Por Gerardo Szalkowicz y Lucio Garriga*
El chavismo logró una rotunda victoria en las elecciones regionales, quedándose con 18 de las 23 gobernaciones y dejando a la oposición aún más debilitada luego del fracaso de su intento insurreccional. En esta entrevista, Hernán Vargas, referente del Movimiento de Pobladoras y Pobladores de Venezuela y miembro de la Secretaría Operativa de la articulación continental ALBA Movimientos, analiza las razones del triunfo y el escenario que se abre. Además, proclama la necesidad de poner en foco la idea-fuerza del ”golpe de timón’’, aquel célebre discurso de Hugo Chávez en el que exhortaba –hace justo cinco años- a retomar la apuesta estratégica del socialismo bolivariano.
-¿Por dónde ves las claves de la sorpresiva y contundente victoria del chavismo en las elecciones regionales? ¿Cómo se explica que en esta situación económica tan crítica el pueblo haya ratificado al gobierno de Maduro?
– Creo que definitivamente el pueblo venezolano nos está dando una lección. Tanto a quienes estamos en Venezuela como a todo el continente. Nos ha dado una lección de cosas que no entendíamos con tanta fuerza hasta ahora. Por un lado, cómo la hegemonía cultural que tienen los medios sobre la gente puede revertirse; un pueblo que, más allá de toda la propaganda mediática, ha podido definir un criterio propio para poder determinar cuál es la opción más cercana a su futuro, qué es lo que le permite pensar en esperanza.
En este momento el pueblo venezolano está pensando en la esperanza de resolver las cosas, tiene una enorme voluntad de salir de la crisis y, en ese sentido, claramente el pueblo ve en el chavismo la posibilidad de esa esperanza de salir, y ese es un gran reto que tenemos quienes venimos apostando por la construcción del proyecto socialista: saber responder a la esperanza del pueblo.
-La oposición quedó en una situación de debilidad y fragmentación aguda, ¿cuáles podrían ser sus próximas estrategias?
– La derecha venezolana tiene varios dramas. Por un lado, su estrategia política ha sido incorrecta. No le habla al pueblo, no le habla ni a sus bases, ni a las bases que se encuentran indecisas políticamente y mucho menos a las que están próximas al chavismo. Una demostración de eso es que en las últimas dos elecciones, claramente, el pueblo ha votado castigando lo que fue la iniciativa de las guarimbas en todos estos meses. La gente le ha dicho ‘’no a la violencia, sí a la paz’’. Y la derecha tiene el problema de que está operando de manera clara bajo el lineamiento de Estados Unidos. Siempre ha sido así pero en este momento es mucho más evidente: Trump ha asumido directamente la ofensiva y ya las líneas se marcan de manera directa.
La oposición está precisamente en la complejidad de cómo hacer para tratar de construir políticas a lo interno del país pero respondiendo a una línea norteamericana que es de conflicto. La línea de las guarimbas fue la línea del imperialismo. Es la línea del ‘’no hay vuelta atrás’’, es la línea de sembrar en Venezuela caos, guerra, muerte, por eso el chavismo ha asumido la bandera de la paz y eso coloca a la derecha en una situación muy difícil.
-Después de varios meses de intento “insurreccional” de la oposición, con un asedio internacional y mediático sin precedentes que puso al gobierno “contra las cuerdas”, el chavismo demostró capacidad de unidad e iniciativa política para sobreponerse. Ahora con un poco más de aire, ¿cuáles son los desafíos que se abren para el proyecto bolivariano? ¿Hay mejores condiciones para afrontar las contradicciones y los debates internos pendientes en torno a temas como la incapacidad para revertir la crisis económica, la corrupción o el freno al impulso del proceso comunal?
