Por Facundo Merlán Rey. Las inundaciones en la CABA y La Plata fueron tema central en los distintos medios durante la última semana. Un análisis de la utilización política del drama, expresada por sus mediáticos voceros, y las consecuencias de esa construcción de sentido.
Podemos desglosar el análisis en tres partes: la primer cobertura sobre las inundaciones en Capital Federal; el traslado del epicentro mediático a la ciudad de La Plata; y por último, el manejo político, con los medios como “agitadores”, de la movida solidaria llevada a cabo por la gente y las organizaciones sociales.
El primer día el centro fue la Ciudad de Buenos Aires. Las redes sociales se vieron invadidas de quejas de quienes pedían a gritos que se exponga la situación que estaba viviendo la gente del interior de la Provincia y del Conurbano. Sin embargo, los medios se enfocaron en la cobertura porteña.
Los cercanos al macrismo, con el Grupo Clarín a la cabeza, se encargaron de “proteger” al Jefe de Gobierno apelando a las imágenes y cifras de alto impacto de los barrios colapsados por el agua, la gente haciendo lo que podía por sí misma y por sus bienes materiales, vinculándolas solamente con el desastre natural -que es real-, sin mencionar la responsabilidad política de la gestión PRO. Hubo notas aisladas sobre los inocultables reclamos de los porteños por las pérdidas sufridas y por el restablecimiento de los servicios públicos que permanecieron, en algunas zonas, cortados durante días.
Pero el enfoque principal fue no solo asociar la tragedia al fenómeno natural, sino también resaltar las medidas posteriores a las inundaciones, como los créditos y subsidios para los damnificados, victimizar a Macri ante las críticas de la oposición o hacer especial hincapié en la puja que mantiene con el gobierno nacional por la falta de recursos para las obras públicas que ayudarían a evitar estos desastres. Sin embargo, ninguno habló del dinero que se destina a espectáculos como el TC 2000, o a la publicidad partidaria que se despliega por la Ciudad; dinero que podría haber sido destinado a las obras mencionadas en los seis años que lleva el empresario como Jefe de Gobierno, brindándole solución a un problema que, con el conocimiento de los datos históricos, podría haberse evitado.
Por otra parte, los medios que responden al kirchnerismo brindaron la posición opuesta. Desde el título poco serio de Página 12, utilizando la frase “Venecia sin ti” de la canción “Agua en Buenos Aires” de Divididos, relativizando la situación de la CABA, hasta las acusaciones de otros exponentes como Tiempo Argentino o “6,7,8”, dedicando minutos y páginas a la ausencia de Macri y parte de su Gabinete en el país, mientras el agua tapaba parte de la Ciudad. Incluso se deslizó el rumor de que la Vice-Jefa de Gobierno, Maria Eugenia Vidal, censuró a parte de la prensa, fundamentalmente la opositora al macrismo, para que evitara precisar datos sobre la responsabilidad política y la desidia de su gobierno.
Si bien el complicado escenario de la Capital Federal no desapareció de los medios, fue rápidamente opacado por la situación de La Plata y sus alrededores, ante la insostenible magnitud de la tragedia. La aparición de Cristina Fernández de Kirchner en la zonas afectadas y en cadena nacional tuvo dos recortes: por un lado, los medios opositores, nuevamente con Clarín a la cabeza, hicieron hincapié en el hostigamiento, los reclamos y los insultos que la mandataria recibió por parte de los vecinos, cuando solo las cámaras de La Nación estaban registrando los diálogos. Comenzaron a destinarse informes críticos por la falta de previsibilidad e inversión para evitar las inundaciones, dándole mucha menos relevancia al plan económico anunciado por la mandataria para “intentar” subsanar las pérdidas materiales de los habitantes de La Plata, Tolosa, Berisso y alrededores.
