Por Ramón Raggio
Cómo hablar de la llegada de Cristóbal Colón a “India” sin caer en las formas de siempre, es algo que quizá se haya preguntado Agustín Cuzzani, autor de “Los indios estaban cabreros”, obra teatral que utiliza recursos como la imaginación, la cultura pop de época y el humor para hablar de uno de los hechos más fríos y violentos de la historia.
Dice la máxima marxista: La historia se repite, primero como comedia y segundo como tragedia. Aunque Marx hablaba de Napoleón III, lo dicho bien puede comprender una reflexión valida sobre “Los indios estaban cabreros”.
La historia trata sobre tres indios americanos, que en busca del dios Sol para liberar a su pueblo en una revolución, terminan naufragando en las costas de la España de Isabel la Católica, previo a la “conquista y descubrimiento de América”.
Con una dimensión que sorprende en su magnitud, la obra no se priva de poner sobre el escenario diversidad de personajes y recursos. Con pocos elementos logran crear las dos costas del Atlántico de manera muy vívida para el espectador, que como niño completa con su imaginación toda la escenografía sugerida.
Sin duda la comedia y el humor, bien logrados en la obra, son los ingredientes centrales de una revisión histórica crítica pero no por eso menos divertida.
Bajo la pluma de Cuzzani, el escenario se nutre, de una veintena de actrices y actores dirigidos por Daniel Begino. Juntos logran bizarras coreografías, cantan y a su vez lanzan acertadísimos gags combinando elementos de la cultura pop con recursos de época.
La obra presenta de manera fresca la tragedia que significó para nuestro continente el “descubrimiento de Cristóbal Colón” transformándose en una atractiva comedia llena de vida que fluye en cada acto.