Por María Torrellas
La opera prima de “La Orquesta impuntual” propone humor en medio de la tragedia, con un guión y una dirección logradas de manera colectiva. Puede verse todos los domingos de noviembre en el teatro Calibán.
Un barco en el medio de un turbulento océano, un mundo que se va a pique y entre gestos de desesperación y brotes de ironía (casi contagiosa) buena parte de quienes pudieran ser sobrevivientes del naufragio global, se las arreglan para seguir remando contracorriente. Sus gestos y expresiones corporales lo dicen todo pero además están las palabras, construidas con desparpajo para un texto eficaz que apunta a desenmascarar el individualismo, a exponerlo crudamente y a generar la idea, por sobre toda la avalancha de situaciones vividas, que nadie se salva solo ni sola. Nadie, ni siquiera las sirenas.
Esmerada en la presentación de imágenes, y a su vez recorrida por la poesía propia de los desesperados, de esos que deambulan nostálgicamente entre lo que perdieron hace tiempo y los que no se resignan a que les sigan vendiendo espejitos de colores. Así de clara y atrayente es esta ópera prima de “La Orquesta Impuntual”, a la que, acertadamente, denominan “Concierto para el fin del mundo”.
En el escenario, jóvenes actores y actrices, fogueados en innumerables clases de teatro y presentaciones de varieté para generar el milagro de la autogestión, se mueven con la facilidad que tienen los y las apasionadas. Construyen de a poco un esperpento en el que el humor se combina con la tragedia que nace en las espaldas golpeadas de cada continente, o en la roja sangre que no sólo circula por las venas. Bailan la danza de los y las inconformistas, sin dejar de parodiar lo que en estos tiempos resulta moneda corriente: corrupción, paraísos fiscales, las miserias del poder expuestas en paños menores.
La obra, surgida de un guión y una dirección colectiva intachable, provoca destellos sublimes, valiéndose de una coreografía en que el arte fundamental está en poner el y los cuerpos y que estos se pronuncien en cada guiño de complicidad o signo de destrucción. El “Concierto…” no da ni pide tregua y mucho menos se acaba cuando baja el telón, sino que como ocurre con los productos culturales que trascienden los límites de la “normalidad”, se siguen degustando, discutiendo, criticando, en los pasillos bulliciosos del post-estreno. Integran La Orquesta Impuntual: Agostina Ebbro Conti, Juan Cafferata, Manuel Sosa Fernández, María del Mar Espinosa, Nagore Aznarez, Pablo Calvo y Tomás Medina Saul.
“Concierto para el fin del mundo” se puede ver todos los domingos de noviembre a las 18 hs en el Teatro Calibán (México 1428 PB 5). Reserva tus entradas al: 4384-8163 y 4381-0521