Por Lucas Ochoa
Con la competición en marcha y entrando en etapas decisivas, Conmebol confirmó que no tiene dinero para pagar los premios de la Copa América. Varias empresas patrocinadoras tienen sus cuentas bloqueadas debido a que están siendo investigadas luego del escándalo mundial de corrupción que se desató en la FIFA. ¿Y ahora?
El denominado #FIFAGate no es mero hashtag para decorar Twitter. Es un hecho real e histórico que ya hizo rodar la cabeza del mismísimo Blatter, que tiene a varios miembros del organismo en prisión, a otros prófugos pero con pedido inmediato de detención y a varias empresas bajo la lupa judicial. Todo por lo mismo: corrupción, sobornos y lavado de dinero.
Con el correr de los días se siguen multiplicando las investigaciones y, por ahora, el mundo dirigencial del fútbol se convierte en un “sálvese quien pueda”.
Conmebol, en problemas
Varias de las empresas que apoyan económicamente esta edición de la Copa América tienen sus cuentas bloqueadas por pedido de la justicia norteamericana, y es por eso que hay preocupación entre los dirigentes porque no saben cómo van a hacer para cumplir con los premios económicos.
“Hay una situación real que complica”, confesó Wilmar Valdez, vicepresidente de la Confederación sudamericana, en referencia a la falta de dinero. Y prosiguió: “Hay un involucramiento de las empresas, que son las principales proveedoras de los dineros de Conmebol a través de la cesión de los derechos televisivos y sponsoreos”.
Una de esas empresas es Datisa SA, una firma que cuenta con los derechos de transmisión televisivos del torneo y cuya sede se encuentra en Uruguay. Según la justicia norteamericana, Datisa pagó sobornos para hacerse de los derechos de comercialización de marketing y publicidad de torneos organizados por FIFA.
Un dato no menor a tener en cuenta es que, además, nuclea a la empresa brasileña Traffic y a las argentinas Full Play y Torneos y Competencias, por las cuales fueron condenados a prisión los argentinos Alejandro Burzaco y los hermanos Hugo y Mariano Jinkins.
Coimas para todos
En el extenso documento que dio conocer el Departamento de Justicia de los Estados Unidos se detallan los números que recibieron ciertas empresas, coimas mediante, para la explotación de los derechos de TV e imagen de los torneos continentales.
Por medio de esos negociados, en 2013 Datisa SA se adjudicó licencias para la Copa América de Chile 2015, Brasil 2019 y Ecuador 2023. Además, se incluyó la edición especial por los 100 años del certamen a disputarse en 2016 en Estados Unidos. En 2014 se concretó el acuerdo entre la empresa y Conmebol a través de un contrato firmado en Londres por un monto de US$ 317,5 millones.
El documento detalla: “US$ 75 millones corresponden a la edición 2015; US$ 77,5 millones, por la edición 2016; US$ 80 millones, por la de 2019, y US$ 85 millones, por la de 2023”. Unos pesitos.
Finalmente, señala un pago de coimas a cada dirigente de Conmebol por un total de US$ 10 millones por cada edición adjudicada, a distribuirse entre sus miembros.
¿Cómo sigue la historia?
Mientras la mayoría de los dirigentes de Conmebol tratan de hacerse los desentendidos, Carlos Chávez, presidente de la Federación Boliviana de Fútbol y tesorero de la Conmebol, les aseguró a los enviados del diario Folha de San Pablo en Santiago que el organismo continental “va a romper” los contratos con la empresa Datisa.
Luego de dicha aclaración, sólo se limitan a responder a la pregunta sobre cómo van a hacer para poder cumplir con los premios del certamen regional. ¿Cuáles serían los montos por cubrir? US$ 4 millones para el campeón, US$ 3 millones para el subcampeón, US$ 2 millones el tercero, y un millón para el que ocupe el cuarto lugar. Los correspondientes a la fase de grupos ya fueron pagos.
Por otra parte, Valdez señaló que una de las posibles soluciones es que los patrocinadores entreguen el dinero directamente a la Conmebol, sin la intervención de las empresas que conservan los derechos televisivos.
Ni la competición en pleno auge ni la emoción futbolística consiguen evitar que salgan a la luz temas que no sean meramente futbolísticos. Hay muchos dirigentes bajo la mira y, por ahora, prefieren moverse con cautela ante las acusaciones y negociados poco transparentes que salen a la luz.