Por Leandro Segado
Se realizó la XLIX Cumbre del Mercosur. Macri apuntó contra Venezuela y se encontró con la respuestas de las organizaciones populares y una contundente Delcy Rodríguez, la Canciller venezolana.
Ayer en Paraguay se realizó la XLIX Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur. Allí, Mauricio Macri, tal como prometió en las primeras apariciones públicas tras ser electo y mostrándose junto a Lilian Tintori, esposa del golpista Leopoldo López, arremetió con acusaciones contra el gobierno y el pueblo de Venezuela.
Esta cumbre debe leerse en el marco de la derrota electoral que sufrió el gobierno de Venezuela, el 6 de diciembre pasado, donde finalmente la llamada “guerra económica” dio sus frutos a la oposición golpista.
El primer turno fue para Mauricio Macri, con su posicionamiento económico, “No queremos un Mercosur a dos velocidades. Llegó el momento de todos juntos apretemos el acelerador. Avanzar en un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea es hoy una prioridad”, expresó. Y agregó que “Necesitamos llegar a todos los mercados… y pienso también en nuestros socios de la Alianza del Pacífico”.
Cuando quiso sostener sus guiños a los Estados Unidos, arremetió contra la Revolución Bolivariana, “Quiero pedir expresamente por la pronta liberacion de los presos politicos de Venezuela. En los estados parte del Mercosur no puede haber lugar para la persecución política por razones ideológicas ni la previsión ilegítima de la libertad por pensar distinto” (Video)
De estos fragmentos se evidencian dos situaciones que hablan de una nueva “restauración conservadora”: Desde el lado económico, el avance de los Tratados de Libre Comercio (TLC) al manifestar el acuerdo en ingresar al Acuerdo Transpacífico (TPP) y para negociar acuerdos bilaterales entre Mercosur y la Unión Europea. Esto se traduce en un crecimiento en nuestro carácter dependiente como economía y un mayor saqueo de nuestros bienes comunes. Desde el lado político, se ubica en las antípodas del proyecto bolivariano, desde sus primeras intenciones de aplicar la cláusula democrática hasta el pedido de la libertad a los presos políticos, cuando hay sobrada evidencia de que Leopoldo López fue instigador de los levantamientos violentos en 2014, que dejaron un saldo de 43 muertos.
La respuesta de Delcy Rodríguez
A esta atrevida intervención, la canciller venezolana, en reemplazo de Nicolás Maduro, quien se ausentó de la Cumbre, respondió aún con más fuerza: “Hablo en nombre de Nicolás Maduro y le digo que usted está haciendo injerencismo sobre los asuntos de Venezuela”. “Usted está defendiendo a esta persona”, dijo, mientras mostraba diversas fotos: Leopoldo López con una máscara antigás, a un hombre con una bazooka utilizada en las “guarimbas” de 2014 y otras que mostraron el alto grado de violencia que utilizó la oposición al gobierno en estos años al no poder lidiar con el proceso revolucionario que lleva a cabo el chavismo. “Usted está defendiendo este tipo de manifestación, está defendiendo esta violencia política”, sentenció.
“Si nosotros vamos a hablar de Derechos Humanos, de forma franca como lo pidió el presidente Macri, tenemos que hacerlo sin doble estándar y sin doble moral, tenemos que hacerlo con sinceridad. No podemos hablar de derechos humanos para defender a los violentos causantes de acciones de naturaleza terrorista y para penalizar o criminalizar las protestas sociales”, sostuvo. Y para finalizar la idea, fiel al estilo bolivariano, explicó: “Sí estamos de acuerdo con los Derechos Humanos y Venezuela es modelo hoy en el mundo. No existe país que tenga programas sociales como los que hoy tiene Venezuela por encima de las agresiones mediáticas, financieras, comerciales, económicas en contra de nuestro pueblo”.
Conferencia de Prensa de los movimientos populares
Simultáneamente, en Buenos Aires, en un emblema de las luchas populares, como lo es el Hotel Bauen, recuperado por sus trabajadores, se reunieron una decena de movimientos populares para realizar una conferencia de prensa en solidaridad al pueblo y al gobierno de Venezuela y para rechazar toda injerencia sobre ese proceso.
La misma tuvo lugar a las 11 hs, en un salón preparado para la ocasión, donde referentes y militantes de la OLP- Simón Bolívar, Resumen Latinoamericano, Frente Popular Darío Santillán, Quebracho, Movimiento Evita, ENPL, Patria Grande y Seamos Libres se hicieron presentes, junto al medio de comunicación Telesur.
El actor y luchador Norman Brisky fue quien leyó la declaración firmada por los Movimientos Sociales hacia el ALBA (Capítulo Argentino) y el Campamento Antiimperialista, con la adhesión de numerosas agrupaciones del campo popular.
En la misma se expresa que “La puesta en marcha de acuerdos de libre comercio con la Unión Europea, así como la Alianza del Pacífico, implican estrategias funcionales al avance de las redes y corporaciones financieras multinacionales en contra de la economías regionales de los países periféricos. Es por ello que proponemos trabajar en proyectos de integración Sur-Sur donde el interés de los pueblos prevalezca sobre el interés de los sectores financieros”. A su vez se manifiesta un rechazo a las políticas injerensistas del gobierno de Macri y a la “guerra imperial” sobre la revolución bolivariana.
Una vez finalizada la lectura del documento y de las firmas de las organizaciones que adhieren al mismo, Norman Brisky se permitió reflexionar acerca de la importancia de este tipo de medidas en unidad de organizaciones que, con sus diferencias, defienden el proceso venezolano.
Movilización por abajo
Quizá la referencia más inmediata en el tiempo, fue la multitudinaria movilización en el marco de los 10 años del “no al ALCA” protagonizada por ALBA Movimientos y otras organizaciones donde ya se denunciaba de manera unitaria y en la calle estos acuerdos de libre comercio con el Imperio y sus aliados regionales.
En tiempos en los que la derecha va ganando mejores posiciones regionalmente y que en nuestro país se expresa con el paquete de decretos y medidas que afectan los derechos y la vida del pueblo trabajador, se hace la hora de dar la lucha unitaria en las calles y en la batalla cultural, para desmontar el sentido común que nos imprimen los grandes medios de comunicación.