Por Mauricio Polchi.
Durante el año pasado, creció un 57,4% la cantidad de negocios cerrados. En ese contexto, el emblemático bar Los Compañeros bajó sus persianas y doce trabajadoras y trabajadores fueron despedidos.
En el bar Los Compañeros ya no hay aroma de café, ni ruidos de cubiertos, ni mozos que van y vienen con los pedidos de los clientes. Las mesas están como ausentes, no hay nadie en el mostrador y hay unas pocas luces encendidas. Ninguna persona entra, ninguna sale.
“Estimados clientes: les comunicamos que este bar cerró sus puertas; ¡gracias Mauricio Macri!”. Con ese mensaje, escrito en una cartulina naranja y pegado en la esquina de Belgrano y Azopardo, se anunció que el emblemático bodegón Los Compañeros dejaba de existir. A partir de los tarifazos en los servicios, la devaluación y la caída del consumo, se hizo inviable sostener el comercio.
“No hay manera de seguir. Voy a rematar todo y con esa plata voy a pagar las deudas”, contó Graciela, la dueña del histórico bar de San Telmo, durante la mañana del miércoles 9 de enero del año que recién se inicia. “Enseguida No Vuelvo”, fue el título principal que ese mismo día apareció en la portada del diario Página/12. La frase, ilustrada con una persiana baja, estaba acompañada con la siguiente información: “En el último bimestre de 2018 el número de negocios cerrados en CABA saltó un 57,4%”.
“Con la plata que consiga del remate, les voy a pagar a ellos”
Graciela habla y aún no puede creer que el panorama será otro a partir de ahora. El ambiente es desolador y, en ese universo de madera y cristal, solo reina el silencio, que se entrecorta con el relato de Graciela.
“En 2015 pagábamos $2500 la luz y ahora vinieron $100 mil, $40 mil de gas, $25 mil de agua, $80 mil de alquiler. Y todo lo demás”, enumera la mujer, con la voz quebrada y los ojos abarrotados de lágrimas. “La gente ya no entra, no gasta como antes. Ahora vienen cuatro personas y te piden una bebida”, agregó. Esta situación, además, implicó el despido de 12 personas. “Todos quedaron en la calle. Incluso uno de los muchachos con su pareja embarazada. Y ahora no es que salís y hay trabajo en otro lado. No conseguís. Están cerrando todo. Con la plata que consiga del remate, les voy a pagar a ellos”, explicó.
La postal de los locales vacíos es una de las creaciones más perversa de la gestión Cambiemos. Ese fenómeno desastroso, diseñado desde la Casa Rosada, ya se puede ver en las principales avenidas y zonas comerciales de la ciudad de Buenos Aires. Entre noviembre y diciembre de 2018 se detectaron 255 inmuebles locales sin actividad comercial, según un relevamiento efectuado por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios. En las áreas estudias por la CAC, detectaron que se incrementó el número de locales inactivos en venta, alquiler, clausurados o simplemente cerrados. En los dos meses anteriores, septiembre y octubre de 2018, eran 228. Es decir, que hubo una suba del 11,8% en solo 60 días. También las fábricas se achican o cierran como consecuencia la caída el mercado interno y desde que asumió la alianza Cambiemos, el salario real cayó un 17,3 por ciento.
Mientras tanto, otra postal se repite: un puñado de personas cierra una persiana, remata su esfuerzo de años y reparte los pesos que quedan y vuelve a su casa con gusto a derrota.