Por Mateo País. Los trabajadores de Lear, Emfer y TATSA vienen resistiendo la represión y persecución que la semana pasada se agravó con la detención de una nieta restituida. El movimiento obrero que visibiliza el verdadero nombre de la crisis.
La conflictividad del movimiento obrero a lo largo de este año se condensó a través de despidos, suspensiones y persecución gremial lo que indica una crisis en el sector. La lucha reciente de los trabajadores de EMFER, TATSA y LEAR ha puesto al sindicalismo en un lugar de renovado protagonismo social y político.
No sólo afecta al mundo laboral con su contrapartida en la crítica a las lógicas sindicales heredadas de la década anterior, sino también al mundo político con la visibilización de las luchas en los territorios, en pleno auge de los armados electorales 2015. La verdadera cara de la crisis va tomando así forma en la reconfiguración del actor social que en nuestro país se constituyó como clave durante el primer peronismo. El mismo que con la llegada de Néstor Kirchner al poder se desdibujó cuando el sindicalismo se fragmentó.
Sin embargo, un síntoma puede convertirse en su propio remedio. La crítica situación de la industria automotriz viene dando signos de alerta en los últimos meses. La persecución gremial y el boicot a la organización de los trabajadores fueron el indicio del acuerdo empresarial-sindical. El accionar de las “patotas sindicales” al servicio de las patronales se materializa trabando espacios asamblearios o en su peor cara, la amenaza ante la participación en los conflictos. Y a pesar de las alianzas que se instituyeron como el entramado más oscuro de la “década ganada”, la visibilización de la lucha de los trabajadores ha cobrado una magnitud difícil de esquivar.
El piquete en el ojo
Los casos de EMFER y TATSA así como el de LEAR, marcaron en la llaga la decadencia de las prácticas del viejo sindicalismo asociados a las órdenes de las patronales, y el avance de la criminalización y persecución al movimiento obrero con el agregado del despliegue televisado de las fuerzas de seguridad, en los territorios.
Desde la Tragedia de Once, cuando la corrupción y el negocio del grupo Cirigliano con la vista gorda del gobierno nacional llenaron las planas de los diarios con el accidente ferroviario más feroz de la historia reciente de la Argentina. Los trabajadores de EMFER y TATSA denunciaron la persecución y el armado de causas infaustas por “incitación a la huelga, secuestro, usurpación o robo”.
Debido a esto, el próximo jueves a las 9 hs, convocan a una movilización al Juzgado Federal de San Martín donde se estará realizando declaración indagatoria a los delegados implicados. En un comunicado los trabajadores de EMFER Y TATSA anunciaron que “todo el cuerpo de delegados tiene entre 3 y 7 causas penales armadas por el grupo Cirigliano”. Las denuncias no sólo “son falaces” sino que además están vinculadas a los aportes que los “delegados de EMFER vienen realizando a la causa de la Tragedia de Once”. Con la impericia de la justicia a favor, el grupo Cirigliano ha destruido pruebas fundamentales en el esclarecimiento del fatal accidente que terminó con la vida de 51 personas y cientos de heridos. La “quema de papeles” y la desaparición “de biblioratos, días posteriores a la tragedia” son algunas de las denuncias que han realizados los delegados como aportes de pruebas a la justicia. La respuesta sin embargo, fue el armado de causas penales.
Cómo llamamos a la crisis
En LEAR el conflicto tomo una nueva significación represiva la semana pasada cuando golpearon a trabajadores que estaban realizando un bloqueo y se llevaron detenida junto a integrantes del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, a la nieta restituida y militante del PTS, María Victoria Moyano.
En esa ocasión, los trabajadores de prensa de la TV Pública, Ariel Lima, y del noticiero de CN23, Jennifer Di Serio, también fueron víctimas de la violencia indicriminada de la Gendarmería bajo órdenes del secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.
Los trabajadores de LEAR también vienen denunciando en la Justicia la persecución de la dirección gremial de SMATA que actúa como “patota” de la patronal, así como también vienen solicitando al ministerio de Trabajo que cumpla con la orden judicial de reinstalar a los delegados despedidos.
El pasado 8, la Gendarmería Nacional en defensa del lock out de la empresa norteamericana, intentó frustrar el piquete móvil de los trabajadores. Abrió a la fuerza con una barreta los autos que estaban estacionados en la Panamericana, luego tiró gas pimienta y se llevó detenidos a más de 4 personas entre ellas, Moyano. Recién mañana se harán presentes los funcionarios de la cartera de Trabajo en las puertas de la planta, quienes aseguraron la reincorporación por medida judicial de los delegados despedidos, Rubén Matu, Silvio Fanti y Gustavo Farías.
En diálogo con Enredando las Mañanas, el programa radial de la RNMA, la delegada Graciela Maidana se pronunció a modo de repudio con respecto a la detención de Moyano e indicó que fue “una vergüenza que pase esto. Justo en este momento donde hay nietos que fueron recuperados, como el caso del nieto de Estela de Carlotto”. Es “una vergüenza que la lleven a la fuerza a una nieta” restituida, “que le tiren gas pimienta, es una locura lo que hicieron” dijo con firmeza.
El delegado Rubén Matu dijo por su parte, días previos a su posible reincorporación, que “los trabajadores están con buena moral, están viendo que podemos ganar este conflicto”. Aseguró “que depende solamente de nosotros” aunque reconoció que cuentan con el apoyo “de muchas organizaciones obreras, de organismos de derechos humanos como Madres de Plaza de Mayo” y de un amplio arco político como los “diputados, Christian Castillo, Néstor Pitrola, Nicolás del Caño, el Chino Navarro del Frente para la Victoria”. Así como también se han pronunciado dirigentes gremiales como “Yasky, Micheli y Moyano”.
La lucha por la reincorporación de los despidos y el reconocimiento de la Comisión Interna sigue vigente: “que se reconozca a la comisión interna como ya lo ha hecho la justicia, obligando al SMATA a suspender los efectos de la asamblea mediante un fallo judicial hasta que se resuelva la cuestión de fondo”. Maidana a su vez informó que “los despedidos se están manteniendo con fondos de lucha, con la solidaridad de muchos sectores”.
Por su parte Matu informó que se solidarizaron con el conflicto de “Johnson Control en el bloqueo de esa fábrica porque sabemos bien que también es de capitales norteamericanos y que Ford puede parar en cualquier momento”. El delegado aseguró que la empresa Ford “está importando mazos y permitiendo que Lear banque un conflicto desde hace dos meses (cuando antes no podía pasar) ya que “el sistema que lleva de producción, es decir el Just in Time, no se lo permite”. Según el delegado “entre Lear, Ford, el gremio SMATA, el ministerio de Industria y el ministerio de Trabajo, han pergeñado todo este plan para terminar con la organización que venimos llevando los trabajadores de Lear desde hace ya algunos años”.
Maidana agregó en este sentido que la empresa está “suplantando nuestra mano de obra. Por eso es que denunciamos que no hay una crisis en la planta, que Lear no tiene una crisis” sino un vaciamiento. “No vamos a permitir que ni Ford que torturó a trabajadores en el ’76 dentro de sus quinchos, ni Lear que intenta dejar a 200 familias en la calle salgan con sus planes” aseguró el delegado.