La Legislatura de la CABA aprobó la regulación del trabajo de plataformas que avala la precarización laboral, que tiene sesgo de género y que hace entrar la actividad laboral como regulación del transporte. En este contexto, ¿dónde queda el cumplimiento efectivo de la Ley de Contrato de Trabajo?
Por Vivian Palmbaum |
El 16 de julio se aprobó en la Ciudad la regulación del trabajo de plataformas de reparto o delivery. El proyecto, que regula la actividad y que luego se convirtió en ley en CABA fue impulsado por la legisladora Cristina García de Aurteneche de Vamos Juntos (VJ).
Una regulación que considera a las empresas de plataformas como meras mensajerías, no reconoce ninguna relación laboral, carga todas las responsabilidades sobre quienes desarrollan la actividad. Tampoco reconoce derechos laborales y limita la actividad a quienes se domicilian en la Ciudad, dejando afuera alrededor de 6000 trabajadores y trabajadoras domiciliados en provincia.
Uber Eat, Rappi, Glovo, Pedidos Ya son las principales plataformas que en épocas de aislamiento social permitieron que muchas personas, entre ellas quienes están incluidas en grupos de riesgo, no tuvieran que salir a proveerse para sus necesidades. Trabajadores y trabajadoras consideradas esenciales exentos del aislamiento social y cuya actividad está en el mismo rango que por ejemplo el personal de salud. Sin embargo no hubo protocolos de cuidado para las y los trabajadores de este sector. Hasta ahora en Argentina al menos seis trabajadores y trabajadoras de plataformas perdieron su vida por efecto de la pandemia.
Desde la Asamblea de Trabajadoras en Tiempos de Pandemia* al tiempo que se solidarizaron expresaban, “la ley les carga con mas obligaciones y a las empresas los exime de responsabilidades y les permite seguir utilizando la figura del falso autónomo. La ley es una modificación al código de transito en donde a les repartidores para poder circular los obliga a que se inscriban en un registro, tengan domicilio en la ciudad y se anoten en el monotributo. Todo esto se lleva a cabo sin haber consultado con ningún trabajador del sector”. La nueva normativa además través de la modificación del código de transporte también termina afectando las condiciones de trabajo en CABA, una potestad que no tiene el gobierno de la Ciudad.
Marcha entrevistó a Flora Partenio, feminista y sociologa, que forma parte de la Asamblea de Trabajadoras en Tiempos de Pandemia, que nos contó como es la situación para el conjunto de les trabajadores y como afecta particularmente a las mujeres.
– Trabajadoras y trabajadores de plataformas realizaron una acción global el 1ro de julio con el tercer paro internacional de repartidores de aplicaciones…
Si, acompañé en el pedaleo a algunas repartidores y repartidoras en la ciudad de Buenos Aires, en la caravana, movilización y paro. Es muy difícil hacer una huelga; y si bien, hubo movilizaciones a nivel internacional en los últimos meses, en todas las ciudades están iguales, Quito, Río de Janeiro, Santiago de Chile, incluso en el Estado español. Es muy difícil la huelga porque implica no cobrar en todo el día, y en algunos casos las empresas toman represalias y les bloquean la aplicación.
– ¿Cuales son las principales dificultades que tiene la actividad?
En las entrevistas que hicimos con las compañeras ciclistas, lo que ellas comentaban, en algunas paradas que tienen, en esquinas o en estacionamientos de supermercados. Las nociones mas básicas que contaban, es que primeramente en todo el contexto de la pandemia, en los locales donde van a retirar los pedidos, no les dejan acceder al baño para higienizarse, para poder acceder a la limpieza, no hay postas ni estaciones diseñadas desde las empresas; y en el caso de las mujeres, los días que están con el período menstrual, sobre todo en meses de frio, no tenían un lugar para acceder. Son cosas básicas que no están”.
Con sesgo de género
Partenio explicó otra cuestión que es la falta de acceso a programas de emergencia en el contexto del COVID-19. “En el caso de los repartidores no pudieron acceder al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), en el caso de las mujeres no solo no pudieron acceder, sino que muchas son migrantes y tenían problemas para acceder a la aplicación y poder inscribirse, no pudieron contar con el Ingreso y no hubo algún programa concreto ni desde el Gobierno nacional ni el de la ciudad, para poder costear los momentos que no podían repartir. Tenían dificultades para completar ingresos”.
Para Flora Partenio, en el caso de las mujeres, “se agravó porque tenían en sus casas a sus hijes, y todavía los tienen porque seguimos sin escuelas, jardines ni universidad y entonces se dificultaba mucho que salieran a repartir porque se tenían que quedar en sus casas a cuidarles”.
– ¿Cuales son las implicaciones concretas?
En términos algorítmicos, cuando no tenes la aplicación activa, y no entregas pedidos, vas bajando en el ranking y en los pedidos que te van llegando, entonces a tu aplicación te llegan los peores pedidos.
Les repartidores trabajan entre 10, 12 y hasta 16 horas por día y “como no pueden estar todo el día conectadas y conectados, te llegan los peores pedidos: los que están más lejos; entonces tardas más en llegar, cobras menos, haces menos pedidos por día y al final del día tenes menos dinero.
En el caso de las mujeres, que tienen a su cargo las tareas de cuidado, si tuviste que quedarte toda la mañana cuidando a tus hijos. En este sentido nos decían que el algoritmo tiene estos sesgos de género que los replica en la asignación y entrega de posibles pedidos que hacen delivery. Esta cuestión de matemática algorítimica impacta directamente sobre quienes tienen responsabilidades de cuidar, quienes deben quedarse en sus casas un tiempo mayor al que estaban antes de la pandemia. Esto es muy diferente a lo que les pasa a los repartidores varones que por ahí tienen a alguien en su casa que asume el cuidado de sus hijes.
Desde la Asamblea de Trabajadoras en Tiempos de Pandemia realizaron dos declaraciones de solidaridad que se hicieron llegar a distintos espacios sindicales y agrupaciones de trabajadores, repudiando el proyecto que ahora es ley, que entra por el area de transporte y regulación vial pero que viene afectando directamente a les trabajadores de reparto. También desde la Asamblea hicimos una campaña gráfica donde participaron artistas feministas y articulamos la experiencia con ciclistas feministas de Ecuador que están viviendo estas mismas dificultades.
Además, las trabajadoras de reparto o delivery, deben enfrentarse al acoso callejero como manifestación de una sociedad acostumbrada a que les esenciales sean ellos.
Desde la Asamblea de Trabajadoras en Pandemia afirman: “Nosotras trabajadoras asalariadas que también hacemos trabajos no remunerados afirmamos que nuestros derechos no están en cuarentena”.
* Podcast producido por Asamblea de Trabajadoras en Tiempos de Pandemia y Madreselva
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