Por Agustín Lecchi* / @AguLecchi – Foto por Somos Télam
Tras 115 días de paro total y permanencia en los dos edificios, el jueves pasado la justicia hizo lugar a las cautelares presentadas por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires que decreta ilegales los despidos. La asamblea convocada por la Comisión Interna de SiPreBA resolvió levantar el paro y la permanencia. Es un enorme triunfo, no solo judicial sino político y gremial contra la política del macrismo y del ministro Hernán Lombardi que apostó al desgaste.
La emoción de las y los trabajadores no pudo contenerse cuando conocieron la resolución judicial. Así como el 26 de junio se autoconvocaron sin un llamado formal a asamblea para decretar el paro entre lágrimas de angustia por los despidos masivos, esta vez los abrazos y las lágrimas emotivas le ganaban al cansancio de una huelga de casi cuatro meses y una lucha que en todos los terrenos y de manera ejemplar le brindaron al macrismo.
Si bien resta la ratificación de este fallo en cámara, fue un paso enorme que se hizo esperar en el intento del gobierno de desgastar la resistencia como sucedió en otros conflictos. Los trabajadores y trabajadoras son conscientes de que la empresa seguramente apelará esta medida que tendrá que ser ratificada en cámara como lo fue en su momento la primera cautelar obtenida por SiPreBA, que ordenaba la reinstalación de cinco trabajadores y que con este fallo se extiende a otros 138. Durante estos meses, el gobierno ejerció una enorme presión sobre el poder judicial, al punto que recusó a dos de los camaristas, aunque no logró construir una sala adicta, con lo cual se estima que en segunda instancia el fallo debiera ser ratificado. Por su parte, la ahora Secretaría de Trabajo también jugó un rol activo a favor de Lombardi: dilató la contestación de un expediente administrativo en donde el juez Tatarsky, a cargo del juzgado 22 del fuero laboral, consultaba si se había realizado el procedimiento preventivo de crisis, argumento de los abogados de SiPreBA Guillermo Gianibelli y León Piasek para declarar ilegal el despido del 41% de la planta. Pero no sólo se dilató mas de un mes y medio la respuesta de un sencillo expediente, sino que en lugar de responder “si” o “no” la secretaría a cargo de Jorge Triaca realizó un extenso análisis para justificar que Lombardi y Pousá podrían violar la ley, con su aval. Es decir, el Estado uso su toda su fuerza y sus medios para derrotar la resistencia de las y los trabajadores de la Agencia Télam.
Es por eso que fue fundamental acompañar la pelea judicial con un paro total de actividades que ni siquiera se puso en cuestión cuando el gobierno, en una muestra de debilidad, lanzó una “Télam trucha” con algunos pocos carneros. Esa maniobra no hizo otra cosa que demostrar la necesidad de las y los profesionales y trabajadores de prensa de oficio. La lamentable cobertura de la pseudo agencia, denunciada día a día por Somos Télam, el medio que ofició de órgano difusor de la lucha, expuso a cada instante los horrores periodísticos, políticos y hasta gramaticales y ortográficos de las autoridades.
Una lucha de largo aliento
En estos 115 días, la pelea contó con la unidad por la base de los y las trabajadoras y, al menos durante las primeras semanas de conflicto, de dos de los tres sindicatos que intervenimos en la empresa: SiPreBA y Sitrapren. Pero fundamentalmente, fue central la construcción de un frente sectorial y político heterogéneo que acompañó en los hechos a trabajadores y trabajadoras e incluyó, entre otros, a todos los bloques parlamentarios opositores que interpelaron tanto en diputados como en el senado a Lombardi, a todo el movimiento obrero a excepción del triunvirato de la CGT -que recibió dos veces a las y los trabajadores y solo emitió un comunicado en solidaridad cuando se inició el conflicto-, entre ellos los sectores que confluyeron en el movimiento sindical de Ferro como Camioneros, Canillitas, Aceiteros y la Corriente Federal, las distintas vertientes de las CTA, y otros sectores del sindicalismo como el encuentro “combativo” de Lanús. Por su parte, los organismos de derechos humanos y antirrepresivos, los movimientos sociales y las organizaciones feministas como “Ni una menos” también dieron un gran apoyo e incluso utilizaron las instalaciones de Télam que se convirtió durante cuatro meses en el eje unificador de todas las luchas contra el ajuste de Macri y el FMI. Hasta incluso el Episcopado realizó una mediación instando a Lombardi a destrabar el conflicto.
El gremio de prensa con SiPreBA a la cabeza se movilizó en numerosas ocasiones: dos veces con columnas de cinco mil personas al CCK, a la quinta de Olivos, al juzgado 22 y a cada lugar en donde había un hecho trascendente donde Télam no estaba para realizar su habitual cobertura periodística. La campaña “Acá falta Télam” visibilizó la necesidad de la agencia estatal de la misma manera que desde principio de año se expuso la falta de cobertura y el vaciamiento en la TV Pública y Radio Nacional con campañas como el #NotiTrabajadoresTVP donde se visualiza el apagón informativo de sábados y domingos.
Las lecciones son claras: luchar sirve; la unidad no se proclama, se practica; no existe triunfo judicial sin resistencia política y gremial consecuente; los triunfos requieren tanto de combatividad en los métodos como de paciencia para esperar sus resultados. A su vez, para el gremio de prensa, este triunfo ratificó la importancia de contar con Comisiones Internas fuertes en el lugar de trabajo y de un sindicato de actividad relativamente consolidado, cosa que no sucedió por ejemplo en la lucha del grupo 23 hace dos años, cuando el SiPreBA recién daba sus primeros pasos. En esta ocasión, el sindicato pudo afrontar las maniobras judiciales, brindar apoyo logístico y político, realizar asambleas generales para sostener el conflicto unificando a todo el gremio bajo la consigna “Si gana Télam ganamos todxs”, y absorber los descuentos extorsivos de la empresa que pretendían derrotar las medidas de fuerza.
Como planteó la Comisión Interna luego de comunicar el levantamiento del paro, el conflicto sigue. La respuesta de la empresa no se hará esperar. Pero sobre todo, el conflicto sigue por la reinstalación efectiva de todos los trabajadores y trabajadoras dispuestas a sostener su fuente de trabajo, por el cumplimiento del convenio colectivo y el Estatuto del Periodista Profesional, por las paritarias que lleva meses vencida y por el triunfo de todos los medios públicos como la TV Pública y Radio Nacional que enfrentan la misma política de ajuste.
La lucha de los medios públicos que comenzó el 2 de enero contra los despidos en la emisora y recobró fuerza luego del abrazo a Canal Siete tuvo su punto mas álgido a partir de los despidos en Télam y la heroica lucha de sus trabajadores y trabajadoras que en un contexto muy adverso conquistaron un triunfo enorme que servirá de estandarte no solo para todo el sistema de medios sino incluso para toda la clase trabajadora. Desde Luján, en declaraciones al #NotiTrabajadoresTVP, el titular de SUTEBA Roberto Baradel sostuvo: “estamos felices porque el triunfo de Télam abre una nueva etapa para la lucha de toda la clase trabajadora contra el macrismo”. Seguramente así será.
* Secretario de Organización de SiPreBA.