Por Camila Parodi y Laura Salomé Canteros
Las voces de colectivos feministas en Ecuador, Bolivia y Paraguay, países donde se dio la visita diplomática de Jorge Bergoglio, erigido Francisco I. Las contradicciones ante un “papa” popular y las postergadas agendas de géneros. Y algo claro, sin la liberación de las mujeres y las personas del colectivo lgtbi no habrá liberación de los pueblos.
Sin investiduras morales y posicionándose con profundidad en las lecturas políticas pero con respeto por las creencias personales y las de nuestros pueblos, analizar la visita diplomática de Jorge Bergoglio, político religioso erigido en Francisco I y patriarca del estado Vaticano sede jerárquica de la Iglesia Católica, es un desafío para quienes en lo cotidiano llevamos adelante desde lo periodístico las postergadas agendas de géneros.
Aun cuando en Argentina gozamos de ciertos avances institucionales en materia de eliminar la violencia contra las mujeres, aun cuando celebramos leyes de matrimonio igualitario y de identidad de género, aun cuando la Iglesia latinoamericana comienza a reconocer las explotaciones por razones de clase, aun cuando la institución religiosa actué de conciliadora, o cuando analice con mirada acertada los avatares y los tiempos geopolíticos de Nuestra América; sigue habiendo mandatarios que amenazan con renunciar a su presidencia si se despenaliza el aborto u otros que ignoran o menosprecian la importancia o el significado para una sociedad democrática que avancen los derechos, la participación política y representativa para una mejor calidad de vida y la liberación subjetiva de las mujeres.
Pretender ocultar la situación de la mitad de la población, y la “guerra santa” que se sigue librando en muchos estados de la región contra las personas del colectivo lgtbi sería faltar a nuestro compromiso y lealtad con quienes nos leen. La soberanía y plena decisión sobre los cuerpos y los territorios y la liberación de las espiritualidades del colonialismo ideológico –europeo y blanco- no son logros que se darán de un día para el otro.
Es por eso que, para referenciar estos objetivos políticos, charlamos con integrantes de colectivos feministas organizadas de Ecuador, Bolivia y Paraguay, territorios donde desde el Vaticano se decidió la visita diplomática de Bergoglio hace escasos días.
Ecuador: “No nos comemos el cuento de una iglesia humanista”
Para la Coordinadora Juvenil por la Equidad de Género de Ecuador, la visita de Bergoglio a ese territorio fue “una ocasión en la que los movimientos de mujeres y feministas realizaron actividades para visibilizar temáticas que necesitan ser enfrentadas como problemas de salud pública, desde la laicidad y no con los lentes del dogma de las religiones”.
Relatan que en los días previos se pidió desde el gobierno de Rafael Correa que “esta visita no se vea empañada por acciones de carácter político”, sobre todo en las tensiones que hacen a la agenda de géneros como lo son “la deficiente socialización de la Guía de Práctica Clínica de atención de abortos terapéuticos en todos los niveles de atención de salud pública, lo que ha ocasionado que el acceso a abortos no punibles siga siendo deficiente, poniendo en peligro la vida y salud de las mujeres”, y “la eliminación de la Estrategia Nacional Intersectorial de Planificación Familiar y Prevención de Embarazos en Adolescentes-ENIPLA y su sustitución por el ´Plan Familia Ecuador´, que promueve y refuerza la familia nuclear heterosexual, incentiva la discriminación contra las diversidades sexuales y relega la vivencia de la sexualidad plena e integral a la reproducción como designio natural”.
“Esta visita significó mucho para nuestro país, y no lo decimos en positivo”, sostienen desde la Coordinadora. “En las dos principales ciudades del país visitadas por el Papa (Quito y Guayaquil) se realizaron multitudinarias misas, en promedio estuvieron cerca de 1 millón de personas en cada una”, relatan, y argumentan “allí se reafirmaron valores funcionales a la reproducción del poder de la iglesia”. Para las feministas juveniles, “esta no es una visita de un culto religioso determinado” sino que “se convirtió en una visita de estado”, haciendo hincapié en la molestia que generó la inversión estatal que fue de aproximadamente 10 millones de dólares. “El reforzamiento de los fundamentalismos en la política pública y la sociedad ecuatoriana en general” coincide con “la venida del papa Francisco”, sostuvieron.
“Creemos que las consecuencias aún no visibles de la venida del Papa, se sitúan en la reafirmación de la familia ´Coca-Cola´ como el eje central de los valores más violentos, retrógrados y misóginos que históricamente la elite de la iglesia católica ha difundido en el mundo”, ampliaron. “La jerarquía de la iglesia necesita enmendar su imagen pederasta y caduca y el perfil latinoamericano y beato de los/as más pobres de nuestro continente está logrando levantar y refrescar la imagen del catolicismo”. Y concluyeron, en diálogo con Marcha, “no nos comemos el cuento de una iglesia humanista, todo lo contrario, nos preparamos al ataque de la derecha en el mundo”.
