Por Marco Teruggi, desde Caracas*. Entrevista con Ricardo Navarro y Fernando Pinto, referentes de la Asociación Nacional de Medios Comunitarios (ANMCLA), un movimiento social en el campo de las comunicaciones que integra a más de cien colectivos de toda Venezuela.
ANMCLA surgió en junio de 2002. Fomenta, articula y defiende los diversos procesos de comunicación comunitaria, libre y alternativa. Forma parte de la Alianza Popular Revolucionaria un espacio de articulación formado desde el 2012 por diferentes movimientos populares.
– ¿Cómo analizan la etapa que se abrió en Venezuela desde el 5 de marzo (la muerte de Chávez) y el 14 de abril (las elecciones presidenciales)?
Ricardo Navarro: Hay un claro efecto de la ausencia del Comandante Chávez. Su desaparición física genera una nueva fase en la Revolución Bolivariana. El primer gobierno chavista sin Chávez implica un ajuste en un conjunto de mecanismos de gobernabilidad, fundamentalmente producto de la reacción de la derecha frente a los resultados del 14 de abril.
Hay muchas cosas que revisar sobre la base electoral de apoyo a la revolución, pero esta ofensiva ha generado una nueva situación que se parece al escenario del 2001, 2002, 2003 y 2004, que fue el de mayor ofensiva de la reacción en coordinación con agentes imperialistas y la mass media internacional. Hay muchos elementos que coinciden como la clara intervención que ha tenido el gobierno norteamericano en este último mes, que habla de su decisión de generar un marco de ingobernabilidad e intentar acabar con el proceso bolivariano.
Y si bien el gobierno ha tomado medidas adecuadas, hubo una suerte de perplejidad de parte del movimiento popular y del propio gobierno ante el carácter de la ofensiva de la derecha con acciones claramente terroristas de desestabilización, denuncias que están manteniendo en distintos foros internacionales sobre la ilegitimidad del gobierno, buscando generar las condiciones internas y externas para intentar dar luz al paso final y hacerse con el poder. Este cambio de actitud habla de una nueva fase de la reacción pero terrorista y fascista, con la generación de muertos, claros hechos de violencia y sabotaje a diversos servicios que cumplen una función en los espacios barriales donde los sectores sociales han visto la presencia de la revolución. Están intentando generar una situación de zozobra en la población.
Se generan condiciones sumamente complicadas para maniobrar un marco de gobernabilidad, lo que va a implicar lo que hemos conocido como el gobierno de calle, que es una gestión mucho más cercana a las necesidades puntuales de las comunidades populares, pero también darle respuesta no solo a nivel mediático sino aplicando la ley en base al marco constitucional para frenar esta ofensiva.
– ¿Cuáles consideran que son las tareas del movimiento popular?
RN: Su papel en un primer momento fue reaccionar ante la ausencia del Comandante, el Comandante Eterno como decimos, una falta central a la cabeza de la revolución que todavía sigue mostrando sus efectos. El pueblo todavía no ha terminado de asimilar su ausencia, más bien ha hecho un esfuerzo enorme de administración de la emotividad para poder asumir las tareas que implican un nuevo gobierno y la dirección de Nicolás Maduro, la dirección político-militar que se ha instalado en la dirección estratégica del proceso.
El movimiento popular tiene claras tareas en torno a la defensa y profundización de la revolución. Lo primero fue frenar la ofensiva de la derecha en coordinación con los actores institucionales. Sentimos que lo que hemos llamado la unidad cívico-militar ha sido fundamental y central para lograr frenar, no acabar con la desestabilización y ofensiva terrorista de la derecha, sino frenar la primera fase de su ofensiva. Hay un golpe continuado utilizando todas las herramientas para poder socavar la estabilidad y la gobernabilidad.
