El 10 de enero próximo debe asumir Nicolás Maduro como Presidente de la República Bolvariana de Venezuela y renovará, de esa forma, el mandato 2019- 2025 como resultado de las elecciones del 20 de mayo de 2018. Fueron las elecciones que tuvieron el nivel de abstención más alto en la historia de los comicios presidenciales desde la llegada de la democracia en 1958, sin embargo, la tendencia de quienes eligieron participar en las mismas fue clara: el 67,84% votó a favor de la continuidad de la Revolución.
No existe el escenario de un gobierno antichavista que abrace a las clases populares. Por eso, sin chavismo no habrá beneficio para el pueblo. Desde que Venezuela se encuentra en la mira de la política intervencionista de los Estados Unidos (y su lobby para la guerra y la sumisión), lo que pasa al interior del país sudamericano y que, indefectiblemente se traduce en el deterioro de las condiciones de vida de su población, se dirime en los ámbitos de disputa del gran poder de las Relaciones Internacionales. Por ejemplo, la Organización de Estados Americanos, los miembros del Grupo de Lima y las administraciones de Australia, Japón, Nueva Zelanda, República Dominicana y Suiza rechazaron primero la convocatoria a las elecciones 2018, aduciendo “falta de transparencia” y de “garantías” y afirmaron luego el no reconocimiento de sus resultados.
Las estrategias de los poderosos que odian y buscan terminar con el chavismo abarca todos los métodos. Desde el ataque/ bloqueo sobre la economía,el aislamiento y la criminalización diplomática, el cerco mediático, elecciones, golpe de Estado, insurrección con despliegue paramilitar combinado con un quiebre militar, hasta la preparación de un escenario de intervención internacional conjunta. Guarimbas y operaciones económicas para desabastecer y hacer sufrir a la población, sin ningún miramiento, fueron las más fuertes apuestas con las que el las derechas, subordinadas a EE.UU. buscaron socavar la voluntad popular, que a pesar de las penurias se mantiene firme en su decisión de sostener un gobierno popular,a pesar de las serias dificultades que atraviesan a la propia administración revolucionaria. Si bien, la posibilidad electoral parecía haber quedado descartada, luego de la victoria de Maduro, el asedio no terminó: ahora la estrategia es deslegitimar el resultado de las elecciones y sus consecuencias amenazan al pueblo.
Irrevocablemente libre e independiente
El Grupo de Lima está integrado por 12 países americanos: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú y se formó el 8 de agosto de 2017 en la capital peruana. Un grupo creado con aires neoliberales en la región para, según dicen, “encontrar una salida a la situación de Venezuela”, por fuera de lo que acontece en el propio país. Una situación que no sucedía hace muchos años, donde se respetaban los consensos internos. El pasado viernes, esta instancia multilateral emitió una declaración que incluso es contraria a los principios con los que fue creada: buscar una salida pacífica a la crisis en Venezuela. Así ante el inicio, el próximo 10 de enero de 2019, de lo que llamaron el “ilegítimo periodo presidencial del régimen de Nicolás Maduro”, ratificaron su “pleno respaldo y reconocimiento a la Asamblea Nacional”, según el grupo “elegida legítimamente” el 06 de diciembre de 2015, “como órgano constitucional democráticamente electo en Venezuela”. Lo que implica el desconocimiento del mandato de Nicolás Maduro, por parte de la mayoría de los países de la región, y a las elecciones que consagraron legítimamente a un presidente, al mismo tiempo parece un tácito acuerdo con la oposición fragmentada que viene atentando expresamente contra los intereses del pueblo venezolano. Solo es necesario detenerse y pensar a quienes beneficiaría esta medida.
La Declaración expresa además una serie de medidas que profundizan la estrategia de aislamiento que intentan ahogar la administración de Maduro y que atentan contra el pueblo venezolano. El espacio recae en un pedido que viola la soberanía de la nación sudamericana, evidenciando la estrategia intervencionista, instando a “Nicolás Maduro a noasumir la presidencia el 10 de enero de 2019 y a que respete las atribuciones de la Asamblea Nacional y le transfiera, en forma provisional, el poder ejecutivo hasta que se realicen nuevas elecciones presidenciales democráticas”. Es que la Asamblea Nacional tiene como Presidente a un opositor, Juan Guaidó del partido Voluntad Popular, recientemente asumido y quien, en su acto de investidura, llamó al Ejército a sublevarse contra el presidente Maduro, a quien calificó como “un dictador” y “usurpador” del Ejecutivo.