Bolivia: “Descolonizar los cuerpos, las culturas, las espiritualidades y los territorios”
Bajo la consigna “Las revoluciones no las hacen los estados, no las hacen los gobiernos, y mucho menos las iglesias”, la asamblea y entre quienes estaba el colectivo Mujeres Creando Comunidad participó del Encuentro Mundial de Movimientos Populares realizado en Santa Cruz, Bolivia, evento que recibía a Bergoglio. Allí realizaron intervenciones y sostuvieron su tesis para la liberación de las mujeres, y por lo tanto, de los pueblos: desde el llano, despatriarcalizar los estados y la sociedad, descolonizar los cuerpos, las culturas, las espiritualidades y los territorios, y desneoliberalizar las economías, el trabajo y la producción.
“Las mujeres somos la mitad de cada pueblo”, sostienen y amplían que es necesario implementar lo que denominan “las cuatro D”, que son aportes y posicionamientos reflexivos y de acción de los pueblos, las organizaciones y movimientos sociales, “que permitan diálogos y soluciones desde y con las y los empobrecidos, con las y los que sufren cotidianamente las consecuencias de las decisiones de un sistema patriarcal, colonial y capitalista neoliberal”.
Para las Creando, la descolonización “ubica a la memoria larga de nuestros pueblos originarios como el principio, desde el cual vamos a construir, reconstruir y proyectar nuestras identidades y nuestro lugar en el mundo”. “Como territorios hemos vivido la invasión colonial de nuestras tierras, dominio que ha pretendido borrar la memoria de nuestras culturas, organización social, espiritualidad, saberes, sexualidad, conocimientos y sabidurías”. Sostienen que es imprescindible y urgente, “recuperar las imágenes, la belleza y la dignidad de nuestros cuerpos, denunciar el racismo y la discriminación, recuperar nuestra sexualidad, la autonomía y la responsabilidad sobre nuestros cuerpos libres de relaciones de poder, ubicándonos en el horizonte del Vivir Bien”.
Además, en escalinatas de la Catedral Metropolitana de La Paz, fueron reprimidas, arrestadas y desalojadas del espacio público por la policía, las feministas de Mujeres Creando quienes se hicieron visibles por la intervención que realizaron el pasado 6 de julio, vestidas de monjas y simulando embarazos, performance con la que dieron su bienvenida a la visita de Jorge Bergoglio a Bolivia. Con pancartas que decían “En la Iglesia hay un patrón que se esconde tras la sotana y la religión” o “Mi homosexualidad no necesita tu aprobación” o “¿Y dónde quedó el estado laico?”, lograron interpelar a la opinión pública de las agendas pendientes con perspectiva de géneros y de la violencia dentro de la institución eclesiástica, no sólo en la Bolivia, que atraviesa un proceso de cambio, sino también en toda la región.
Paraguay: “Los discursos más potentes de la visita papal fueron pronunciados por mujeres”
Desde la organización de mujeres campesinas e indígenas CONAMURI sostienen reflexivamente que, “pese a toda la emoción de los días 10 al 12 de julio, que contagió a toda la población por su magnificencia y el carisma del jefe de la iglesia católica, no se esperaba de él un discurso feminista”. De hecho, en ese tono, días antes, una orden de la policía nacional de Paraguay prohibió los carteles con mensajes sobre “gays, campesinos y aborto” por donde pasara Bergoglio, decisión de la que finalmente se retractaron porque la ciudadanía comenzó a denunciar la clara censura.
“La Iglesia Católica paraguaya, cómplice de la situación actual que se vive en el país, es una de las instituciones patriarcales más rígidas que existe. En su momento, apoyó el golpe parlamentario con su silencio”, dicen las CONAMURI quienes expresaron su deseo de que Bergoglio haya dejado “un merecido tirón de orejas” a los representantes de la iglesia local “por sus prácticas de evangelio oficinista, exhortándolos a salir a las calles y llegar casa por casa”, en un territorio amenazado por el despojo de bienes patrimoniales para el beneficio de las multinacionales, donde las primeras víctimas siempre son las mujeres, las niñas y los niños y las poblaciones indígenas.
“Los discursos más potentes y políticos de la visita papal fueron pronunciados por mujeres”, relataron en diálogo con Marcha, “en uno se denunció lo que tanto la conferencia episcopal paraguaya y el gobierno están tratando de ocultar: las injusticias y casos en particular como la intención de expulsar a la población que construyó los Bañados con sus manos y la hizo habitable a la vera del río Paraguay y el juicio inminente contra campesinos en el caso de la masacre de Curuguaty, que ha generado la inmediata destitución de Fernando Lugo, quebrando con el proceso democrático”.