-Están habiendo afortunadamente muchos análisis al respecto, el chavismo está ahora muy abierto a reflexionar sobre cuál es el momento que le corresponde, creo que eso es necesario y es sano. En lo particular, considero que no es exactamente una situación en la cual logramos estabilidad política y ahora toca avanzar. Ciertamente toca avanzar pero no estamos en un escenario de estabilidad política. Si bien la correlación de fuerzas conseguida en las elecciones regionales es importante, no es menor el dato de tener una derecha que tiene el oeste del país con una condición de ‘’medialuna’’, pensado en aquella experiencia de la ‘’medialuna boliviana’’ como alternativa de agrupamiento de la derecha con un proyecto secesionista, y aquí sumado a la penetración paramilitar en esos estados fronterizos con Colombia. Aun así, es importante haber logrado salir del escenario de guerra en el cual estábamos hace unos meses.
Y allí hay dos cosas fundamentales: una es el liderazgo del presidente Maduro que ha sido clave; la orientación estratégica de la Asamblea Constituyente evidentemente fue correcta como guía para salir de la guerra, para avanzar hacia la paz. La otra es que logramos construir una clave que nos ha costado en Venezuela y en general a la izquierda en el continente: que es pensar al socialismo como un proyecto en el cual se avanza en crisis. El socialismo no es un proyecto en el cual se avanza cuando tienes correlación de fuerzas favorables, que es una tesis política que hemos reproducido mucho en este tiempo.
¿Qué quiere decir eso? Que ahora más que nunca es tiempo del ”golpe de timón’’, ese célebre discurso del comandante Chávez donde plantea que había que avanzar al socialismo. Y creemos que el socialismo ahora es una necesidad. En estos cuatro años de crisis económica intensa que hemos tenido, por ejemplo en el tema de la alimentación, que es el tema central para la mayoría de la gente, hemos logrado afrontar esa crisis desde las formas colectivas, y no necesariamente colectivas politizadas, pero digamos que el pueblo ha resuelto juntarse y colectivizarse. Los CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) son la expresión de una forma organizada del pueblo que ha desplazado a las formas de distribución mercantil. Ya la comida no llega fundamentalmente a los mercados sino que hay una cantidad de comida que llega por vía de una red de distribución comunitaria. No es perfecta, no es ideal, no está exenta de contradicciones, pero es una expresión concreta. Hay varias comunidades del país que han venido aumentando sus niveles de producción, sobre todo en zonas rurales, y se empiezan a generar mecanismos de distribución, de intercambio entre comunidades. También encuentras una cantidad de familias que se han empezado a articular para intercambiar productos. Esas son claves importantes que te dicen que es un momento para avanzar y la única forma de resolver esto es comunalizando, colectivizando, porque estas son formas colectivas que nos han permitido afrontar la crisis. Necesitamos entender que esa es la clave para salir de la crisis. No se trata de formas eventuales con las que hemos resuelto la coyuntura para luego volver a la misma forma vieja de reproducción social. Nosotros necesitamos, justamente, utilizar la crisis para fortalecer esas formas: fortalecer desde los CLAP, desde las comunas, desde los consejos comunales. Es el socialismo como una necesidad.
-¿Cómo se enmarca esta victoria en el contexto de ofensiva internacional contra el chavismo?
-Indudablemente estamos en un punto donde una importante parte del consenso internacional está con una postura injerencista con Venezuela. Varios gobiernos de la región se pronunciaron con posiciones claramente irrespetuosas de la soberanía nacional venezolana, exigiéndole al país por ejemplo términos para las elecciones regionales, en un país que cuenta con un sistema electoral bastante seguro, blindado y transparente. Sigue existiendo un consenso injerencista que necesitamos remontar.
Lo que ha estado haciendo el gobierno venezolano es ir desmontando todos los argumentos de ese consenso de derecha internacional para que no tengan posibilidades de seguir planteando cosas que no tienen asidero en la realidad. Hablar de Venezuela como una dictadura en este momento es parecido a lo que ocurrió durante en el período de la acumulación originaria en nuestro continente, cuando se hablaba de “las brujas” como el demonio a atacar y a acabar, que fue además parte de lo que encubrió el proceso de acumulación originaria: desconocer el trabajo y el rol de las mujeres en la reproducción.
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*Entrevista realizada en el programa radial “Al sur del Río Bravo” que se emite los martes de 20 a 22 hs por Radionauta FM 106.3 (www.radionauta.com.ar)