Texto y fotos: Pablo Leguizamón
En la ciudad de Viedma y en otras ciudades de la provincia de Río Negro, cientos de personas marcharon contra la instalación de una planta nuclear. La respuesta del gobierno: cambiar el lugar de instalación a Sierra Grande.
Cientos de personas marcharon ayer por las calles de Viedma. Para una ciudad de 50 mil habitantes, ver más de cuatro cuadras desbordadas por una marea humana que caminaba en silencio fue impactante. La movilización fue simultánea en otras ciudades en Río Negro.
La marcha partió desde la plaza Alsina, pasó por la plaza san Martín, donde se realizaron intervenciones artísticas y se detuvo en la Legislatura de Río Negro para reclamar.
Mientras la numerosa movilización recorría Viedma el gobernador de la provincia, Alberto Weretilneck, anunció la instalación de la planta en Sierra Grande.
En declaraciones radiales, Weretilneck intentó desarrollar la teoría de los gobiernos nacional y provincial al respecto: “¿Qué es una central nuclear? Porque si no pareciera ser que estamos fabricando una bomba”… ironizó. Y agregó: “Es una usina nuclear, es un lugar donde se genera electricidad, esta electricidad que consumimos todos. Lo que se está siendo es cambiar la fuente de generación de electricidad”.
Sin embargo, desde el Observatorio Petrolero Sur (OPSur) con sede en la ciudad de Neuquén, realizaron un comunicado en el que describen que “La generación de electricidad a través de la energía nuclear es contaminante, peligrosa, costosa y no es sustentable ni ética”.
Más abajo se explaya sobre los motivos para tales afirmaciones: “Contamina y hace un uso desmesurado del agua dulce en la minería de uranio; es peligrosa en el transporte de los minerales y del uranio enriquecido desde las plantas de tratamiento hasta el reactor y en caso de accidente o fallas de la seguridad (recuerdan los accidentes nucleares de Chernobyl y Fukushima); es costosa comparada con otras energías alternativas de menor impacto ya que por ejemplo en el caso de los parques eólicos, éstos, tienen un cuarto del valor de una central nuclear y generan la misma cantidad de energía; no es sustentable ya que se alimenta de minerales que se estiman que tienen unas décadas más de duración”.
Uno de los puntos más sobresalientes es el que se relaciona con el futuro. Desde OPSur afirman que “no es ética ya que la industria nuclear propone aprovechar la energía producida en esta generación y hacerse cargo del pasivo ambiental a todas las generaciones subsiguientes”.
Por último, afirman, de manera contundente, que “promueve un modelo de desarrollo extractivista que alimenta la voracidad de los mercados y no la continuidad de los sistemas sostenedores de la vida en el planeta”.