Por Claudia Korol*
Estas notas están en clave de metáfora. En estas líneas Macri no es Mauricio, y Maduro no es solamente el heredero político de Chávez. Macri es -más allá de sus propios méritos e incapacidades- el gerente de negocios de las corporaciones transnacionales que gobiernan Argentina, y Nicolás Maduro es expresión de una parte significativa del pueblo chavista, que resiste los embates de la derecha continental y mundial.
En el duelo en curso, Macri se paró en la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, realizada en Paraguay, para reclamar por la libertad de los “presos políticos en Venezuela”, que es como nombra a Leopoldo López y a un grupito de golpistas y corruptos encarcelados por la justicia venezolana después de comprobarse su responsabilidad en la formación del criadero de “paracos” (agentes paramilitares) que actúan para desestabilizar a la revolución bolivariana.
Los días previos a la Cumbre, desde fuentes de la Cancillería argentina, se venía advirtiendo sobre la posible demanda de Macri de que se excluyera a Venezuela del Mercosur, aplicando la “cláusula democrática”. Respondiendo a esta injerencia en los asuntos internos de su país, Nicolás Maduro, en el programa de radio y TV “En contacto con Maduro” afirmó: “En Argentina ganó una opción ultraderechista, neoliberal, extremista, antilatinoamericana y profundamente antibolivariana. Macri es un burgués de la elite, y todo el gobierno que ha nombrado es la crema de la elite. Creo que le va a ir muy mal, señor Macri”. Y remató el duelo: “Que le responda el pueblo en las calles en su momento”. Por su parte Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, declaró que la canciller argentina, Susana Malcorra, pertenece a la CIA. ¿Exabruptos inmaduros, descabellados? Veamos…
LEOPOLDO Y MAURICIO, LOS NIÑOS RICOS
Mauricio Macri asumió la lucha por la libertad de Leopoldo López Mendoza como un auténtico cruzado del poder internacional. El mismo día del balotaje se pudo ver celebrando en el búnker de Cambiemos, en Buenos Aires, a Lilian Tintori, esposa del golpista venezolano. Vale recordar que Leopoldo López fue parte activa del golpe de Estado contra Chávez en 2002, hecho del que manifestó públicamente su orgullo, y que fue condenado a 13 años y nueve meses de prisión por haber alentado las “guarimbas” -protestas violentas contra el gobierno de Nicolás Maduro- que provocaron daños a diversas instituciones y 43 muertos entre la población venezolana.
Mauricio y Leopoldo tienen historias que pueden reflejarse en un mismo espejo. Ambos son hijos, nietos y herederos políticos de los grupos del poder económico de sus países.
Leopoldo López Mendoza es sobrino nieto de Eugenio Mendoza, que fue dueño de Cargill, del Banco La Guaira, Venepal, la cementera Vencemos. Es también familiar del empresario Lorenzo Mendoza, dueño de la empresa cervecera Polar, una de las empresas que llevan adelante la guerra económica contra la revolución bolivariana. Su dueño, dice la revista Forbes , es parte de los hombres más ricos de Latinoamérica, con un patrimonio personal aproximado de 2.7 billones de dólares.(1)
Mauricio Macri es heredero de una familia poderosa de Argentina. Su padre, Franco Macri, lidera uno de los grupos más importantes del país, con empresas en Argentina, Brasil y Uruguay, relacionadas con la construcción, la industria automovilística, el correo, la recolección de residuos y la industria alimentaria. El emporio Macri fue multiplicado durante la dictadura militar, que le permitió sumar 39 empresas a las siete que ya tenía, e integrarse a la llamada “patria contratista” por sus negocios con el Estado, y en particular por los favores del entonces presidente del Banco Central, Domingo Cavallo (sentado en las primeras filas el día de la asunción de Mauricio como presidente), quien estatizó la deuda privada de cientos de empresas.
