Por Sofía Athanassopoulos* desde Caracas.
Cualquier persona que no viva en Venezuela no entenderá la palabra “raspacupo”, una expresión que se utiliza en el país para aludir a las personas que en los últimos años se han dedicado a viajar al extranjero para extraer en efectivo el cupo de dólares que el gobierno autoriza para este sector y luego traerlos para ser vendidos en el mercado paralelo hasta a más de 20 veces su valor oficial.
Desde enero de 2003, en Venezuela existe el control cambiario, medida que buscó evitar la fuga de capitales. Hoy en día, el valor del dólar oficial para viajes tiene un costo de 12 bolívares (Bs), mientras que en el mercado paralelo es ofertado en más de 250 Bs por dólar. El monto que se autoriza para quienes salen al exterior va de $700 a $2.000 anuales, según el destino y los días que durará el viaje.
Esta práctica ilegal, tipificada en la Ley de Ilícitos Cambiarios con pena de hasta siete años de cárcel, se ha convertido en el gran negocio para muchos y también en un problema para las demás personas que quieren viajar sin esta intención especulativa, ya que el “turismo cambiario” deja sin pasajes a las aerolíneas.
Los destinos que más rápido agotan la boletería son aquellos a los que el organismo encargado de administrar las divisas, Cencoex (Centro Nacional de Comercio Exterior) aprueba mayores montos y, por supuesto, en esos países ya existen muchos lugares encargados de “raspar tarjetas” cobrando una comisión que va del 10 al 20%.
Las modalidades de los “raspacupos” son varias: gente que viaja por su cuenta para “raspar” su tarjeta, otras que compran el pasaje para recibir los dólares en efectivo que se otorgan (de 300 a 500, según el destino) pero luego no viajan, también hay quien tramita la autorización como si fuera a viajar pero “vende” su cupo a otra persona, le entrega su tarjeta de crédito activada, ésta viaja con varios plásticos y al regreso recibe un porcentaje de la ganancia por la venta de divisas en el mercado paralelo.
Las agencias de viajes se han manifestado varias veces sobre el tema, específicamente con la ocupación de asientos ya que las aerolíneas les notifican cuando los pasajeros no se presentan para abordar el vuelo, situación que han reportado con frecuencia, lo que confirma son muchísimas las personas que están cometiendo este fraude.
Otra cara de la “guerra económica”
El turismo cambiario ha provocado en Venezuela una significativa fuga de divisas. En 2012 era calculada en unos mil millones de dólares y recientemente el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, aseguró que los “raspacupos” le han hecho perder al país unos 8 mil millones de dólares.
Por esto, el gobierno decidió en abril bajar el monto de asignación de divisas para viajes al exterior (de $3.000 a $2.000 en el monto máximo) y permitir su obtención solamente por la banca pública, ya que buena parte de las irregularidades fueron cometidas utilizando la estructura de la banca privada, donde detectaron personas que tenían hasta 20 tarjetas de crédito de un mismo banco.
Jesús Faría, diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), señaló que los “raspacupos” activan mecanismos que desangran la economía nacional: “Este recorte en la asignación de divisas debería ser momentáneo, siempre y cuando se pueda garantizar que los viajeros y los que acceden con fines empresariales a los dólares preferenciales hagan uso correcto de las divisas”.
Otro caso que afectó a la economía nacional ha sido el de las llamadas “empresas de maletín”, compañías fantasmas que recibieron unos 20 mil millones de dólares y no cumplieron con la importación de mercancías o insumos hacia el país, sino que se llevaron el dinero y probablemente lo desviaron hacia el mercado paralelo de divisas, situación que la Justicia investiga.
El presidente Nicolás Maduro anunció que serán citados por la Fiscalía General todos los “tarjetahabientes raspacupos” y los bancos que, a través de estas mafias, desviaron los dólares del país. “Quizá una persona que va a raspar un cupo en el exterior no sabe que es una pieza de esa guerra económica, pero la realidad es que hay factores que lo promueven”, indicó Faría, y agregó que la manera de controlarlos es actuar con contundencia contra ellos, precisar quiénes son los que violentan la ley y sancionarlos para evitar que la espiral se siga expandiendo.
¿Acabar con el subsidio?
En los últimos 15 años, desde que Hugo Chávez arribó al gobierno, la población venezolana vio un crecimiento en su poder adquisitivo y el número de viajeros llegó a incrementarse en más de 200%. Según cifras oficiales, en 2013 salieron del país 1.931.397 personas, cifra que casi cuatriplica a las 524.000 que salían en 1998.
