Por Karen Mejía* / Foto: Fabricio Estrada
El 26 de Noviembre el pueblo de Honduras fue llamado a un nuevo proceso democrático, tras el golpe de Estado en 2009 y la instauración del Partido Nacional por 8 años, un gobierno eminentemente conservador, militarista, antidemocrático e irrespetuoso de los derechos humanos.
Estas elecciones han sido atípicas, porque por primera vez en nuestra frágil democracia un presidente estaba buscando su reelección, haciendo uso del presupuesto nacional para su propaganda electoral, silenciando a la oposición, censurando a la prensa, criminalizando la protesta y a los defensores/as de derechos humanos nacionales e internacionales, con el control del Congreso Nacional, el Tribunal Supremo Electoral, la Corte Suprema de Justicia el Ministerio Público y otras instancias claves.
Desde tempranas horas de la mañana la gente acudió a las urnas de forma pacífica y se votó con muchísima esperanza, desde los cantos y la alegría. Se organizaron estrategias para garantizar que las personas que no pudieran movilizarse a centros de votación lo hicieran con vecinos y amigos, de casa en casa, como las hormigas. Esta vez se defendieron las mesas electorales hasta el último momento, en los conteos, en el transporte y con presencia permanente pese al clima hostil propiciado por militares. Los infoactivistas en las redes sociales tomaron una parte muy importante en la destrucción de un cerco mediático impuesto por el actual gobierno y su maquinaria corporativa que controla los medios de comunicación con más audiencia. El papel de las radios comunitarias ha jugado un papel fundamental en mantenernos informados.
Nunca antes en la historia de las elecciones, se habían cerrado los centros de votación a las 4:00 pm, los resultados oficiales tendrían que estar listos para las 8:00 de la noche y vivimos horas de incertidumbre hasta conocer los resultados oficiales muchas horas después, en medio de un clima latente de militarización de las principales ciudades, el actual presidente Juan Orlando Hernández se declaró virtual ganador a las 6:21 pm, y ordenó al Tribunal Supremo Electoral a ratificar su propios resultados.
A las 2:00 de la mañana, el pleno de magistrados del Tribunal Supremo Electoral reconocen que el ganador de estas elecciones es el Salvador Nasralla, líder de la Alianza contra la dictadura. Y la gente continúa con una celebración en las calles, celebrando la caída de una dictadura, de un narco Estado. Es justo hoy que comienza una nueva batalla para el pueblo hondureño, a defender la voluntad del soberano expresada en votos y exigir que se mantenga esta tendencia en el Tribunal Supremo Electoral. Se esta haciendo un llamado a la comunidad internacional a estar vigilantes para garantizar la transparencia y que el actual presidente asuma su derrota porque pese a los datos que han sido comunicados oficialmente, se ha declarado presidente.
Empieza un largo camino para desarticular las mafias existentes, las y los defensores de derechos humanos tenemos que estar más organizados que nunca para que haya una reparación debida a las víctimas del actual gobierno que ha sido nefasto, para abogar que el nuevo gobierno derogue las actuales leyes de criminalización a la protesta social, de entrega de nuestro territorio nacional, la construcción de una verdadera reforma agraria, y además investigación pronta y juicio para los involucrados en casos de corrupción que hemos documentado. Es un deber también castigar a quienes han asesinado defensores de derechos humanos, periodistas, abogados. Debemos estar presentes asimismo en la construcción de una normativa legal que beneficie a la niñez, las mujeres, los pueblos indígenas y negros, y personas LGTBI, con los más altos estándares internacionales.
Un comunicador hondureño llamado Juan ha afirmado “Juan Orlando prefiere destruir el país a irse”, y eso refleja la realidad que estamos viviendo, un presidente derrotado en las urnas que se niega a entregar al poder, que aprovehca descaradamente toda la institucionalidad a su favor. El Tribunal Supremo Electoral ha desatado el caos al declarar que dará resultados finales hasta el día Jueves 30 de Noviembre, 5 días después de las elecciones en un hecho sin precedentes en toda nuestra historia, se pone en riesgo la transparencia, la estabilidad democrática y la paciencia de la gente que acudió a defender su derecho al voto y que ha cuidado hasta el ultimo momento su elección. La tensión es palpable, también la sensación de que el caos se puede desatar en cualquier momento ya que el actual regimen no solo pierde las elecciones, sinó numerosos negocios sucios y perder el poder podría implicar para muchos de ellos perder la libertad si se logra restaurar un Estado de derecho y la independencia judicial.
El pueblo hondureño esta sintiendo hoy el abrazo solidario de nuestros hermanos en el exilio, de las organizaciones sociales latinoamericanas, europeas que nos acompañan en palabra, pensamiento y en acciones, por primera vez en muchos años tenemos la alegría de ser escuchados, porque no supimos callar y defendemos nuestros ideales, porque no hay bala para que pueda destruir nuestro deseo de vivir bien, de ser felices y libres. Pese a la violencia y todo un teatro preparado, desde la humildad y la paz hemos dado una gran lección a la democracia y que los opresores deben temblar ante la voluntad de un pueblo informado y consciente.
La democracia es algo vivo, y que no solo debe defenderse durante las elecciones, sino en la vigilancia de las autoridades, en el debate permanente, en la escucha de las voces disidentes y en la construcción de un gobierno para toda la gente. Es deber impostergable seguir construyendo la democracia desde las comunidades, los pobres, los excluídos, para garantizar un buen gobierno.
Mi compromiso y el de muchos/as defensores/as de derechos humanos, se inspiran en la vida de los compañeros/as que hemos perdido en la lucha y estamos ahora llamados/as a seguir acompañando las diversas luchas, pese a la adversidad viene un camino difícil pero acompañar la esperanza de este pueblo, hace que nuestro camino sea aún más hermoso.
*original en shelter city