La respuesta desde Venezuela no se hizo esperar. “La Revolución Bolivariana llegó al poder por la vía democrática hace 20 años y se ha ratificado con 23 victorias electorales, la legitimidad nos la ha dado el pueblo con su voto. Aquellos que pretenden doblegar nuestra voluntad, no se equivoquen. ¡Venezuela Se Respeta!”, afirmó Nicolás Maduro en su perfil de Twitter. “Los proyectos neoliberales que enarbola la derecha en el continente son inviables, causan sufrimiento al pueblo latinoamericano, y más temprano que tarde, provocarán una nueva ola de transformaciones populares más radicales y revolucionarias”, agregó. “El pasado 20 de mayo el pueblo votó a favor de la Revolución Bolivariana, con un 68% de respaldo, y el próximo 10 de enero cumpliremos la voluntad popular, como lo dicta nuestra Constitución, la más democrática del mundo”.
El sistema electoral venezolano fue reconocido como el mejor del mundo -incluso por un ex presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter-, y el proceso electoral de mayo se llevó a cabo con la participación de todos los actores políticos que han seguido los procedimientos establecidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Representó los mismos de procesos anteriores, incluidas las elecciones de diciembre de 2015, cuando la coalición opositora triunfó en la Asamblea Nacional. Así lo afirmó el presidente del Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (Ceela), Nicanor Moscoso, quien reconoció la transparencia, blindaje, confiabilidad y carácter auditable del sistema comicial venezolano.
Para el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, los integrantes del Grupo de Lima están impulsando un golpe de Estado contra el Gobierno de su país,sin precedentes en la historia de la región. “Un grupo de países del continente americano (…) han acordado alentar un golpe de Estado en Venezuelaen un hecho sin parangón en la historia de la región al intentar desconocer tanto al Gobierno democráticamente electo como en las instituciones legítimamente constituidas”, expresó el ministro en declaraciones transmitidas a través del canal estatal Venezolana de Televisión. Además, destacó que el pasado 20 de mayo, Nicolás Maduro fue reelecto cumpliendo con todas las normativas electorales venezolanas, con el 67% de los votos validados por el Consejo Nacional Electoral y el 43,69% de participación popular. “El próximo 10 de enero el presidente Nicolás Maduro Moros tomará posesión legítima y constitucional de la presidencia de la república para el periodo entre los años 2019 y 2025 en perfecta sintonía, en tiempo,con lo establecido en la Constitución (…) para lo cual no requiere la venia de ningún Gobierno extranjero”, añadió Arreaza.
Días atrás, la Cancillería venezolana había rechazado la actitud intervencionista del secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo,quien en declaraciones a la prensa durante su visita a Brasil y Colombia, llamó a todos los gobiernos de la región a “cerrar filas” contra el pueblo venezolano. “Venezuela es irrevocablemente libre e independiente”, dice el comunicado. “(Pompeo) ha venido a América Latina a emitir órdenes directas a los Gobiernos subordinados a Washington, con el objetivo de que escalen sus agresiones”, se afirma. Se busca “procurar un cambio de régimen por la fuerza”, agregaron, “el Gobierno Bolivariano denuncia una vez más ante el mundo la descarada y reiterada intromisión de la Administración Trump en los asuntos internos de Venezuela, acompañada de chantajes y presiones a países de la región, en abierta violación de los principios más elementales del Derecho Internacional”.