Sin embargo, una de las críticas que ha recibido el control cambiario -que ya tiene 12 años- es el hecho de que se haya subsidiado el tipo de cambio a un costo muy por debajo de la realidad. Luis Vicente León, analista y presidente de Datanálisis (empresa de Investigación de mercado de larga trayectoria en el país), ha señalado en reiteradas ocasiones que es necesario que se sincere hacia arriba el tipo de cambio para viajeros y compras por internet que actualmente está a 12 Bs por dólar, mientras que en el Sistema Marginal de Divisas (Simadi), creado por el Estado con tasa fluctuante según la oferta y demanda, está a 196 Bs por dólar.
Lo mismo opina Maripili Hernández, ministra de Estado para la Región de Defensa Integral (Redi): “Deberían eliminar totalmente el cupo de viajeros. El que quiera viajar que vaya al Simadi. No tenemos por qué estar subsidiando viajes”. Si bien sería de gran impacto para el sector turístico si esto se implementara, se acabaría el “raspacupismo” y la mafia del “turismo cambiario”.
Cronología del control cambiario
El control cambiario se implementó en enero de 2003, cuando el gobierno buscaba proteger al país de la fuerte fuga de capitales. Así se crea la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), ente que regiría las transacciones en divisas hasta enero de 2014, cuando fue sustituido por el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex).
En cuanto a la obtención de dólares para realizar viajes a cualquier país, el mecanismo se activó a partir de febrero de 2004, autorizando previos trámites con los bancos, consumos en divisas con tarjetas de crédito de hasta $2.000 y de $200 para adelantos de efectivo con un tipo de cambio de 1,92 Bs (bolívares) por dólar, cifras que luego se fueron elevando. En marzo de 2005, el gobierno ajusta el tipo de cambio a 2.15 Bs por dólar y ese mismo año se crea la Ley contra los Ilícitos Cambiarios.
Pero vendrían más cambios y en enero de 2010 Cadivi anuncia el establecimiento de dos tipos de cambio: dólar a Bs 4,30 para viajes al exterior y dólar a Bs 2,60 para importaciones de los sectores básicos como alimentos, salud, educación, maquinarias y ciencia y tecnología y también para remesas familiares, estudiantes en el exterior, pensionados residentes en el exterior, actividades de salud, deporte, cultura e investigaciones científicas.
Otra novedad fue la puesta en funcionamiento del Sitme (Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera), a través del cual se compraban y vendían en bolívares títulos de deuda pública denominados en divisas e igualmente podían acceder (a una tasa inicial de Bs 5,30 por dólar) todas aquellas personas naturales que desearan comprar remesas adicionales para familiares en el exterior, para viajes al extranjero, gastos por educación y casos especiales.
Debido a las distorsiones que se comenzaban a originar por los llamados “raspacupos”, en diciembre de 2010 Cadivi decide establecer un cupo diferenciado para los viajeros dependiendo del destino elegido y además vuelve al tipo de cambio único a Bs 4,30 por dólar tanto para importaciones de bienes básicos como para viajes. Asimismo, para expandir las opciones a personas naturales y jurídicas, en septiembre de 2012 el Banco Central de Venezuela emite una resolución que permite la apertura de cuentas en moneda extranjera en el Sistema Financiero Nacional.
En febrero de 2013 se anuncia un ajuste en el tipo de cambio que pasó de Bs 4,30 a Bs 6,30 por dólar y se elimina el Sitme porque no estaba cumpliendo los objetivos. Continuaron los cambios y en marzo de 2013 el gobierno crea el Sistema Cambiario Alternativo de Divisas (Sicad), un sistema de adquisición por subastas para personas naturales y jurídicas, y en marzo de 2014 nace Sicad 2, mercado cambiario que flexibilizaba la oferta y permitió a personas y empresas privadas comprar y vender dólares diariamente en efectivo o por medio de títulos en dólares.
Luego de la eliminación de Cadivi en enero de 2014, el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) es el ente encargado de autorizar el uso de divisas. En septiembre, el dólar para viajeros se coloca a Bs 12 y en febrero de 2015 surge el Sistema Marginal de Divisas (Simadi), con tasa dictaminada por el mercado, se fusiona Sicad I y II y el monto para viajeros según su destino y tiempo de estadía varía de $700 a $2.000 por año.
* Periodista venezolana