la intervención de la Troika (Banco Central Europeo, Consejo Europeo y FMI) fue más extrema. Tres llamados Rescates se han aplicado hasta el momento, siendo el primero en 2010. En Grecia se construyó paralelamente a la aprobación de Planes de Rescate, perdiendo acción el Estado del Bienestar a favor de la privatización mercantil, alternativas políticas a los pactos de los partidos mayoritarios que ejecutaban esa política.
Justamente los dos partidos históricos del Poder heleno que jugaron desde la caída de la dictadura con el binomio Izquierda-Derecha, el socialista PASOK y el conservador Nueva Democracia, hicieron un Pacto Legislativo Nacional en Junio de 2012, acompañados del partido minoritario Izquierda Democrática, con el fin de hacer frente a la crisis cumpliendo las directrices de la Troika. Este pacto desde arriba y dejando de lado las dolencias diarias y crecientes de la mayoría del pueblo griego con la Austeridad finalmente produjo lo que las estadísticas iban marcando meses anteriores en un país cada vez más ingobernable, el terremoto de la victoria electoral de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) en las elecciones de Enero de 2015.
La izquierda antiausteridad, antineoliberalismo, la más cercana a la vieja socialdemocracia de los años posguerra mundial en Europa Occidental, pero que actualmente es contrahegemonía neoliberal, rompió finalmente con ese bipartidismo caduco. Un terremoto que movió tierras helenas. Aún así, posteriormente las presiones de la Troika, Consejo Europeo y de la misma poderosa canciller Alemana Angela Merkel, derrumbaron el proyecto antihegemónico de Syriza aprobándose el Tercer Plan de Rescate. La izquierda antineoliberal europea, tras enfocar su inmenso apoyo a la resistencia inicial de Tsipras contra la Troika, finalmente acabó desmotivada padeciendo incluso las dimisiones de políticos de moda como el Ministro de Finanzas Yanis Varoufakis o la expresidenta de la cámara de diputados Zoi Konstandopulu.
Portugal
Otro terremoto se dio en el país lusófono e ibérico. Portugal celebró elecciones parlamentarias el pasado 4 de octubre para elegir a sus 250 diputados. Después de 4 años de un parlamento controlado por el partido centroderechista y neoliberal, Partido Social Demócrata (PSD), los resultados de 2015 abrieron la posibilidad de un pacto de los partidos de izquierda para controlar la mayoría del parlamento; Partido Socialista, Bloco de Esquerda y Partido Comunista, aún habiendo sido la primera fuerza el PSD. La madre del pacto tripartito, con sus grandes diferencias ideológicas y estratégicas en sus programas, era cortar con el programa de Austeridad que se inició en 2011. Ese valor pudo hacer como Presidente al socialista António Costa.
Era impensable en Portugal construir un pacto de esa magnitud ya que no se dio en los últimos 40 años desde la Revolución de los Claveles (1975). El enfrentamiento histórico entre comunistas y socialistas mantenía grandes brechas, pero el proyecto estructural contra la Austeridad tenía prevalencia en ese momento. En abril de 2011 el mismo gobierno socialista de José Socrates firmó un Plan de Rescate con la UE y el FMI de 78.000 euros para hacer frente a los indicadores de déficit y deuda pública. Un plan que tuvo todo el apoyo del principal partido de la oposición, PSD, marcándose también entre la histórica Izquierda y la Derecha un Pacto Económico Neoliberal. Ese Plan llevó a la privatización de diferentes empresas públicas y las intervenciones estatales privilegiadas en empresas privadas con opciones de veto por parte del Estado como si fuera principal accionista.
A todo esto, y a diferencia de Grecia, el PS que fue iniciador del Pacto de Austeridad con la UE ha sido justamente el mismo que ha provocado el terremoto hacia la Izquierda, rompiendo el pacto económico del Poder histórico bipartidista, para intentar llevar a cabo una nueva Hoja de Ruta Antiaustera pactando con dos fuerzas políticas más a la izquierda. Posiblemente una justificación es que la misma militancia socialista analizó como los indicadores de riesgo de pobreza no paraban de crecer con la aplicación de las políticas macroeconómicas neoliberales de la Troika afectando en 2014 casi al 19,5% de la población, 0,8% más respecto a 2013.
El nuevo gobierno portugués de izquierdas consiguió la aprobación por parte de la CE de su Presupuesto de 2016 el pasado 5 de febrero, aunque la comisión le dio el toque para que mantenga el déficit público bajo control a favor del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE, mientras han empezado a activarse otros mecanismos para evitar el proyecto de antiausteridad en Portugal. Aún así, algunas hipótesis dicen que Costa pudo conseguir la aprobación por “amenazar” con el bloqueo de la aprobación del Brexit (pacto especial de la UE con Reino Unido). Si es así, la diplomacia portuguesa consiguió una victoria pero solo a corto plazo.
Las presiones contra el plan de Antiausteridad de Costa se han iniciado, no con visibilidad política como con Grecia sino con presiones económicas. Los inversionistas han empezado, como respuesta, a aumentar las tarifas de préstamos de Portugal. Además, la prima de riesgo en Portugal se disparó a 400 puntos, nivel más alto desde diciembre de 2013. Incluso el mismo Ministro de Finanzas Alemán, Wolfgang Schaeuble, amenazó a Portugal de las consecuencias que tendrá si se aleja de las sendas reformas y ajustes de la UE.
En definitiva que la Antiausteridad no es legítimo en la Unión Europea aunque el pueblo portugués en su mayoría haya decidido esa política, y el mismo PS haya girado hacia la izquierda. Otro país “cerdo” está en el punto de mira de Bruselas. Se verá durante los próximos meses si Costa cumple con lo prometido a sus votantes y a la izquierda portuguesa. De no hacerlo tendrá grandes problemas en su pacto con el BE y PCP, pero si lo cumple la UE activará todos sus mecanismos de bloqueo contra cualquier proyecto contrahegemónico. Algo que conoció Grecia durante 2015.