Este lunes 96 personas murieron y decenas resultaron heridas tras un atentado suicida en Sanaa, la capital de Yemen. Continúa la inestabilidad política y social en el país de la península arábiga.
Fuentes del Ejército de Yemen señalaron que la inmensa mayoría de los 96 fallecidos eran militares, que participaban en los ensayos de un desfile en el centro de Sanaa por el aniversario de la unificación del país en 1990, hecho que convirtió el 22 de mayo en Día Nacional. Este es el atentado más importante desde que Abdo Rabbo Mansour Hadi asumió la presidencia.
El atacante suicida hizo estallar un cinturón cargado de explosivos cuando se infiltró vestido de uniforme militar entre los soldados. Además de las 96 víctimas mortales, se reportaron decenas de heridos, muchos de ellos de gravedad, por lo que los socorristas lanzaron un llamado urgente de donación de sangre.
La víspera del Día Nacional de Yemen coincidió con reportes del gobierno y de las fuerzas armadas relativos a una nueva ofensiva contra milicianos del grupo Ansar Al-Sharía (Partidarios de la Ley Islámica) en el sur, la zona donde combaten grupos armados secesionistas. Por lo que, si bien ningún grupo reivindicó hasta ahora la agresión, la arremetida del Ejército contra Ansar Al-Sharía, al que el gobierno yemenita vincula con Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), induce a pensar que se trató de un acto de venganza por las numerosas bajas sufridas. Datos oficiales refieren que desde el 12 de mayo, inicio de la más reciente ofensiva en Abyan (Estado del sur de Yemen), murieron más de 230 personas, 150 de ellas efectivos de AQPA, 31 soldados, 18 miembros de tribus y el resto civiles.
“Bailando en la cabeza de las serpientes”
El ex dictador de Yemen, Alí Abdulah Saleh, que gobernó el país durante 33 años, solía referirse a su método de gobernar como “bailar en las cabezas de las serpientes”. Parece que la situación no ha cambiado luego de su salida del poder a fines del año pasado.
Tras diez meses de movilizaciones populares y enfrentamientos en todos los rincones del país –que incluyeron ataques a la Casa de Gobierno, como el del 3 de junio de 2011, donde resultó gravemente herido-, en febrero de este año Saleh se retiró finalmente del gobierno. Con la iniciativa del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) lanzada por Arabia Saudita, el dictador dejó el mando en manos de su vicepresidente, quien estaba facultado para formar un “gobierno de unidad” y convocar a elecciones.
Los comicios se llevaron a cabo y hubo un solo candidato: el vicepresidente de Saleh, quién resultó “elegido” como nuevo presidente de Yemen. Abdo Rabbo Mansour Hadi asumió de esta forma la presidencia yemenita. Sin embargo, no modificó sustancialmente la política de su predecesor y arreció la ofensiva contra grupos islámicos que actúan principalmente en el sur del país.
Es así como las tropas yemenitas tomaron pleno control de Lawdar el jueves y desalojaron a los islamistas, pero persisten los combates en torno a Zinjíbar, capital de Abyan, que los grupos islámicos tomaron en mayo de 2011 aprovechando la ola de revueltas populares que vivió el país.
Este lunes, la agencia de noticias estatal Saba difundió un comunicado del ministerio del Interior que aseguraba que esta masacre “aumentará la voluntad de las Fuerzas Armadas para enfrentar a los elementos terroristas sin tregua, hasta que se elimine el terrorismo y se limpie el Yemen de sus actos diabólicos”.