De los 14 países que conforman el Grupo de Lima, 13 firmaron la declaración pidiendo a Nicolás Maduro dejar el poder y cederlo a la Asamblea Nacional. Solo uno optó por no plegarse a ese documento: México. Y este sábado, el presidente de ese país, Andrés Manuel López Obrador, defendió la decisión señalando que su política exterior se basará en el principio de “no intervención”. “Nosotros no nos inmiscuimos en asuntos internos de otros países porque no queremos que otros Gobiernos, otros países, se entrometan en los asuntos que solo corresponden a los mexicanos”, dijo en declaraciones a la prensa. La declaración que se dio a conocer el viernes no es un intento aislado. Vale recordar que en agostopasado, un atentado magnicida con drones pretendió asesinar a Nicolás Maduro, mediante una operación realizada durante un desfile en el centro de Caracas, su capital. A esta situación se suman los constantes ataques que llegan desde territorios colombianos, el contrabando, la llegada de fuerzas paramilitares para crear situaciones de violencia y caos y los constantes atentados y asesinatos a referentes de la Revolución bolivariana.
Venezuela se respeta
Pretender que el chavismo y la Revolución de la que es protagonista es solo la disputa por el gobierno, es invisibilizar el proceso cultural y el gran apoyo popular al proyecto que continúa a pesar de las presiones económicas y políticas que ansían convertir a la región en una uniformidad de expresiones neoliberales. El pueblo trabajador de las empresas recuperadas y ocupadas, así como de las empresas en sectores estratégicos de la economía; el pueblo campesino, sobre todo el que se encuentra produciendo, o intentando hacerlo, en predios recuperados por el gobierno; el pueblo comunero, protagonista del experimento político más avanzado de la revolución bolivariana; y el pueblo feminista, que lucha por la liberación delas históricamente oprimidas, seguirán resistiendo y sosteniendo las políticas públicas hoy amenazadas por el intervencionismo estadounidense y susaliados subordinados regionales. Y ante este contexto, se expresaron.
El de México, que fue el único gobierno de los países integrantes del Grupo de Lima en diferenciarse, destacó que “en fiel cumplimiento a sus principios constitucionales de política exterior” se abstuvo de “emitir cualquier tipo pronunciamiento en relación de la legitimidad del gobierno venezolano”, y llamó a un “diálogo incluyente (…) en un marco de paz, democracia y seguridad”. En este sentido, el mandatario de Bolivia, Evo Morales, celebró la posición de la Cancillería mexicana por defender el principio de no intervencionismo “y dejar sin apoyo los actos de golpismo diplomático encabezados por EE.UU. a través del Grupo de Lima”. “La democracia se sustenta en la paz, el diálogo y la autodeterminación de los pueblos”, agregó Evo en su cuenta en la red social Twitter. Por otra parte, la Cancillería de Cuba se pronunció a través de su ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, que ratificó su “invariable apoyo” a Venezuela y rechazó las “acciones injerencistas hacia esta hermana nación”, augurando “éxitos al nuevo mandato del presidente Nicolás Maduro”; mientras que el gobierno de Uruguay no se unirá a la declaración del Grupo de Lima y abogará por una respuesta basada en el diálogo, de acuerdo con información divulgada por el periódico uruguayo La República que cita fuentes de la Cancillería.
Por su parte, las Feministas del Abya Yala emitieron una declaración afirmando que “esta amenaza es también la acción previa a una posible agresión militar de Estados Unidos, la Unión Europea, y sus aliados en América Latina, como los gobiernos de Colombia, Brasil, y Argentina”. “Expresamos nuestra firme solidaridad con las mujeres y el pueblo de Venezuela, con su decisión de enfrentar las dificultades impuestas por un bloqueo inhumano, y por políticas de sabotaje internas y externas”, agregando que respaldan el derecho del pueblo venezolano a su autodeterminación e independencia política y económica, a la defensa de su soberanía, rechazando toda forma de intervención extranjera. “Rechazamos las acciones de los burócratas que pretenden sostenerse en determinados puestos de gobierno, saboteando desde adentro al proceso revolucionario del pueblo chavista”.”A las compañeras feministas, al pueblo de Chávez, les decimos que no están solas, no están solos. Vamos a parar la ofensiva fascista en el continente, respetando y respaldando a las decisiones autónomas de los pueblos. Viva la Revolución Bolivariana”.