Por Fátima Monasterio y Francisco Parra
El mandatario boliviano concluyó 9 días de gira por Europa, donde obtuvo importantes apoyos a la demanda marítima con Chile, además de acuerdos comerciales con Alemania y Francia. Próximo al referéndum por la reforma constitucional que le permitiría ser reelecto por cuarta vez consecutiva, Evo consolida la imagen del país andino en el contexto internacional.
Durante 9 días Evo Morales estuvo de gira por Alemania, Irlanda, Francia e Italia. Y volvió al país andino con dos importantes e inéditos respaldos a la postura boliviana en La Haya, en el marco del litigio marítimo con Chile. Tanto la canciller alemana Ángela Merkel como el mandatario francés Francoise Hollande llamaron a buscar una salida negociada al conflicto, postura que defiende Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia, mientras que Chile se niega a reconocer la existencia de temas pendientes entre ambos países.
Merkel, además, se declaró “impresionada” por los logros realizados durante el mandato del Morales en materia económica y social. Y elogió también el “notable desarrollo y avances en la lucha contra la pobreza”.
Pero no solo fueron apoyos en palabras. Morales regresó a Bolivia con dos acuerdos comerciales con Alemania por 43 millones de euros para emprendimientos productivos, agropecuarios y la formación de profesionales en las áreas de energía, gestión de agua y aprovechamiento del litio; el interés alemán por la construcción de un tren bioceánico que atravesará Brasil, Bolivia y Perú y de un tren eléctrico en Santa Cruz; el cierre de acuerdo de compra de turbinas con la empresa alemana Siemens y la francesa Total, que potenciarán las termoeléctricas de Tarija, Santa Cruz y Cochabamba, además de instalar oficinas en Bolivia para dar apoyo técnico a proyectos energéticos; seis acuerdos bilaterales con Francia para fortalecer el desarrollo social y económico de Bolivia; la compra de 13 radares de última tecnología en Francia para combatir el narcotráfico y dos títulos de doctor honoris causa en las universidades de La Sapienza en Italia y de Pau en Francia, por su dedicación a la unidad del movimiento indígena, defensa de derechos humanos y liderar el proceso de cambio en Bolivia.
El mandatario boliviano se ha esmerado por presentar la imagen de una “nueva” Bolivia. Y los números parecen respaldarlo: desde que inició su gestión en 2005, logró reducir la pobreza extrema de 38% a 18% y en el actual contexto de recesión económica que afecta a América Latina por la caída de los precios de materias primas, ha sostenido un crecimiento económico sobre el 5%.
Según declaraciones del ministro de hidrocarburos, Luis Alberto Sanchez, la gira del presidente Morales tuvo resultados positivos traducidos en millones de dólares de inversión. “Ahora ven a Bolivia en el exterior como centro energético y eso permite atraer propuestas de inversión para participar en el negocio de energía que perfila el país”, dijo.
Continuidad del extractivismo y re re elección
La gira en busca de nuevas inversiones fue en momento preciso. La economía del país andino y los programas sociales impulsados por Morales dependen de los precios del petróleo, que han caído considerablemente en el último tiempo. El propio mandatario ha reconocido que durante 2015 recaudarán un 38% menos de ingresos que en 2014.
La agenda del gobierno boliviano se enmarca en la continuidad de la agenda extractiva en la región, criticada tanto en países neoliberales como progresistas como una política que afecta el medio ambiente y ahonda la dependencia de los países de la región.
La situación es especialmente contradictoria en Bolivia, país que en su Constitución reconoce y defiende los derechos de la naturaleza. En agosto, Evo Morales aprobó los decretos de ley 2366 y 2298, que permiten la actividad petrolera en áreas protegidas y reduce el proceso de consulta previa con comunidades locales a 45 días. Esto se suma al subsidio anunciado al sector petrolero para exploración, que alcanza los 3 mil 556 millones de dólares.
Y la gira parece confirmar que el camino trazado por Morales y García Linera es más y más extractivismo. El ministro de economía Arce Catacora recalcó que la visita al viejo continente “ha sido histórica y muy importante para el país”, especialmente por los acuerdos con las grandes petroleras Total y BG, que han comprometido mayores inversiones para mejorar la exploración y para aumentar las reservas hidrocarburíferas del país.
La suscripción de un preacuerdo con Total compromete una inversión de al menos 1.000 millones de dólares para la exploración de reservas gasíferas que alcancen trece trillones de pies cúbicos (TCF) hasta el 2019. La petrolera francesa desarrolla operaciones en Bolivia desde el año 1996, en el ámbito de la exploración y producción de hidrocarburos. Es operador de los bloques Ipati y Aquio ambos con trabajos de exploración sísmica 3-D.
De igual manera, la empresa británica British Gas –que opera en Bolivia desde 1999 y que actualmente explota los yacimientos de La Vertiente, Escondido, Los Suris y es socio en Margarita e Itaú- reafirmó su compromiso de inversión en Bolivia, la misma que alcanzaría los 500 millones de dólares de lograr resultados positivos luego del primer año. Antes de finalizar el año, la petrolera iniciará la exploración sísmica 2D en el área Huacareta Norte, con un costo inicial de 50 millones de dólares.
Las actividades petroleras de estas empresas predominan en el chaco boliviano, área con mayor afectación por la actividad gasífera en el territorio y que posee características tanto climáticas como ecológicas que la convierten en un espacio frágil y expuesto a la generación de impactos potenciales producto de la implementación de proyectos hidrocarburíferos. A esto se suma el hecho de que, en muchos casos, son implementados en territorios indígenas donde habitan, entre otros, comunidades guaraníes, quienes sufren el alto impacto socioambiental que va desde la degradación del aire, la falta de agua, la deforestación, la degradación del suelo y enfermedades a personas y animales, hasta la vulneración de sus derechos colectivos, división de las organizaciones y las desigualdades sociales que genera la intromisión de las empresas petroleras.
Pero estos temas no son parte de la agenda de Morales, quien busca ganar apoyo internacional en medio del debate interno boliviano por las propuestas de reformas constitucionales. El próximo 21 de febrero se realizará un referendo que le permitiría al mandatario Morales repostularse para una cuarta gestión en 2019. El ex líder cocalero llegó al poder en 2006, siendo re electo en 2009 y 2014, superando incluso el 60% de la votación en las últimas dos.