Ante la negativa del gobierno de concederle una reunión conjunta a la Mesa de Enlace, ésta amenazó con el cese de la comercialización de soja. Las respuestas del gobierno, los ganadores del modelo, y los debates ausentes en el complejo agroalimentario.
Desde la semana pasada se reavivaron los cruces entre los representantes de la Mesa de Enlace y el gobierno nacional, en vistas de la exigencia de las patronales agropecuarias de una reunión conjunta con el Ministro de Agricultura, Norberto Yahuar, para discutir una serie de problemáticas del sector que van desde la anulación de la cesión del predio del Palermo a la Sociedad Rural realizada por el gobierno nacional en diciembre del año pasado, hasta cuestiones de mayor alcance como son las políticas agropecuarias llevada a cabo desde el Ministerio de Agricultura. Desde el Ministerio de Agricultura se ofreció frente a estos planteos, reuniones por separado con cada entidad.
La propuesta fue rechazada rotundamente por los integrantes de la Mesa de Enlace, ya que como sostiene Luis Miguel Etchevehere, titular de la Sociedad Rural, la decisión de “ir todos juntos, (se debe a) los problemas en común que hay”. Por su parte, el representante de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, propuso como medida de presión y protesta ante el gobierno, el cese de la comercialización de soja.
Desde el gobierno se afirmó que la idea de sostener reuniones por separado con los representes de cada entidad se debía a que “los productores, que son los que importan al gobierno, requieren respuestas diferentes acordes a su realidad. Esta es la mejor manera que entiende el gobierno para responder a sus problemas”. Integrantes del ministerio conducido por Yahuar sostenían a su vez que “los problemas y las necesidades de un productor de de 50 hectáreas de Federación Agraria, no es igual a la de un productor de 15 mil hectáreas de la Sociedad Rural”. La propuesta del gobierno apuntaba a conceder a lo largo del mes de Marzo reuniones primero con CONINAGRO, luego con Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), mas tarde con la Sociedad Rural, para finalizar con Federación Agraria. El intento de estas reuniones particulares con cada entidad se encuadra en una estrategia sostenida desde el ejecutivo nacional, luego del llamado “conflicto del campo” del año 2008, de evitar la unidad de acción que la Mesa de Enlace supo tener en otros momentos. Estrategia que ha implicado también en los últimos años una serie de políticas focalizadas, en especial para pequeños y medianos productores, como por ejemplo una línea de créditos blandos, así como conversaciones y acuerdos con sectores disidentes de las diferentes entidades agropecuarias, en particular de Federación Agraria.
Ante la imposibilidad de conseguir una reunión conjunta con el ministro Yahuar, dada la negativa del gobierno de llevarla adelante, desde la Mesa de Enlace, comenzaron a realizar asambleas de productores en diferentes pueblos, como la realizada hace unos días en Pehuajó, para discutir las medidas de fuerza a llevar adelante. Entre las medidas discutidas estuvo el ya mencionado cese de la comercialización de soja. “Si llegara a haber un cese de venta de soja seria delicado respecto de las finanzas y la economía del país. No influye en la vida cotidiana de la gente, a lo sumo puede faltar alguna milanesita de soja en alguna góndola”, sostuvo en titular de Federación Agraria, Eduardo Buzzi. Esta medida también es compartida por la Sociedad Rural, pero no generó las repercusiones deseadas en otros miembros de las entidades agropecuarias. En este sentido se refirió Carlos Garetto (CONINAGRO): “no hay factibilidad de llevar adelante una medida de esa magnitud”, y alertó sobre el riesgo que la misma entraña para los pequeños productores, “para que esto ocurra (el cese de la comercialización), tiene que darse un tiempo de cuatro o cinco meses, situación que es insostenible para los pequeños y medianos productores”.
Un próspero 2012, y un aún más próspero 2013
Lo que omiten señalar en sus apariciones públicas los miembros de las patronales agropecuarias son las ganancias obtenidas en los últimos años, y la alta rentabilidad del sector. Para dar cuenta de esto tenemos que por un lado, para el periodo 2011-2012 entre gastos e inversión, el sector agropecuario destinó 236 millones de pesos, una cifra para nada desestimable, junto un precio de la tierra que se mantiene elevado. Por otro lado, de cara a la cosecha de este año, se prevé una producción superior a los 39,9 millones de toneladas de soja, y con un precio cercano a los 520 dólares por tonelada, lo que sin lugar a dudas volverá arrojar cuantiosas ganancias para el sector.
Mejor no hablar de ciertas cosas
En todo el debate entre el gobierno y las entidades agrarias, hay sin lugar a dudas un actor de peso, de mayor importancia e influencia que la propia Mesa de Enlace, como son las grandes multinacionales exportadoras, que están ausentes del mismo. Firmas como Cargill, Bunge, Nidera o Dreyfus, se encuentran al frente en la participación de las ganancias que arroja el comercio exterior, más allá del leve declive que tuvieron durante el año 2012, que no logra suprimir el hecho de ser las principales ganadoras de una economía productora casi exclusivamente de commodities. Sumado a esto sigue ausente un debate profundo sobre el modelo agroalimentario y su concentración e integración vertical en toda la cadena, desde la producción (con los grandes pooles sojeros), la adquisición de insumos (patentados por grandes empresas), la comercialización, y distribución (hipermercadismo). Mientras tanto el monocultivo y el avance de la frontera sojera se siguen presentando como una “oportunidad histórica” frente a la crisis alimentaria mundial.