Por Federico Larsen. El ídolo de Estudiantes de La Plata seguirá jugando seis meses más. En un momento complicado para el club, los hinchas festejaron con todo la decisión de La Brujita.
Nació en la madrugada del día en que su padre, Juan Ramón ‘La Bruja’ Verón, metió el gol con que el Pincha se quedó con el clásico 87º. Bilardo, por entonces técnico del León Platense mantuvo en secreto la noticia para mantener concentrado al nuevo papá. Debutó en un Estudiantes deslucido en 1994, que ya descendido, se dio el lujo de golear a Racing y dar la vuelta, en su cancha de 1 y 57, colmada como en los mejores días de fiesta. Estuvo en el equipo de los récords de la B nacional -mayor cantidad de puntos y de goles-, y tras sus primeros pasos por la Primera, tomó ese camino que de ‘los cinco grandes’ del fútbol argentino lleva a Europa y a la consagración mundial.
El domingo, Verón y todos los hinchas de Estudiantes vivieron un día de fiesta. La decisión del capitán de quedarse seis meses más en el club fue la excusa para volver a pintar la ciudad de las diagonales de rojo y blanco, luego de un año entero sin festejar un logro deportivo, algo que hacía tiempo que no sucedía. Hace exactamente doce meses, Verón levantaba el trofeo del Apertura 2010 ante una Plaza Moreno -centro geográfico de la ciudad- desbordante, como la que lo recibió campeón de América en 2009 y del Apertura 2006.
Es imposible no trazar un paralelo entre su retorno al club y el éxito futbolístico de Estudiantes. Desde entonces, en los carteles de la céntrica calle 7 de La Plata, aún aparecen pintados los 0 que recuerdan la histórica goleada que el Pincha logró ante Gimnasia, en el primer clásico desde el regreso de Verón.
“Yo nací con esto, es normal que cuando deje de jugar se extrañará, pero es parte de la vida. Terminé cansado producto de la edad y del trajín. Que la gente venga en esta cantidad es impresionante. Muchas gracias a todos, por el apoyo, demostrando el cariño, no sólo hacia mi sino hacia el equipo en todos estos años. Muchas gracias a todos”, dijo La Brujita al tomar el micrófono tras el final del partido ante Unión (2-0), el domingo pasado.
Mala racha
Si bien el resultado no cambia la situación, la victoria ante el Tatengue se puede considerar como un comienzo de la recuperación del equipo en lo futbolístico. “Me imagino un semestre mucho mejor y en lo personal tengo que apretar más los dientes”, declaró Verón en conferencia de prensa posterior al partido.
El 2011 fue un año malo para el Pincha. Los resultados no lo favorecieron, el juego llegó tarde y los acontecimientos extrafutbolísticos llegaron sólo para empeorar la situación. Tras la decisión de la nueva Comisión Directiva, presidida por el arquitecto Enrique Lombardi, de cortar el apoyo del club a los barras, y aplicar el derecho de admisión a más de 260 hinchas, las cosas parecían tomar un camino oscuro. La suspensión del partido con Banfield, y el intento de apriete en la sede del club hace pocos días, fueron la respuesta del grupo de barras que se obstina en mantener un negocio que factura miles de pesos, principalmente gracias a la connivencia entre policías, punteros y dirigentes.
A todo esto se le sumó la condena que recibió Estudiantes por el caso de Gastón Fernandez, que amenaza con dejar fuera de las canchas al delantero por seis meses, a causa de una mala negociación con Tigres de México por su pase, o pagar una multa de 800 mil dólares.
Un futuro incierto, pero con un pasado reciente muy claro. Ya hace dos años, los jugadores se enfrentaron a los barras que iban a exigir entradas y los echaron a la fuerza del country de City Bell con Desábato, Braña y Verón a la cabeza. El mismo capitán, destinó buena parte de sus remuneraciones para ayudar al club a sostenerse financieramente, y apoyar el trabajo que se viene haciendo con los juveniles. El grupo duro de jugadores que hoy representan al club, son ya parte de su historia -sólo tres de los titulares del Estudiantes campeón de América hoy juegan en otro lado-, fuertemente identificados con la institución y alineados, como lo han demostrado en estos días, detrás del símbolo, Verón.
Estudiantes tiene entonces algo de que preocuparse, pero mucho para festejar. Los últimos seis meses de La Brujita serán probablemente definitorios, acerca del rumbo que tomará el club. Pero con el apoyo de su gente, demostrado ampliamente el domingo, y la mística que rodea a su equipo, podrá sobrellevar esta etapa y volver a lo más alto. Sin importar cómo se vaya, este fin de semana dejó claro que Verón se irá por la puerta grande de La Plata.