Por Leonardo Candiano. Durante todos los jueves de septiembre, Cecilia Zabala presenta en el Teatro del Viejo MercadoVioleta secreta, junto con el poeta Fernando Noy. Un espectáculo donde da a conocer su último disco basado íntegramente en la obra de la cantora chilena Violeta Parra.
Violeta secreta es un espectáculo atípico. Canción y poesía -cuando pueden disociarse- se prestan la posta durante casi una hora y media en la que la presencia de Violeta Parra se respira en cada rasguido, en cada entonación, en cada gesto y en cada silencio. Solo un par de voces y una guitarra. Nada más requieren la sublime cantora Cecilia Zabala y el histriónico poeta Fernando Noy para traernos el sentir y el cantar popular de uno de los mayores íconos de la cultura trasandina.
Estos dos artistas, diversos, unidos por la idea de esta propuesta artística, logran así conjugarse cada jueves de septiembre en el Teatro del viejo mercado -Lavalle 3177- como si compartieran escenario cotidianamente, y construyen un dueto que recorre la vida de la cantante chilena a través de sus propios escritos y composiciones. Desde las 21hs, Zabala no deja su guitarra mientras Noy recita décimas y fragmentos de la Autobiografía de Parra que van dando cuenta de los difíciles y alegres momentos de su existencia, sus viajes por Europa y su mirada sobre el ser latinoamericano. Completa la performance la delicada puesta visual de Leo Chajud que ayuda a sostener un clima intimista de principio a fin.
Con esta serie de recitales, la guitarrista, intérprete y compositora argentina Cecilia Zabala decidió presentar en la capital federal su cuarto disco, Violeta (2013), en el cual a diferencia de los tres previos –Aguaribay (2007), Pendiente (2008) y Presente Infinito (2011)-, en los cuales encontramos canciones propias junto con interpretación de temas folklóricos e incursiones en otros géneros como el jazz y el tango, se atreve con soltura y buen tino al desafío de ponerse en voz y manos de la que fue una de las más importantes artistas de nuestro continente en el siglo XX, y lo hace a través de su menos célebre veta: sus composiciones para guitarra sola y sus “anticuecas”, muchas de ellas producidas poco antes de su suicidio el 5 de febrero de 1967.
El disco, por lo tanto, es ajeno al típico homenaje de calendario que recorre lo más conocido de la producción de la cantora chilena y que en cada aniversario más o menos redondo suele repetirse. Por el contrario, pretende difundir aquello menos oído de su música y así enseñarnos una parte “secreta” de su obra, totalmente instrumental y que emociona con la rudeza de los rasguidos y la calidez de los arpegios. Son piezas simples y profundas, donde se perciben los pesares y las búsquedas de todo un pueblo. A esto es a lo que Noy le agregó la letra de la propia Violeta Parra a través de pasajes del texto donde ésta narra su vida para este espectáculo del que aún restan dos funciones los días 19 y 26 de septiembre, en las que seguramente Noy y Zabala continuarán conformando un equipo imperdible, donde los recitados se combinan con canciones entre las que no faltan incluso algunos clásicos como “Volver a los 17”o “El gavilán”.
Zabala señaló sobre el proyecto que “como compositora e intérprete, este disco para mí es una oportunidad única de ahondar en Violeta, sumergirme en su obra y dejarme atravesar para poder decir algo nuevo sobre ella y así colaborar con la difusión de nuestra cultura latinoamericana”. Advierte que la idea del disco fue nada más y nada menos que de León Gieco, quien años atrás encontró un libro de partituras de Violeta Parra en su biblioteca y le comentó a su amigo Osqui Amante la posibilidad de que fueran registradas.
Al respecto, Cecilia expresa: “Osqui me lo propuso en aquél momento pero yo no comprendía plenamente por qué me había ‘tocado’ este desafío. Meses después viajé a Barcelona a realizar una presentación que me había conseguido Eulogio Dávalos, guitarrista chileno. Nos pusimos a conversar y le conté del disco, que nos habían dicho que las músicas eran inéditas, que parecían no haber sido grabadas por nadie hasta ahora, pero que no tenía certeza al respecto. Eulogio se quedó sorprendido y me contó que fue a él a quien Violeta Parra le había pedido que transcribiera las anticuecas, que al final se habían desencontrado y al tiempo sucedió el final de la vida de Violeta”. Agregó después: “Eulogio conocía toda la historia de cómo los casettes originales donde Violeta había grabado las anticuecas pasaron a manos de diferentes personas hasta que llegaron a quienes al fin transcribieron las músicas y editaron el libro de partituras. Él mismo había sido quien estrenó las anticuecas y me confirmaba que nadie las había grabado antes”.
Con esta información y por este encuentro, Zabala terminó de decidirse y comenzó a preparar el álbum, hoy ya en disquerías, cuya presentación continúa durante todo el mes.