Por Resumen de Medio Oriente*
Tres analistas opinan sobre el intento de golpe de Estado en Turquía. El rol de las Fuerzas Armadas y Estados Unidos, los enfrentamientos entre Erdogan y Gülen, y las incógnitas de un frágil plan para derrocar al gobierno.
Por estos días, Turquía vive momentos de profunda tensión, derivados del intento de golpe de Estado ocurrido el viernes pasado. El gobierno de Recep Tayyip Erdogan logró detener la movilización de sectores militares sublevados y desde entonces se tejen diferentes hipótesis sobre lo sucedido. Al mismo tiempo, Ejecutivo inició una masiva purga en las Fuerzas Armadas, el Poder Judicial y entre los organismos estatales, despidiendo a 50 mil trabajadoras y trabajadores, a los que acusa de tener vínculos con Fetullah Gülen, principal aliado de Erdogan hasta 2013. En esta limpieza total, ayer Erdogan decretó el estado de emergencia para el país por los próximos tres meses, abriendo la posibilidad de desatar una represión masiva contra quienes considere “enemigos”.
Resumen de Medio Oriente dialogó sobre lo que sucede en Turquía con Wafica Ibrahim, periodista libanesa de la cadena Al Mayadeen, con el antropólogo kurdo Mehmer Dogan y con Tamara Lalli, periodista e integrante de la Asociación Cultural Siria.
Wafica Ibrahim: “Erdogan toma el golpe como pretexto para reprimir”
Este golpe en realidad es un seudo-golpe en el que no ha aparecido ninguna cara conocida ni tampoco tuvo un discurso claro. A comparación de otros golpes que hubo en el país este pareció un poco primitivo. Erdogan está tomando el golpe como un pretexto para justificar la represión y para saldar cuentas en la interna turca.
En el ambiente se respiraba la intentona militar en Turquía desde que fue juzgada la red Ergenekon en 2013 y se conociera la acusación dirigida, en aquel momento, contra el Estado Mayor de querer derrocar al régimen. Quizá el mismo Erdogan era el que más esperaba que ocurriera este golpe, porque hablaba repetidamente de la influencia de Fetullah Gülen, en lo que denominaba “entidad paralela”, que se ha mantenido como una contraparte rival al partido AKP en la lucha por el poder dentro de la institución militar y de los organismos del Estado.
Erdogan tomó esa amenaza como un pretexto para consolidar su dominio en la conformación de los comandos que le sean leales en los puestos claves de los organismos militares y de seguridad. Esos comandantes en la jefatura del Estado Mayor y en las flotas marítima y aérea, en las jefaturas de brigadas y en el ministerio de Defensa, todos se pusieron firmes en una sola fila detrás del presidente y contra la intentona. No debemos olvidar que Erdogan aplicó la política de deshabilitar el rol político más importante que juega el ejército, que es salvaguardar la Constitución y el laicismo.
Erdogan preparó a los turcos para el momento del golpe, insinuando que hay una conspiración norteamericana contra Turquía a través de algunos oficiales del ejército y de las instituciones donde están los simpatizantes de Gülen. Y no vaciló en acusar a Washington de apoyar a lo que llama el “terrorismo kurdo” en respuesta a las críticas constantes que se le hicieron por abrir la frontera turca a Daesh y al Frente Al Nusra. Esta relación “tibia” entre la administración norteamericana y Erdogan en este aspecto se debe a los pasos que él ha dado debilitando al ejército, que es una fuerza que forma parte de la estrategia de la OTAN y es una de las más importantes de la alianza atlántica.
Mehmet Dogan: “Erdogan preparaba una intervención directa en el norte de Siria”
El gobierno de Erdogan y sus aliados en el Ejército, iban a hacer una gran operación para arrestar a más de 2000 militares, jueces, procuradores y profesores. Sectores del ejército se dan cuenta de esto y pasan a la acción, pero no fue un intento de golpe de Estado preparado. La mayoría de quienes encabezaron el golpe son seguidores de Fetullah Gülen, el jefe de una secta sunita y que tiene el apoyo de Estados Unidos. Gülen y Erodgan no eran sólo aliados tácticos, sino ideológicos y estratégicos, hasta que en 2013 comienza el conflicto entre ellos. Aunque no hay mayores diferencias entre los dos, Erdogan le declaró la guerra porque en 2013 Gülen y los jueces que le responden publicaron las pruebas de que la familia de Erdogan y muchos de sus ministros eran corruptos.
