Por Marcelo Valko*. Como en 2010, Félix Díaz realiza un acampe en pleno centro porteño. Ante el hostigamiento y la represión del gobierno provincial y la indiferencia del nacional, los pueblos originarios quieren que se los escuche.
El carashe Qom de un olvidado paraje formoseño llamado Potae Napocna Navogoh (La Primavera), Félix Díaz, se ve obligado a un nuevo acampe en la Avenida 9 de Julio y Avenida de Mayo. Las causas son básicamente las mismas que hace cuatro años: amenazas de muerte, incumplimientos y arbitrariedades de todo tipo.
En aquella oportunidad, su presencia se extendió durante un fatigoso semestre de 2010 sin resultado alguno y terminó convirtiéndose en parte del paisaje de la plazoleta junto a la estatua del Quijote. Y ahora, desde mediados de febrero, nuevamente vemos su humildad en la 9 de Julio, mientras espera ser recibido por la presidenta. Al igual que la otra vez, pese a las distorsiones perceptivas del gobierno, no viene como un opositor. Al contrario, viene a pedir ayuda, auxilio frente a las arbitrariedades del gobierno provincial. Es simple y claro. Es un calco del Malón de la Paz de 1946.
De hecho, a poco del inicio del primer acampe, sorprendido de que un reclamo tan justo no tuviera eco en la Dra. Fernández de Kirchner, Díaz le escribió una carta a Hebe de Bonafini que fue entregada varias veces en la Sede de Madres y cuyo facsímil publiqué oportunamente en Desmonumentar a Roca. Un extracto dice textualmente: “Entregamos [una carta] a nuestra querida Presidenta Cristina de Kirchner. Desde ya ella tiene nuestra carta y el Señor Randazzo también tiene una carta. El pedido es que esas tierras fueron vendidas. Y nos quedamos sin monte, sin agua y sin nada”. Otras tres copias se pegaron con cinta en los laterales de una de las carpas del acampe, una de ellas, que Félix despegó, obra en mi poder.
Muy pronto, la vacilación oficial del comienzo se transformó en un silencio absoluto hasta devenir en una hostilidad manifiesta hacia “los indios truchos”. En simultáneo apareció la oposición, a quien le dejaban el tema de la violación de los Derechos Humanos de las comunidades servido en bandeja. Y allí, otra vez los conspirólogos encontraron pruebas para demostrar que el acampe se trataba de una maniobra de TN & Cía. Se escuchaban comentarios como “no me queda claro lo que hacen estos indios”. O un contundente: “Los qom no saben elegir a sus interlocutores, no saben operar políticamente…”. Ahí sí concordamos. Al menos en una. Claro que no saben operar políticamente: son plantadores de mandioca, no rosqueros. Por otra parte, no tienen posibilidad de elegir a cuál micrófono o cámara de televisión hablar. Los invisibles no tienen chances de elegir. ¿Acaso no entienden? Con su tranquila amabilidad Félix Díaz responde a los pocos medios que le conceden algún espacio para verbalizar una injusticia que viene desde lo más profundo de nuestra historia como Nación.
Como el inicio del nuevo acampe, se produjo un par de días antes de la marcha del 18 de febrero por la muerte de Nisman, muchos a quienes el árbol de la camiseta partidaria no les permite ver el bosque de la realidad salieron a hablar del oportunismo del cacique Qom. Y en el mar de las conspiraciones variopintas y las confabulaciones de todo género percibidas incluso por genuinos militantes, descalificaron al carashe Díaz diciendo que busca un cargo, que no representa a nadie salvo a él mismo, que ya no vive en la comunidad, que está financiado por la corpo para empañar lo realizado en DDHH durante estos años y que, en definitiva, se trata de un indio trucho.
Por su parte, algunos caretas de la “oposición” fueron al acampe no a llevar solidaridad o aportar un bidón de agua, por el contrario, fueron en busca de la foto para quedar bien con nada y mostrarla para evidenciar su sensibilidad. Mentiras e infamias alejadas de la realidad. Incluso en mi caso, por apoyar el acampe me acusaron “de estar a sueldo de Clarín”.
Nora Cortiñas, de la Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo, alguien que nunca antepuso sus preferencias políticas a la defensa irrestricta de los DDHH de unos y otros, conoce la comunidad La Primavera, sabe cómo vive Díaz, la miseria en que habita. Y ni qué decir del apoyo que Osvaldo Bayer brindó a la lucha de los Qom, alguien absolutamente intachable. Semejantes respaldos, demuestran hasta qué punto son infames las acusaciones hacia la persona de Félix Díaz y su lucha por la dignidad, o puesto en sus propias palabras “para no seguir sufriendo como estamos sufriendo”. En todo caso, los dedos acusadores tendrían que apuntar a “los indios amigos” que va comprando la gobernación con celulares y ciclomotores y chapas y bolsones de alimentos y…
Ya pasaron dos semanas de la marcha del 18F y el acampe sigue. Incluso, también pasó el 1M, y el acampe sigue. La resistencia no es oportunismo. La dignidad no es especulación. Es decir basta. Nuevamente basta. Y continuar con una historia de resistencia en busca de quebrar de una vez y para siempre la invisibilidad en que la construcción de una Argentina blanca y europea que descendió de los barcos condenó a los pueblos originarios a quienes aún el Nunca Más no les llega, no los ampara, no los cobija. Los Qom no quieren participar de internas y oscuridades. Aspiran a tener sueños como todos. ¿Es tan difícil de entender eso?
Ojalá que su reclamo no termine como la vez anterior. Que no se repita nuevamente el final del Malón de la Paz. Es lento, en ocasiones muy lento, pero viene…
* Autor entre otros libros de: Ciudades Malditas Ciudades Perdidas; Pedagogía de la Desmemoria; Desmonumentar a Roca y Los indios invisibles del Malón de la Paz.