Por Luis Angió, desde Atenas*. Luego del histórico triunfo de Syriza, Grecia empieza a transitar una nueva etapa política: el flamante gobierno toma medidas que invitan a ilusionarse a un pueblo que decidió encabezar el cambio de rumbo en Europa.
A pocos días del triunfo de Syriza, en Grecia todo es normalidad. Las grandes catástrofes que pregonaban los partidos de derecha y todo el establishment en Europa quedaron desvirtuadas. El gobierno de Alexis Tsipras comenzó a poner en práctica una serie de medidas económicas para empezar a revertir los años de austeridad que afectaron a la gran mayoría de la población.
Las reuniones con los grupos económicos que hasta el domingo 25 de enero mandaban en Grecia se desarrollan con la expectativa propia de un poder que va a querer poner piedras en el camino del nuevo Ejecutivo. Un estudiante de 19 años lo resumió así: “Los griegos necesitamos volver a vivir”.
Mientras camino por las calles de Atenas, me encuentro con un grupo de mujeres que está bajo una recova acampando con carteles y pasacalles. Uno de esos escritos indica que allí hay personas que están luchando por algo. El pasacalle dice: “¡Hasta la victoria siempre!”, frase retratada por la clásica foto del Che Guevara.
Hablo con una de ellas. Es chilena y una más entre las 595 mujeres que desde hace más de 300 días fueron despedidas del trabajo de limpieza en dependencias del Ministerio de Economía. Recuerda que su lucha fue acompañada por Syriza y que Tsipras siempre estuvo a su lado, prometiendo que si accedía al gobierno serían reincorporadas.
Recorriendo algunos barrios de Atenas llego a Plakas, típico lugar donde se abarrotan los locales y negocios, especialmente instalados para el turismo. A pesar del invierno y del día destemplado, cientos de turistas recorren sus calles. Entro en los puestos de venta a consultar algo: la excusa es encontrar a alguien que hable castellano para poder entablar una conversación. A poco de recorrer, encuentro a un ateniense que se dedica a vender conjuntos deportivos de los equipos más famosos de Europa. Habla español. Le pregunto por quién votó y me dice que por Syriza. No parece ser una persona que esté en una mala situación económica y menos sin trabajo. Me comenta que está harto de los que siempre han gobernado y sólo se llenaron sus bolsillos. Que la corrupción es cosa de todos los días y que nunca se ha hecho nada. No se considera un hombre de izquierda pero votó a Tsipras porque está cansado de todo lo conocido y apuesta a un cambio.
Muchos de los que, con un 36% de votos, le dieron el triunfo a Syriza lo hicieron por este mismo motivo. Saben que los cambios no vendrán mágicamente. También saben que necesitarán el apoyo de otros sectores políticos de Europa, que dieron su aliento a este nuevo partido que hace cuatro años había logrado sólo el 4% en los anteriores comicios.
Un grupo de italianas e italianos que se denomina “La otra Europa con Tsipras” trae, además de su apoyo, la esperanza de que un triunfo de esta izquierda ayude a impulsar a otros movimientos europeos. Raffaella Bolini, una militante social que integra este grupo, relata que “aquí se puede romper el bloqueo único neoliberal que desde hace 30 años está en el poder en Europa”.
La masiva movilización en Madrid el pasado 31 de enero, donde más de 200 mil personas se juntaron en la Puerta del Sol convocadas por PODEMOS, indica que otra Europa es posible.
El acuerdo con Griegos Independientes –un pequeño partido nacionalista de derecha que ha logrado representación parlamentaria y que en su plataforma plantea romper los acuerdos económicos con la Troika– mostrará en estos primeros meses de gobierno hasta dónde se podrá imponer un plan económico que saque de la pobreza y la miseria a los millones de griegos y que disminuya el 27% de desocupación actual.
Por lo pronto, Tsipras ya se encuentra recorriendo otros países de Europa, conversando con los principales gobernantes y explicando que Syriza no ha llegado al gobierno para destruir nada de lo que la derecha ha venido diciendo desde hace meses. Si lo consigue, será un indicio de que Syriza también están llegando al poder.
Con este panorama, parecería que el escollo más fuerte por sortear es la nueva “dama de hierro”, Ángela Merkel, canciller alemana y representante de los grupos económicos financieros como el Banco Mundial (BM), el Banco Común Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Mientras tanto, una oportunidad de cambio se echó a rodar en Europa.
*Periodista del programa “Otras voces, otras propuestas” de Radio La Retaguardia (www.laretaguardia.com.ar)