En un entrevista exclusiva para Marcha, Frei Betto, uno de los principales teólogos de la liberación de Brasil, se declara esperanzado con la elección de Jorge Bergoglio como nuevo papa. El dominico cree que Francisco hará reformas en la Iglesia Católica.
Frei Betto es optimista. Parte de su optimismo viene del hecho de que Jorge Bergoglio fue apoyado por el cardenal brasileño don Claudio Hummes, con quien Betto trabajó por 10 años. Bergoglio compartió con Hummes, a quien llamó “amigo”, el balcón de la basílica de San Pedro, al ser anunciado como papa. Más tarde, Bergoglio afirmó que eligió el nombre Francisco influenciado por Hummes, que le dijo “no te olvides de los pobres”.
Para Frei Betto, la declaración de Hummes de que habrá una reforma en la Iglesia, no deja dudas. “[Don Claudio Hummes] Jamás diría eso en público si no estuviera autorizado por el papa”, afirmó Betto.
La obligatoriedad del celibato para el clero diocesano y permitir la ordenación de mujeres son, según Betto, ejemplos de cambios que podrían ser realizados a futuro. “La Iglesia Católica necesita desclericalizarse, valorar el protagonismo de los legos, aprender el lenguaje de los jóvenes, predicar mas el amor y el perdón y menos el miedo y la culpa”, resume.
Betto, al lado de Leonardo Boff, don Pedro Casaldáliga y don Tomás Balduíno, es uno de los principales referentes de la Teología de la Liberación hoy en Brasil. Betto fue detenido dos veces por la dictadura militar brasileña (1964-1985). La primera vez por 15 días, en el primer año de la dictadura y después, entre 1969 y 1973. La experiencia en la cárcel y la resistencia a la dictadura de los frailes dominicos fue registrada por Betto en diversos libros, entre ellos Bautismo de Sangre, ganador de diversos premios.
– ¿Qué nos revela la elección de Bergoglio? ¿Por qué, en su opinión, se elige en este momento, el primer papa latinoamericano?
La elección de Bergoglio es un quiebre de paradigma. Por la primera vez tenemos un papa latinoamericano, oriundo del continente que abriga el mayor número de católicos. Eso representa una deseuropeización del papado, que hace más de mil años venía siendo ocupado por europeos. Espero que el papa Francisco sea coherente con el nombre que eligió.
– Usted afirmó en un artículo que el nombre de un papa revela todo su programa. ¿Cuál es, entonces, el programa de Francisco?
El nombre Francisco implica por lo menos cinco dimensiones simbólicas. La primera es la paz. San Francisco se convirtió tras retornar herido de la guerra. Se comprometió, entonces, en la busca de un mundo bajo el imperio de la paz; segunda dimensión: la crítica al capitalismo, al sistema productivo que genera miseria. Bernardone, padre de Francisco, es uno de los pioneros del capitalismo. Gracias a su manufactura textil, producía telas más baratas, llevando innumerables artesanos del ramo textil a la bancarrota. Francisco, al quedarse desnudo en la Plaza de Asís, devuelve al padre las ropas que este había fabricado. Tercera: la opción por los pobres. Francisco se pone al lado de las víctimas del sistema productivo que genera desigualdad social; cuarta: la preservación ambiental. Francisco es el patrono de la ecología, amigo de la naturaleza. Quinta: la reconstrucción de la Iglesia. Francisco escuchó a Jesús crucificado, en la iglesia de San Damián, pedirle que reconstruyera la Iglesia. Pensó que se trataba de la capilla de la Porciúncula, que estaba en ruinas. Luego se dio cuenta de que el pedido era más amplio, se trataba de librar la Iglesia Católica del elitismo promovido por el papa Inocencio III.
– ¿Usted cree que habrá cambios en la Iglesia, la flexibilización de algunos dogmas o reformas?
Creo que sí, pues la renuncia del papa Benedicto XVI y la denuncia hecha por él de que la Iglesia está llena de hipocresía exige de Francisco medidas transformadoras. Don Cláudio Hummes, cardenal emérito de San Pablo, uno de los articuladores de la elección de Bergoglio, declaró que habrá reforma de la Curia Romana. Por haber trabajado al lado de Dom Hummes más de 10 años, sé bien que él mide cada palabra. Jamás diría eso en público si no estuviera autorizado por el papa. Y la cuestión no son los dogmas, es abrir el debate sobre la teología moral, de modo a erradicar el celibato obligatorio para el clero diocesano, reinsertar en el ministerio sacerdotal padres casados, permitir la ordenación de mujeres, autorizar el uso de preservativos, etc.
– ¿Como ve usted la elección de Francisco a la luz de la pérdida de hegemonía de la Iglesia Católica en nuestro continente con el avance de la Iglesia Evangelista?
Si Francisco logra innovar en los métodos de evangelización puede ser que la Iglesia Católica recupere terreno. Nuestros métodos son anticuados, medievales, como priorizar las parroquias. Pero nadie más estrecha las relaciones sociales a partir de la proximidad geográfica. Hoy, con los medios electrónicos, vos que vivís en Buenos Aires podés tener tu mejor amiga viviendo en Tokio y, tal vez, ni sepa el nombre de la familia que vive en el mismo piso de su edificio… La Iglesia Católica necesita desclericalizarse, valorar el protagonismo de los legos, aprender el lenguaje de los jóvenes, predicar mas el amor y el perdón y menos el miedo y la culpa.
– Había un brasileño, don Odilo Scherer, entre los posibles papas. Sin embargo, don Claudio Hummes apoyó la candidatura de Bergoglio. ¿Por qué?
La actitud de don Hummes revela algo muy simple: don Scherer fue candidato dos veces a presidente de la Conferencia Episcopal Brasileña. Y las dos veces salió derrotado. Por lo tanto, los obispos brasileños no le consideran apto para presidir la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil), cuanto más ser papa.