“Hacer realidad un mundo de amor, requiere nunca dejar de soñarlo”. Cecilia Gisela Basaldúa
Inicia en Córdoba el juicio contra Lucas Bustos, acusado de ser el autor del abuso sexual y el femicidio de Cecilia Basaldúa en abril de 2020. La familia y las organizaciones feministas exigen la anulación del proceso y denuncian una investigación arbitraria, sin perspectiva de género y que no incorporó elementos testimoniales y probatorios elementales.
Por Laura Salomé Canteros desde Cruz del Eje, Córdoba | Foto: La Tinta
Cecilia era (es) una de nosotras. Habitante de la furiosa ciudad de Buenos Aires, tras formar parte de la selección de hockey sobre hielo que participó de los Juegos Panamericanos 2015 en México, recorrió varios destinos de nuestra Abya Yala. En 2019 regresó a los barrios porteños, pasó las fiestas y vacaciones con su familia y en marzo de 2020 viajó a Córdoba, dónde tenía la intención de transformar en palabras eternas las aventuras y experiencias de sus viajes.
Fue en Capilla del Monte, localidad turística a 100 kilómetros de la capital y al pie del cerro Uritorco, donde la pandemia, el aislamiento social, preventivo y obligatorio y la crueldad patriarcal la sorprendieron. Allí fue vista por última vez, el 5 de abril de 2020, y tras estar desaparecida fue encontrada asesinada el 25 en una zona rural cerca de la ruta nacional 38 y a unos 500 metros del río Calabalumba.
Hoy, tras dos años, inicia el juicio contra el único acusado de ser el autor del abuso sexual y el femicidio de Cecilia Basaldúa. Será desde las 14 horas en Cruz del Eje, con un jurado popular y el Tribunal de la Cámara del Crimen de Villa Dolores, a cargo de los jueces Carlos Escudero, Santiago Camogli Roque y Raúl Alejandro Castro. La acusación será del fiscal Sergio Cuello secundado por la fiscal Paula Kelm.
Será otro capítulo de los feminismos populares organizados contra la impunidad de los poderes patriarcales. Para la primera audiencia fue convocada una concentración, hecho político en que la familia y las organizaciones exigen la anulación del proceso y denuncian una investigación arbitraria, sin perspectiva de género y que no incorporó elementos testimoniales y probatorios elementales.
“No estamos de acuerdo con la investigación”
La fiscal Paula Kelm, quien estuvo a cargo de la investigación, el año pasado elevó la causa a juicio con la hipótesis de que Lucas Bustos es el autor material de los delitos de “abuso sexual con acceso carnal, homicidio doblemente calificado por violencia de género y criminis causa”, los cuales prevén la prisión perpetua.
Al respecto, y en declaraciones a la agencia de noticias estatal, Télam, Daniela Pavón, abogada representante de Susana Reyes y Daniel Basaldúa, madre y padre de Cecilia, afirmó que “no estamos de acuerdo con la investigación y tampoco con la imputación a Lucas Bustos”.
“Todo el proceso de investigación fue irregular”, agregó Pavón, “a la fiscal Kelm hemos presentado múltiples elementos que debían ser investigados, sin embargo fueron desestimados sin siquiera considerarlos”. “El proceso de investigación está plagado de irregularidades por la actuación policial que, probablemente, sea para encubrir a los verdaderos autores (del femicidio)”, apuntó. La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación será querellante en el proceso y representada con el abogado Gerardo Battistón adelantó que tampoco va a acompañar la acusación de Lucas Bustos.
La familia Basaldúa no cree que Bustos sea el responsable de los delitos y plantean que la fiscal busca encubrir a alguien más porque la única prueba que se usó en su contra es una confesión realizada mediante “apremios ilegales” y torturas por parte de la policía.
Por su parte, desde la Mesa de Trabajo por verdad y justicia para Cecilia Basaldúa integrada por organizaciones de DDHH, populares y feministas que acompañan a su familia, se interpeló al poder judicial desde que se conoció la elevación a juicio del único imputado.
“¿Por qué no se realizó inspección ocular y reconstrucción del femicidio como solicitó la querella? ¿Por qué no se analizaron las pruebas de luminol encontradas en la casa donde estuvo Cecilia antes de su desaparición? ¿Por qué se elevó a juicio faltando receptar la declaración de una importante cantidad de testigos?”.
La pandemia del encubrimiento
El pasado 25 de abril, a dos años de la aparición sin vida de Cecilia, los feminismos organizados convocaron a marchas y concentraciones en Capilla del Monte, Córdoba capital y CABA. Esta última con la presencia de la madre y el padre de la joven, quienes intentaron entregar en la Casa de la Provincia un petitorio exigiendo verdad.
“Cecilia desapareció el día 5 de abril del año 2020. Su familia realizó la denuncia a los tres días. Entonces no se activó el protocolo de búsqueda inmediata como establece la ley provincial. El caso fue caratulado desde el principio como averiguación de paradero, tomando como premisa que Cecilia se ausentó por voluntad propia”, afirmó la declaración de la Asamblea Ni Una Menos de Córdoba, leída ante una gran convocatoria. “Creemos que ese fue el primer signo de una larga cadena de encubrimientos que veríamos en el proceso de investigación y no podemos dejar de mencionar que quien estuvo a cargo de la búsqueda territorial de Cecilia fue el denunciado por abuso sexual y hoy detenido”, agregaron.
A los dos días de la aparición del cuerpo de Cecilia, la fiscal Paula Kelm, a cargo del proceso de investigación detuvo a Lucas Bustos, un peón de campo que es el único imputado y que según la Asamblea NUM, no existe prueba concreta que lo incrimine excepto el testimonio de algunos policías que fueron denunciados por apremios ilegales. Al respecto, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, co querellante en la causa, denunció que Bustos es un “perejil”. Un contexto de investigación asociado al silencio. Es más, fueron las y les integrantes del Movimiento Plurinacional disidente y feminista de Capilla del Monte quienes salieron a buscar a Cecilia a pesar de las restricciones de movilidad por el inicio de la pandemia y la inacción policial. Y es ahora su familia y las organizaciones quienes luchan por el esclarecimiento de su femicidio ante lo que denuncian fue una investigación sin perspectiva de género y realizada bajo prácticas abusivas por parte de la fiscal y un alto mando de la policía de Capilla del Monte, como por ejemplo no permitir a otras instituciones acceso al expediente judicial ni al sitio donde fue encontrada Cecilia.
“Este juicio está armado y debería ser anulado. No es posible que exista justicia sin un debido proceso de investigación”, afirmaron desde la Asamblea. El juicio tendrá varias jornadas desde hoy: irá hasta el viernes 6 y retomará las audiencias el 12 y 13. ¿Qué exige la familia y los feminismos ante la desaparición y el femicidio de Cecilia Basaldúa? Verdad. Que este juicio sirva para romper la cadena de silencios e impunidad y se esclarezcan los hechos entre el 5 y el 25 de abril de 2020, días en que Cecilia desapareció y apareció sin vida. Justicia. Que se continúe con la investigación. Que la fiscal incorpore elementos probatorios que la familia considera fundamentales para explicar los delitos de abuso sexual y femicidio. Y memoria feminista. Que Cecilia sea recordada por sus sueños y proyectos que nos identifican y por los que militaremos hasta que todes seamos libres.