LA “INTELIGENCIA” DE LA “NUEVA DERECHA”
Diferentes comentaristas se esforzaron en embellecer a esta “nueva derecha”, calificándola de “inteligente”. Pero no está demás la desconfianza sobre los orígenes de esa “inteligencia”.
Hacía tiempo que no se nombraba tan seguido la actividad conspirativa de las agencias de inteligencia gringas. El rol de la Usaid (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) y de la Fundación Nacional para la Democracia (NED) como instrumentos del intervencionismo yanqui, ha sido demostrado en varios países. ¿Paranoia política? ¿Una versión conspirativa de la historia? Sigamos…
El primo hermano de Leopoldo López, Thor Harlvorssen Mendoza, fundó en 2005 una ONG, Human Rights Foundation, con sede en Nueva York, que recibe financiamiento de la NED y de la Usaid, y que participó en procesos de desestabilización en países como Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Venezuela. La Human Rights Foundation, recibe dinero de las corporaciones financieras Black Rock, Citigroup, Goldman Sachs, Bank of America, JP Morgan, entre otras.
La periodista argentina Stella Calloni en un artículo publicado en Cubadebate , señala que la NED “ha sido denunciada por su trabajo en el golpe de abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez, como surge de documentos del gobierno norteamericano logrados por la intermediación del Freedom of Information Act”. Señala también que “en Venezuela la NED financia alrededor de quince organizaciones y partidos políticos como Súmate, Cedice, Liderazgo y Visión, la CTV, Asamblea de Educación, Primero Justicia, Proyecto Venezuela y Consorcio Justicia, entre otras”.
En Argentina, Stella Calloni denuncia los vínculos de la NED y de la Usaid con organizaciones como el Cadal (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina), la Fundación Libertad, Crecer y Crecer (antecesora de la Fundación Pensar, usina de cuadros del PRO), el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), el partido Unión por Todos de Patricia Bullrich (vinculado al grupo UnoAmérica) y la fundación Voces Vitales, de Laura Alonso (que recibía financiación del fondo buitre de Paul Singer). UnoAmérica (Unión de Organizaciones Democráticas de América), dirigida por el venezolano golpista Alejandro Peña Esclusa, presentó en la CIDH de la OEA una “denuncia” contra el gobierno de Evo Morales, por “delitos de lesa humanidad”. El esposo de Patricia Bullrich, Guillermo Yanco, preside el Instituto de Estudios Argentinos (Idear), miembro de la Red de Partidos Políticos, que tuvo activa participación en los intentos desestabilizadores de Argentina, Bolivia y Venezuela. En la Fundación del PRO, Pensar, participa también Julio Cirino, quien fue procesado por la Sala II de la Cámara Federal acusado de haber sido integrante del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército durante la dictadura, bajo el alias de “Jorge Contreras”, estando involucrado en la desaparición de militantes de Montoneros. Cirino dirigió el Grupo de Tareas 7 de la Central de Reunión de Información (CRI) del Batallón 601, teniendo estrechos vínculos con la embajada norteamericana.
Hoy varios de los personajes mencionados se encuentran en el gabinete macrista. Patricia Bullrich es la flamante ministra de Seguridad, y Laura Alonso es la jefa de la Oficina Anticorrupción. Otros son la inteligencia tras los bastidores.
La periodista Eva Golinger señaló que en el año 1984, el Congreso de Estados Unidos creó cuatro instituciones vinculadas a la NED: “El IRI (Instituto Republicano Internacional), el Instituto Demócrata Nacional (NDI), y dos brazos de los partidos de Estados Unidos, el Centro para la Empresa Privada (Cipe), para trabajar con los empresarios, y el Centro de Solidaridad con los Sindicatos”. Jean-Guy Allard denunció en un artículo que en el año 2002, en Venezuela el IRI “se dedicaba a engrasar descaradamente a distintos grupos antichavistas. El IRI participó activamente en operaciones de apoyo al golpe de abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez… Financió a Primero Justicia, el actual partido del delincuente Capriles Radonski, cómplice del asalto a la embajada de Cuba, y luego denunciado e inculpado por el fiscal Danilo Anderson, cobardemente asesinado”.