Estados Unidos desde hace mucho tiempo tratan de controlar a muchos movimientos del poder y de la oposición. Erdogan entra bajo el control de Estados Unidos para así controlar a los Hermanos Musulmanes en el mundo árabe, y esto coincide con el sueño de Erdogan y Gülen de reconstruir el Imperio Otomano, dominar el mundo musulmán y controlar la reacción contra Israel.
Erdogan no puede regresar a la normalización de relaciones con Rusia, porque el gobierno de Moscú le pide que cambie su política para Irak y Siria. Al mismo tiempo, se conoció que antes del intento de golpe Erdogan preparaba una intervención directa en el norte de Siria, que es el Kurdistán Occidental, y algunos militares no aceptaron esta resolución al igual que Rusia. Si no se habría desarrollado este intento de golpe, el ejército turco ahora estaría en el Kurdistán Occidental. La política de Erdogan no coincide con Rusia, porque Moscú juega un papel muy progresista en esta zona, porque uno de sus aliados son las Fuerzas Democráticas de Siria (conformadas por kurdos y árabes en su mayoría, y que controlan el norte del país). Y Erdogan nunca va a aceptar esto, aparte no puede esconder su pasado criminal, como es la ayuda que le da a ISIS para comercializar el petróleo.
Tamara Lalli: “La estabilidad de Turquía ya no es la misma”
El intento de golpe fue muy débil desde el comienzo porque no contó con el apoyo de la plana mayor del ejército, tampoco con el apoyo de las demás fuerzas de seguridad, utilizaron pocos helicópteros, bombardearon a la gente y los objetivos nunca fueron claros. En los países centrales se sabía que iba a haber algún movimiento, pero tampoco se dieron señales, y la única es que tardaron bastante las capitales europeas y Estados Unidos en pronunciarse sobre el golpe. Lo que ahora sabemos es que la estabilidad de Turquía ya no es la misma. ¿Por qué? Porque más allá de que haya una popularidad grande de Erdogan, también hay mucho malestar porque después del atentado en el aeropuerto de Ankara todos saben que ISIS está en el país.
La población comienza a mirar con desprecio al gobierno al que le dieron su apoyo y ahora los están metiendo en cuanto conflicto existe en la región, más allá de algunas señales como el restablecimiento de las relaciones con Rusia y con Israel, y esto último le duele al pueblo turco.
Después del intento del golpe lo que sucede es la destitución de jueces y militares, tal vez se imponga la pena de muerte y si esto sucede a Turquía le va a costar, porque nunca va ingresar a la Unión Europea. La purga que está haciendo Erdogan dentro del Poder Judicial le va a dar la posibilidad de ser más dictador, más autoritario y poder cambiar la Constitución y transformar el Estado laico en uno islamista.
Ahora Erdogan va a tener bastantes problemas internos y no creo que esté capacitado para seguir con su afán intervencionista en Siria. Esta cuestión la va a dejar como no prioritaria y más teniendo en cuenta que le pidió perdón a Rusia por haber derribado uno de sus aviones en Siria. Y esto lo enemistó con ISIS. Hay posibilidades de que Erdogan no dure mucho más en Turquía, no porque no lo quiera la gente, sino porque ya se empiezan a debilitar los resortes que tiene en el exterior y el realineamiento no va a ser el mismo con Europa y Estados Unidos. Con este intento de golpe Estados Unidos le está dando señales que no siempre va a tener apoyo. Hoy Erdogan no tiene la fuerza que tenía años atrás.
*Resumen de Medio Oriente (www.resumenmediooriente.org) se emite todos los martes a las 20 por AM 740-Radio Rebelde