Por Mauricio Díaz, desde Córdoba. Tras los chispazos de los saqueos y el acuerdo con la policia, parte del gabinete provincial fue cambiado. El impacto de los reclamos en otros sectores. La significación y la derrota cultural para el pueblo cordobés.
Mucha suspicacia suscitó la reacción política del gobernador De la Sota. Primero negó rotundamente un aumento al personal policial acuartelado y horas más tarde les otorgó más de lo pedido. En consonancia con la primera postura del Gobernador, más temprano el martes hablaron Monteoliva, ministra de seguridad y Oscar González, jefe de gabinete.
La negociación abarcó a 20 mil oficiales, que en su mayoría son los que salen a la calle a patrullar. En números lograron un aumento de un poco más del 100%. Con dos aumentos de $2.000 en diciembre y enero, mientras que en febrero, un nuevo aumento del 27%, para acercarse, y en algunos casos sobre pasar los $12.000. El reclamo original era por $8.000. El aumento concedido por De la Sota, significaría un gasto extra para la provincia de $800 millones, según el legislador juecista Ricardo Fonseca. Durante el transcurso de la semana pasada, la gran incógnita era si la provincia tiene el dinero. No sólo ese dinero no está, tampoco se sabe aún de dónde va a salir.
Trasfondo político
El manejo del conflicto por parte del gobierno delasotista dejó a la vista problemas graves de funcionalidad. Quedó clara la incapacidad de funcionarios de segunda línea para manejar situaciones de crisis (Monteoliva, González y Pregno). También fue expuesto al extremo el personalismo con que De la Sota se manejó todos estos años.
Los saqueos comenzaron bien temprano en la mañana del martes. La ministra de seguridad Monteoliva, junto con el jefe de gabinete González, fueron los que en los medios cordobeses salieron a intentar calmar la situación. A las 10 de la noche del martes, Monteoliva, salió al aire por una radio de Buenos Aires, a decir que a pesar de que los saqueos no era necesaria la presencia de Gendarmería.
La gran ausente en este conflicto fue la vicegobernadora Alicia Pregno. Recién apareció el miércoles al mediodía, con la mirada hacia el piso, al lado del gobernador, en la bochornosa conferencia de prensa anunciando el acuerdo firmado con los policías.
Cambios en el Gabinete
Los funcionarios más expuestos en aquellos días de conflicto, Monteoliva y González, junto con el Jefe de Policía, César Almada, y su cúpula, fueron “renunciados”, el lunes pasado.
Se unificó el Ministerio de Gobierno con el de Seguridad. A su cargo quedó el intendente de Alta Gracia, Walter Saieg. El diputado electo e intendente de San Francisco, Martín Llaryora, se hará cargo del Ministerio de Comercio e Industria. Germán Pratto, intendente de Morteros, se hará cargo de la Secretaria de Ambiente. Y Julio César Suárez, titular de la Policía Caminera, es el nuevo Jefe de Policía, quedando afuera César Almada, que ejerció el cargo solamente 86 días.
La “paz social” que se anuncia desde el ejecutivo es en realidad el intento de desactivar todo punto de conflicto en la provincia, antes de la llegada masiva de turistas a la provincia.
Sin embargo, y luego del aumento a los policías, distintos sectores (maestros, choferes, judiciales y la gente de la salud) salieron a reclamar lo que creen que es justo. Aumentos postergados hace meses.
¿Se pudo haber evitado?
Hace un mes, Almada, entonces Jefe de Policía, le entregó al Ejecutivo provincial un informe donde detallaba la situación salarial y de trabajo de la fuerza. Hace cerca de 4 meses la policía quedó acéfala por el escándalo narco; y que viendo que el jefe máximo cayó, cualquiera podía seguir su camino. En la fuerza reinaba la incertidumbre, y según el periodista que destapó el tema, “se quedaron sin caja chica”.
El regreso de los efectivos a las calles, estuvo repartido entre aplausos e insultos por igual. Durante el conflicto, se mostró, por parte de los mismos medios que cubren a De la Sota, una victimización del policía común (LV3, Mitre, Canal 12, etc). Se buscaba claramente, blanquear la imagen del efectivo de calle. teniendo en cuenta en lo que se transformó la ciudad con la ausencia policial no es descabellado el que forzó la situación, para que el pueblo cordobés se dé cuenta de lo mucho que “necesita” a la policía.
Omar Dragún, legislador delasotista, antes de la bochornosa y obsecuente conferencia de prensa del miércoles al mediodía, dijo a un noticiero local, que el acuerdo y lo sucedido el martes 4 de diciembre a la noche, se lo dedicaba: “A los imbéciles que apoyan la Marcha de la Gorra”. De la Sota especuló con el conflicto, la clase media cordobesa manejada e informada por medios de derecha, reaccionarios, católicos y llenos de prejuicios, hicieron el resto. Entre las dos radios más escuchadas en la provincia (LV3 y Mitre) se llevan cerca del 80% de la audiencia.
La idea de decir que fueron “mil delincuentes” que aprovecharon la oportunidad y salieron a robar es una afirmación para instalar el miedo. Bajo esta idea es mucho más necesario el Código de Faltas, que los detenga por las dudas. Tras la noche de caos que una parte de la población parece terminar avalando la utilización del Código. El insulto más escuchado esa noche fue: “negro de mierda”, lamentablemente el 4 y 5 de diciembre fue una derrota social y cultural.