Por Mario Hernandez y Ana Laura Xiques / Fotos por Yesica Barros, Ayelén Rodriguez, Nicolás Nuñez y Repo
Testimonios tomados el 26 de junio en Puente Pueyrredón a dirigentes políticos, sindicales, sociales y de los Derechos Humanos.
El 26 de junio de 2002, dos jóvenes militantes populares fueron asesinados por reclamar pan y trabajo digno. A 14 años de la Masacre de Avellaneda, las organizaciones populares siguen reclamando justicia para que se investigue, enjuicie y castigue a los autores intelectuales y políticos de aquella jornada represiva.
María del Carmen Verdú (CORREPI): “Lo importante es la conciencia que hay en muchísimos sectores del campo popular en la necesidad de unir las luchas, coordinar, trabajar en unidad de acción”
-¿Cuáles son las reflexiones a catorce años del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki?
Dos conclusiones fundamentales, la vigencia de su lucha y la necesidad de trasladarla adaptada a la coyuntura frente a las urgencias actuales, que incluyen también, como lo venimos haciendo hace catorce años, el reclamo de juicio y castigo a los responsables políticos de la masacre del Puente Pueyrredón.
-Con Carlos Aznárez analizábamos que, de alguna manera, se vuelve a visibilizar el movimiento piquetero, pero también la represión como la ejercida contra los trabajadores de la fábrica recuperada RB.
Lo que ocurrió en San Isidro hace escasas 48 horas nos muestra cómo la represión es la respuesta directa y contundente que recibe, sea de la estructura estatal, municipal, provincial o nacional, cualquier lucha, cualquier intento de resolver los problemas de los trabajadores por propia mano, como es la administración de empresas que han sido abandonadas por sus dueños, como es el intentar llevar adelante proyectos de economía popular que permitan sobrevivir sin necesidad de depender de patrones y esas son las instancias que más preocupan al poder y que por eso reciben la represión más fuerte y directa como ocurrió allí y como viene ocurriendo en tantos lugares a lo largo y ancho del país.
Lo importante es la conciencia que hay en muchísimos sectores del campo popular en la necesidad de unir esas luchas, coordinar, trabajar en unidad de acción y, por sobre todas las cosas, de sumar los esfuerzos cuando hay que salir a defender a los compañeros sin por eso dejar de pensar en las acciones concretas hacia adelante para avanzar en las necesidades que nos acucian, los tarifazos, los ajustes, los despidos, no solo las respuestas defensivas sino ofensivas para poder llevar adelante la agenda de los trabajadores.
Federico Orchani (Frente Popular Darío Santillán): “Maxi y Darío son una referencia ineludible para la militancia popular que busca un cambio radical”
-¿Qué significa para el FPDS estar hoy aquí a 14 años del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki?
Para nosotros es una cita obligada, una enorme emoción porque Maxi y Darío eran nuestros compañeros, bronca e indignación porque nos faltan. Ayer se expresó en el acto del 25 con la palabra de su papá, Alberto, y de Leo, su hermano, porque no están. Pero al mismo tiempo ver a tantos compañeros y compañeras movilizados en un contexto de fuerte ofensiva y avanzada de la derecha sobre los sectores populares y los laburantes, Maxi y Darío se agigantan, son una referencia ineludible para la militancia popular que busca un cambio radical de la sociedad que es lo mismo por lo que ellos peleaban.
A pesar de los pliegos reivindicativos de aquel momento que tenían que ver con la falta de trabajo, con la desocupación y demás, muchos de esos problemas hoy vuelven a aparecer. Maxi y Darío eran militantes que querían cambiar la sociedad de cuajo e ir contra las injusticias. Ese espíritu hoy se manifiesta también en esta gran cantidad de gente convocada que cada 26 se moviliza.
Alberto Santillán (padre de Darío Santillán): “Amo y extraño a mi hijo y agradezco a todos los compañeros que no permiten que las muertes de Darío y Maxi queden en el olvido”
-¿Cuál es la actualidad y la vigencia de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki?
La actualidad es esta, catorce años de lucha en los que las imágenes de Darío y Maxi han sido reflejadas en seguir la lucha en las calles. Considero que lo que tenemos para honrar a nuestros caídos y seguir adelante en esta causa tan difícil es resistir y escrachar. Como siempre decimos, no los mataron, los multiplicaron, se siguen sumando jóvenes a este sueño que era el de Dari y el de Maxi, los sueños que son también los de los compañeros caídos anterior y posteriormente a ellos porque no hay que olvidarse que en esta democracia hay demasiados muertos para llamarse así.
A catorce años esto sigue vivo y el pedido de justicia cada vez es más grande y más fuerte. De tanto golpear despachos y oficinas de la justicia algún día vamos a conseguir lo que queremos, que estos políticos que mandan a matar luchadores dejen de estar caminando libremente con la impunidad que los rodea y los cubre desde la justicia.
-Aprovecho para preguntarte si hubo algún avance en la causa por los responsables ideológicos de la Masacre de Avellaneda.
Creo que en esta búsqueda incesante a veces no le damos valor a las cosas que conseguimos, una fue el desarchivo de la causa y a partir de eso nosotros hemos trabajado más que la Fiscalía presentando testimonios. Esto es un avance. La Fiscal nos pedía testimonios de personas que dieran nombres y apellidos y Laborde, que era intendente en ese momento de Avellaneda, se presentó y dio testimonio, diciendo claramente que Juan José Álvarez lo había amenazado, que el Jefe de la Gendarmería también para que se callara la boca y no dijera nada respecto de lo sucedido. Son esos los pequeños avances que vamos haciendo, pero la lucha sigue, con la APDH, con la Liga por los Derechos del Hombre que pusieron los abogados para esta causa.
Digo pequeños avances, pero es una clarísima prueba de que estamos de pie. Tuvimos una última reunión el pasado jueves con la Fiscal donde hablamos en otro tono diciéndole directamente que o está con nosotros o sigue encubriendo a los poderosos. Fue una reunión tensa en la cual por momentos la Fiscal se quebró y se comprometió a trabajar a la par y crear una Mesa de trabajo para hacerlo de manera conjunta, eso lo veremos en la próxima cita que tendremos con los abogados, si realmente nos acompaña o se va a seguir haciendo la boluda como hasta ahora.
-¿Querés agregar algo?
Amo y extraño a mi hijo y agradezco a todos los militantes y compañeros que no permiten que las muertes de Darío y Maxi queden en el olvido.
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