Por Leandro Segado
La hora del lobo, el clásico de Ingmar Bergman que merece volver a mirarse, entre Fellini y Woody Allen.
“La hora del lobo es aquella hora antes del amanecer en la que más hombres mueren y más niños nacen”. Tras esa frase, Ingmar Bergman, guionista y director del filme, construye un relato onírico en el que van apareciendo deseos y miedos del personaje, los que, a su vez, hacen confundir al espectador entre realidad y sueño o conciente e inconciente.
Johan, un pintor (Max von Sidow), y su esposa (Liv Ullman) –junto con Erland Josephson los actores “fetiche” de Bergman- van de vacaciones a una isla, en la zona de los países nórdicos, con muy baja densidad poblacional y vida semi-rural: el ambiente ideal para que un artista de clase media alta pueda distenderse y dar rienda suelta a su creatividad. Pero ese momento viene acompañado de una reflexión interna que lleva a este artista a una elipsis de pensamiento, en la cual sus más temidas cavilaciones se corporizan como personajes concretos que interactúan con él, mientras sus deseos más reprimidos se le brindan de manera accesible.
Esta elipsis se irá desplegando hasta el punto de volverse una paranoia: el pintor empieza a sufrir fuertes insomnios mientras espera la luz del amanecer para poder dormir, e interpela a su compañera para que esa espera sea compartida y menos desesperada. Al mismo tiempo, la isla está habitada por ciertos vecinos que viven en un castillo y los invitan a cenar desatando escenas grotescas que recuerdan al Fellini de Amarcord u 8 y ½.
Se podría ubicar a este filme dentro de la categoría del surrealismo, aunque es mejor pensarla como una película que indaga en el psicoanálisis. Si bien fue realizada en 1968, se filmó en blanco y negro, lo cual favorece al ambiente onírico. En algunas ocasiones el espectador será interpelado, y si el mismo se fija en que los protagonistas de las películas de Bergman no pestañean (esta no es la excepción), se generará un nerviosismo propio de una película de suspenso, sumado al dinamismo que le da su corta duración (90’).
Ingmar Bergman se encuentra dentro del denominado “cine de autor”, donde la división técnica del trabajo (que aumenta la productividad en detrimento de la creatividad) no se manifiesta; lo cual no significa que este tipo de cine no devenga mercancía generadora de inmensas ventas y ganancias, como así lo demuestran las películas de Woody Allen, uno de sus epígonos, quien, según sus propias palabras, siempre intentó imitarlo sin conseguirlo, aunque sí lograra homenajearlo en varios de sus filmes.
Para el lector de estas líneas que quiera seguir indagando sobre este excelente (y ya fallecido) cineasta, que cuenta con más de 65 películas y series para televisión, recomiendo ver El Séptimo Sello y El Huevo de la Serpiente. En http://www.cultmoviez.info/ encontrarán varios de sus títulos para ver online.
Ficha Técnica:
Título Original: Vargtimmen
Año: 1968
País: Suecia
Director y Guionista: Ingmar Bergman
Reparto: Liv Ullman, Max von Sidow, Erland Josephson
Puntaje en IMDB.com: 7.7 (10.736 votos)
Puntaje en Filmaffinity: 7.5 (3.887 votos)