El movimiento popular sigue teniendo un papel central en su capacidad de defensa por un lado pero también de reivindicar y defender los avances de la revolución y profundizarlos. Una línea de defensa fundamental del proceso es la ofensiva popular para la profundización de la revolución. No es una defensa pasiva, arrinconada, sino una reacción de contraofensiva popular para garantizar el no freno a la Revolución Bolivariana. Ni un paso atrás como se ha dicho, no pasarán. Intentaremos utilizar todas las herramientas que se han ido acumulando en estos últimos años en organización, en conciencia popular, para lograr pasar a una ofensiva que garantice la profundización de la revolución, en coordinación naturalmente con los factores institucionales, pero poniendo el acento de izquierda para impedir que se frene y por último se intente acabar con la Revolución Bolivariana.
– ¿Cuáles consideran que son las principales fortalezas de la Revolución Bolivariana?
RN: Una de las grandes fortalezas que instaló la dirección política del Comandante Chávez y que dejó como legado es un profundo compromiso con las necesidades populares, con el pago de la deuda social que se ha acumulado por décadas en Venezuela.
Otra, es la comprensión de la necesidad de trascender al modelo rentista de la economía venezolana. Si bien se ha ahondado mucho en el discurso sobre esta necesidad, la deuda social ha profundizado en alguna medida elementos del carácter rentístico de la economía venezolana. Pero hay una conciencia sobre esto.
Lo otro es el factor de unidad cívico-militar que ha quedado también como un legado importante que garantiza una suerte de blindaje institucional, de defensa de la Constitución, lo que genera una primera línea de defensa institucional que impide que la reacción pueda jugar una maniobra de confusión tanto en los sectores institucionales de la Fuerzas Armada como en los sectores populares comprometidos con el proceso. Fernando Pinto: Hay un proceso de base extenso que no existía. Cuando comienza el gobierno de Chávez el nivel de organización popular era muy pequeño, el conjunto de cuadros de izquierda que habíamos empujado era bastante reducido, nosotros hacíamos chistes que decíamos que si mataban a cinco mil militantes no quedaba nada, que una buena dictadura con un poquito de ojo nos dejaba por 30 años sin posibilidades, y ahorita no es el caso. Hay un proceso extenso de organización popular con clave de izquierda, con un nivel de conciencia muchísimo mayor en la mayoría del pueblo.
Quizá ese proceso de organización popular no esté todavía suficientemente cualificado ni con capacidad orgánica real, pero existe en cada sitio. Cuando escuchas un vocero cualquiera de cualquier espacio de base ves que la gente tiene un nivel de visión anticapitalista, de organización, de poder popular, de claves de organización muy similares a las que defendimos durante mucho tiempo. Inclusive la visión latinoamericana, antiimperialista que no estaban tan arraigadas en el sujeto popular y ahora sí lo están. Eso es una gran fortaleza y le da un paso de no retorno al proceso bolivariano.
– ¿De cara a la asamblea fundacional de la Articulación de Movimientos Sociales hacia el Alba, cómo ven el proceso de unidad del movimiento popular latinoamericano?
FP: Nosotros estamos viendo que la revolución está realmente en peligro y tenemos que redoblar los esfuerzos, ver no solo como frenamos a la derecha sino cómo sostenemos el proceso de avance. La alianza popular latinoamericana se vuelve aun más fundamental, tanto para el proceso bolivariano como para el proceso latinoamericano en general.
Ahí hay muchas lecturas. Hubo algún avance de procesos y gobiernos progresistas en la región pero eso tiene sus alcances, sus límites, y creemos que la posibilidad de avanzar, mantener esos gobiernos progresistas y seguir avanzando en el proceso revolucionario tiene mucho que ver con la capacidad que tengamos de superar los acuerdos simplemente de reuniones, declarativos, y pasar a acuerdos orgánicos con capacidad de establecer programas de acción de lucha en conjunto, de darle una visión más orgánica a esa articulación de movimientos.
Esto es un paso, en este momento no hay ningún escenario como el que vamos a montar en estos días, ninguno que funcione como esa idea de articulación más fuerte, de trabajar juntos, de programar juntos. Nosotros vamos esperanzados y ver con qué se puede salir de la asamblea.
* Autor del blog http://americasurrealista.blogspot.com/