En Argentina, el PRO tiene una estrecha relación con el IRI. En el año 2007, Santiago O’Donell en su libro Argenleaks denunciaba que el entonces jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri, mantuvo reuniones con miembros de la embajada de Estados Unidos en Argentina. Macri -según detalla un cable enviado por el cónsul político norteamericano Mike Matera- aseguró que su fundación Crecer y Crecer trabajaba con el IRI y con la Fundación Konrad Adenauer, de Alemania, en la formación de nuevos liderazgos. Esta fundación dio origen al partido Compromiso para el Cambio, que en el año 2005 se fusionó con el partido de Ricardo López Murphy, ligado a la Fundación Libertad, dando origen al PRO.
Cuando flota todavía en el aire la denuncia sobre la canciller argentina, Susana Malcorra, realizada por el dirigente del PSUV Diosdado Cabello, quien expresó en su programa semanal de los miércoles, transmitido por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV): “Estuvo aquí, la recibí yo en mi oficina; es la CIA misma. Se la nombraron de canciller al señor Macri”, ha saltado un nuevo escándalo que la compromete. Se ha develado su papel en el ocultamiento de los abusos sexuales perpetrados por las fuerzas de paz de la ONU, los Cascos Azules, en la República Centroafricana. Según la revista estadounidense Foreign Policy , en su edición del 17 de diciembre, cuando Malcorra se desempeñaba como jefa de Gabinete del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, fueron denunciados los abusos sexuales realizados contra menores por las fuerzas de paz de Guinea Francesa, Chad y Guinea Ecuatorial, en un campamento de refugiados en la República Centroafricana. Para acallar esta denuncia, la actual canciller argentina persiguió al funcionario sueco Anders Kompass que fue quien hizo llegar esa información a las autoridades francesas.
DEL NO AL ALCA, A LA ALIANZA TRANSPACIFICO
Diez años atrás, en noviembre de 2005, se realizó en Mar del Plata una cumbre de presidentes histórica, en la que retomando la lucha de los movimientos populares de todo el continente articulados en el No al Alca, los presidentes, liderados por Hugo Chávez, con la decisión también del entonces presidente argentino Néstor Kirchner y del presidente de Brasil Lula Da Silva, dijeron “¡Alca al carajo!” rechazando el acuerdo promovido por Estados Unidos de apertura indiscriminada de las economías latinoamericanas y caribeñas, de modo subordinado a su hegemonía, tanto en materia económica, como política y militar.
Este es uno de los aspectos que quiere revertirse, con el impulso desde el gobierno argentino a la participación en la Alianza Transpacífico, que constituye en este momento el acuerdo internacional de libre comercio más grande de la historia. Este acuerdo, como hace diez años el Alca, promueve la precarización de las condiciones laborales, la destrucción de la industria local, la desocupación de los trabajadores producto del cierre de pequeñas y medianas empresas que no podrán competir con las multinacionales. Uno de los aspectos muy graves es el capítulo dedicado a los derechos de propiedad intelectual, que ampliaría las posibilidades de las grandes compañías farmacéuticas, prohibiendo la investigación científica autónoma de los países, y la venta de medicamentos genéricos, para favorecer a los grandes laboratorios.
EL CRUZADO Y SUS CRUCES
La preocupación de Macri por los derechos humanos, y su cruzada por la libertad de Leopoldo López, no pasaría de una fantochada poco creíble si no fuera porque los grandes medios de comunicación, los medios del poder, son parte de la misma y presentan a los golpistas, corruptos y asesinos, como líderes de la nueva democracia. No es casual que entre las nuevas medidas en estudio por el gobierno argentino, está el retiro de Argentina de Telesur.