Por otro lado, medios oficialistas remarcaron especialmente el hecho de que la presidenta recorra los barrios, intentando demostrar su perfil popular. Destacaron el gesto político de reunirse con el gobernador Scioli, -quien se encuentra cada vez más lejos del oficialismo-, y dedicaron espacios televisivos y páginas al ya mencionado plan económico. Ni una mención al hecho de que el dinero que se destinó para los subsidios y créditos para los damnificados, o artilugios socialmente menos relevantes, también podría haber ayudado a prevenir y paliar los efectos del temporal, que según palabras mismas de la presidenta, ocurren desde que ella tiene 13 años.
Quien logró una imagen mediática neutra fue Scioli. Si bien se replicó el hostigamiento que recibió en Tolosa junto con la ministra Alicia Kirchner, su accionar demagógico y su relación indefinida con el gobierno nacional hicieron que sean leves las críticas y ataques de los medios, pero no de la gente. Sus medidas (similares a las de Macri) de subsidios, eximición de impuestos y créditos, no tuvieron mayor repercusión.
Finalmente, otro que unificó criterios, pero a la hora de las críticas, fue el intendente de la ciudad de La Plata, Pablo Bruera. Si bien las primeras fueron realizadas por medios opositores al kirchnerismo por su falta de previsión y las dudas sobre los fondos destinados a las obras públicas hidráulicas, su nefasto accionar en Twitter, subiendo una foto en la que se muestra colaborando en un Centro de ayuda de La Plata cuando en realidad estaba de vacaciones en Brasil, hizo que el gobierno nacional y provincial le soltaran la mano, y por esto más distintas denuncias relacionadas al desvío de donaciones, fuese blanco de críticas de los medios oficialistas también.
Por último, otro tema que tuvo repercusión en los medios masivos de comunicación fue la enorme movida solidaria. Pese a los planes anunciados por los distintos Gobiernos, los vecinos de las zonas afectadas en la Capital Federal y el sur del Conurbano Bonaerense coinciden en que nada es real. Solamente lo referido a los subsidios y créditos se está llevando a cabo, con serias dificultades debido al caos en que quedaron sumidos estos lugares y la lentitud de los trámites. Para contrarrestar el efecto político negativo generado por las inundaciones, los medios oficialistas se encargaron de difundir cuantas imágenes pudieron de militantes de organizaciones afines, con La Cámpora como la más importante, repartiendo donaciones realizadas por gente ajena a ellos con pecheras partidarias. Esto desató una gran polémica, que tuvo su punto de mayor mediatización con el enfrentamiento entre el periodista de la TV Pública (y ex periodista del Grupo Clarín) Juan Miceli y el Diputado Nacional y líder de la organización, Andrés Larroque.
Por su lado, los medios opositores al Gobierno Nacional se encargaron de blanquear el reparto selectivo que estas organizaciones kirchneristas hacían de las donaciones, remarcando la utilización política de las mismas. Incluso, llegaron a manifestar la hipótesis de una presunta intencionalidad de utilizar el confuso episodio protagonizado por miembros de la UOCRA y militantes de La Cámpora para victimizar a dicha organización, ante la mala imagen a la que quedó pegada ésta luego del cruce entre Miceli y Larroque y las denuncias antes mencionadas.
Los medios son empresas comunicacionales, se mueven con fines políticos y económicos. Se encargaron de generar confusión a través de cifras que convertían a las víctimas de la desidia en números y de profundizar la polarización política y social de quienes solo pudieron enterarse de lo ocurrido a través de ellos en función de sus intereses.
Lo que sí mostraron con gran énfasis, cada cual para su “bando”, fue la masividad de la colaboración del pueblo para quienes realmente lo necesitaron. Una vez más, en épocas donde predomina el egoísmo y el desinterés por el de al lado, la gente sostuvo una situación crítica, generada por la desidia de quienes nos gobiernan. Voluntariamente, de forma individual u organizada el pueblo dijo presente. Una vez más, los gobernantes, volvieron a dar muestras de demagogia y de mayor interés del voto que del ser humano. Y una vez más, los medios trataron de ocultarlo.