Francisco Cantamutto

En el contexto de ofensiva neoliberal que se desplegó en los últimos años en Nuestra América, en diciembre de 2015 Mauricio Macri asumió como presidente de la Argentina por la alianza de derecha Cambiemos. Cumplido ya su mandato, realizamos aquí una evaluación preliminar de su política económica en estos cuatro años.

Está claro que cualquiera sea el gobierno que asuma en diciembre de este año, tendrá que lidiar con una deuda gigantesca, y la reestructuración –cuya llave guarda el Fondo- se impondrá por necesidad. La diferencia está en cómo se encare esa negociación.

La semana pasada se expresaron con total claridad las contradicciones y vulnerabilidades de la economía gestionada por Cambiemos. Las políticas de liberalización de la economía con énfasis en las cuentas externas dejan expuesta la economía argentina a los vaivenes internacionales.

El problema de la deuda externa es histórico en la Argentina y ha teñido las discusiones de política económica, sobre todo desde los cambios iniciados durante la última dictadura cívico-militar. La deuda funciona como mecanismo de expoliación del pueblo argentino y los países de la periferia.