Pero veamos las “formas democráticas” que tiene el cruzado para gobernar Argentina. En los primeros quince días de su gestión empresarial, antes de tomarse sus primeras vacaciones como presidente, ha resuelto temas trascendentes por la vía de decretos de necesidad y urgencia. Por ejemplo, avanzó en la medida anticonstitucional de designar a dedo a dos jueces de la Corte Suprema, saltando el acuerdo necesario en el Senado (luego tuvo que dar marcha atrás en esta medida). También por decreto modificó las funciones de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), creada por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual para regular el monopolio de las comunicaciones, y de la Autoridad Federal de Tecnología de la Información y de las Comunicaciones (Aftic), subordinando a esos dos organismos autárquicos a la órbita del Ministerio de Comunicaciones. Del mismo modo, anunció la revisión de los contratos de los empleados públicos, resolvió el levantamiento del cepo cambiario, la libre flotación del dólar, el levantamiento de las retenciones a la exportación de los productores del campo y de la industria, y se anuncia la eliminación o reducción de los subsidios al agua, la electricidad, el transporte. Esto significará una nueva contracción de deuda externa y una brutal transferencia de recursos hacia los sectores privilegiados del campo y la ciudad.
Continuaba todavía el eco del duelo en el Mercosur, y el reclamo del gobierno de Macri a Venezuela para que respete los derechos humanos, cuando la protesta de los trabajadores de la empresa avícola argentina Cresta Roca, que cortaban algunos carriles de la autopista Ricchieri, fue “resuelto” con un desalojo violento por parte de la Gendarmería. La actuación fue demostrativa de lo que en esos días se estaba anunciando: un nuevo decreto que establece la “emergencia nacional en seguridad”, la creación del Comité de Seguridad Humana para hacer frente a la protesta social. “Tolerancia cero a los piquetes” anunció Mauricio Macri, en lo que se describe como una política en la que hemos perdido el derecho a defender los derechos y que apunta a fortalecer las políticas represivas, para controlar la respuesta movilizada del pueblo argentino.
¿SEGURIDAD PARA QUIÉNES?
Dos hechos conmovieron el fin de año en Argentina. La fuga de tres presos que se encontraban en una cárcel de máxima seguridad, condenados por triple crimen en una sonada historia de tráfico de efedrina. “Casualmente” (y para gusto de los críticos del gobierno) uno de estos presos recién fugados había realizado un favor a la campaña electoral de Macri, acusando al ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, Aníbal Fernández, de haber instigado el crimen. En ese momento, Fernández competía por la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Oficialistas y opositores se acusan mutuamente de haber realizado operaciones de inteligencia que permitieron la libertad de estos mafiosos.
Este hecho, y el confuso episodio en el que primero se creyó haber encontrado a la nieta de Chicha Mariani, Clara Anahí (apropiada por los militares en la dictadura), que luego fue desmentido en medio de una perversa trama de conjeturas, hacen pensar en servicios de inteligencia activos e inescrupulosos, interviniendo en las políticas del poder. Está claro que el discurso central del partido del orden, el de la seguridad, no alude a los intereses de la mayoría de la población, sino sólo a los de las elites. Así como piden la liberación de Leopoldo López en Venezuela, “fugan” a los hijos del poder presos en Argentina.
PUEBLOS EN RESISTENCIA
A pesar de todos los golpes y contragolpes, nuestros pueblos siguen movilizados. En Argentina, hay convocatorias casi a diario para defender diferentes conquistas, derechos, logros. En Venezuela, la sociedad está alerta para sostener y reforzar el socialismo que nace en las comunas.
Los meses que siguen serán importantes. Queda por ver si en todos los países del continente puede prevalecer una apuesta política de quebrar el espinazo del sectarismo y del dogmatismo, para encontrar diálogos imprescindibles, tanto a nivel nacional como continental, que puedan intervenir en la pulseada, con un criterio estratégico, en favor de los pueblos, y no de las fracciones y facciones de las políticas locales
* Publicado en la revista “Punto Final” de Chile, edición Nº 844, 8 de enero 2016