Tanto desde la centroderecha como desde la centroizquierda continúan buscando la forma de acumular fuerzas de cara a las elecciones legislativas del año que viene. Buscan ganarse el lugar de primera oposición al kirchnerismo que les abra las puertas para disputar la presidencia en el 2015.
Tras la decisión de Gabriela Michetti de negarse a desembarcar como candidata del macrismo en la provincia de Buenos Aires, la interna del PRO para establecer un sucesor a su líder en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires recrudeció. Horacio Rodríguez Larreta, actual jefe de gabinete porteño, es el otro nombre que suena con fuerza y que desarrolla desde hace tiempo una interna con Michetti para dirimir quien intentará ocupar ese cargo. Por otro lado, esta definición de Michetti reabrió las posibilidades de un acuerdo con Francisco De Narváez, con quien Macri actualmente está distanciado tras el enfriamiento de una relación que les aseguró buenos dividendos a ambos en las elecciones legislativas del año 2009. Si bien los dirigentes del PRO encargados de dar forma a un armado nacional que sustente la candidatura presidencial de Macri niegan estar en tratativas con la gente del “colorado” De Narváez, el poco peso específico de otros referentes posibles del macrismo en este distrito fundamental convierten a esta opción en una salida razonable para ambos sectores. De Narváez, quien participó de la última elección presidencial mediante una alianza con la Unión Cívica Radical (UCR), también mantiene sus expectativas en que Scioli rompa con el kirchnerismo y así pueda convertirse en candidato a gobernador, una especulación que por ahora no parece viable. Otras alternativas que suenan en el PRO para esta provincia son los economistas Carlos Melconián y Martín Redrado. En el territorio bonaerense el radicalismo cuenta con acercamientos al macrismo mediante el intendente del partido de San Isidro, Gustavo Posse. De todas maneras, más allá de estos dilemas el PRO continúa trabajando en su armado nacional, apoyándose principalmente en la figura de Miguel del Sel en Santa Fé.
Por otro lado, en el Frente Amplio Progresista (FAP), las negociaciones también empezaron. Ya hace un tiempo que distintos sectores como el Partido Socialista (PS) y el GEN apuestan a una nacionalización de la alianza que mantienen en la provincia de Santa Fé con la UCR. Esto les permitiría contar con una estructura mucho más sólida a nivel nacional para la elección legislativa. Sin embargo otros sectores del FAP como Unión Popular de Víctor de Gennaro y Buenos Aires para Todos de Claudio Lozano se niegan a un acuerdo de esta naturaleza por considerarlo una reedición de la fracasada Alianza. No es la única tensión que existe. El anuncio de que la senadora de la Coalición Cívica María Eugenia Estenssoro se sumaría al interbloque de senadores del FAP generó un revuelo en las filas del Frente donde ese tema ni siquiera se había discutido. La misma Estensoro tuvo que aclarar que no se retiraba de la Coalición Cívica y dirigentes del socialismo le bajaron la importancia a la decisión. Pero de todas maneras el debate sobre cómo ampliar el marco de alianzas para esta fuerza está planteado. Donde no aparecen grandes diferencias es en la Ciudad de Buenos Aires, donde todos los sectores verían como algo positivo la candidatura de Pino Solanas a senador nacional. Al no dividirse los votos de un espacio político que consideran común, los dirigentes del FAP confían en poder disputarle el senador por la minoría al kirchnerismo y hasta se ilusionan en pelear con el macrismo la mayoría. La interna en este caso tiene que ver con el todavía lejano 2015 y la candidatura a jefe de gobierno porteño, que se disputan entre Roy Cortina del PS y Lozano de Buenos Aires para Todos.
Como puede apreciarse el radicalismo se encuentra atraído por ambos polos, sin lograr definir un espacio propio, algo que marca la crisis del partido centenario y que posiblemente siga sin resolverse unos años más.
Más allá del deseo de los medios de comunicación opositores y de las comparaciones forzadas con la situación en Venezuela, las elecciones legislativas no imponen una dinámica unificadora en la oposición, a diferencia de las presidenciales. En consecuencia lo más probable es que se configuren tres grandes espacios políticos nacionales de cara al 2013: el kirchnerismo, la centroderecha y la centroizquierda.
Más allá de estas consideraciones habrá que estar atentos también al papel que juegue Hugo Moyano, quien está buscando activamente un espacio político en donde ubicarse, relacionado con sectores del justicialismo que hoy se encuentran por fuera del kirchnerismo.