Por Mariano D’Arrigo, desde Rosario. Familiares y compañeros de los jóvenes militantes asesinados el 1 de enero se movilizaron ayer ante las reiteradas amenazas y agresiones de bandas vinculadas al narcotráfico. Denuncian complicidad policial y exigen un “saneamiento profundo” de la comisaría del barrio Moreno.