La junta interna de ATE del INDEC presentó un informe que revela cuál es el monto que una familia de trabajadores y trabajadoras necesita para vivir dignamente. Por Agustín Bontempo.
El pasado 13 de febrero la junta interna de ATE-CTA del INDEC presentó el informe denominado “Cuanto debiera ser nuestro salario como mínimo”, en el que se destaca que para cubrir la Canasta Alimentaria Mínima y Otros Bienes y Consumos Mínimos, un hogar constituido por dos adultos y dos menores necesita al menos 12.227,9 pesos para poder vivir en condiciones óptimas. La presentación se llevó a cabo con motivo del octavo aniversario de la intervención al instituto en la puerta del organismo.
Un informe necesario
Todos los meses, cuando el calendario marca el día 13, las y los trabajadores del INDEC llevan adelante el abrazo simbólico al instituto de estadísticas contra la intervención que sufre el mismo. En dialogo con Marcha, Cynthia Pok, Secretaria de Formación de la CTA y ex delegada de ATE-INDEC desplazada por negarse a la manipulación de los datos de pobreza e indigencia, afirmó que “el informe se presentó al cumplirse los ocho años de la intervención, en el contexto del abrazo mensual. En este caso, contamos con la participación de varios sectores de la sociedad”.
Si bien la presentación arroja la cifra de 12.227,9 pesos como ingreso mínimo por hogar, cifra que se conforma por la suma de la Canasta Alimentaria Mínima por el monto de 3.922 pesos y por Otros Bienes y Consumos Mínimos a 8.305,9 pesos, el mismo informe da cuenta de que para que cualquier trabajador o trabajadora viva en condiciones deseables, ese debería ser el salario mínimo que se debiera percibir individualmente.
En esta línea, Pok aseguró que “es una herramienta porque cuando no hay estadísticas serias o confiables, esto nos permite afrontar la disputa salarial. Se pelea en la calle, pero faltan más herramientas para medir la evolución del salario o de la inflación. El informe se hace con la mejor información posible, pero es difícil de acceder a la misma”.
El método utilizado para realizar el informe cuenta con cuatro ejes. En primer lugar, contemplando que se considera una canasta mínima de bienes y alimentos, no de óptimos o deseables. También se evalúan valores equivalentes, contemplando las variaciones por hogares. En tercer lugar, se contempla el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de las tres regiones que publican de manera autónoma al INDEC central y son San Luis, Ciudad de Buenos Aires y Neuquén. Finalmente, se amplía al resto de las regiones del país contemplando las diferencias de precios.
“Ojalá no tuviéramos que hacer estos informes, pero surgen como muestra de una situación de destrucción de las estadísticas públicas. El INDEC está intervenido desde el 2007 y la manipulación de precios continúa”, sostuvo Pok.
El estudio contempla las diferencias
Ante las diferentes dificultades que se presentan en este contexto a la hora de realizar una medición confiable, el equipo técnico que afronta el desafío intenta ser lo más completo posible. Así es que Pok cuenta que “estas son cuentas construidas con un método de hace bastante tiempo, recalculando las canastas. Son precios corregidos con una metodología más completa, incluyendo la pobreza, la indigencia pero más modernos”. Además, aseguró que “la estructura de la canasta viene de una extensa discusión de un gran núcleo de nutricionistas, contemplando las diferencias por sexo y por edad. No hay un preconcepto patriarcal, ni arbitrariedades. También se ajusta a las necesidades de acuerdo a las prácticas culturales”.
Es importante destacar que en la sociedad actual, las trabajadoras son quienes más sufren la precarización laboral, con condiciones aún más inadecuadas que los hombres y con los salarios porcentualmente más bajos, incluso por la misma actividad. Es por esto que en el actual informe, según Pok, “la canasta resume tres ejes: las necesidades kilocalóricas, los alimentos que satisfacen esas necesidades y finalmente ajustado a las prácticas culturales. No hay una mirada patriarcal aunque pueda parecerlo”.
Siguiendo los resultados hasta aquí presentados, es evidente que la media salarial sigue siendo insuficiente, especialmente en los sectores más marginados. Por eso, como sostienen desde la junta interna de ATE-CTA del INDEC, “se sigue el camino de la lucha en todos los campos para poder recuperar las estadísticas públicas”.