FMI

Está claro que cualquiera sea el gobierno que asuma en diciembre de este año, tendrá que lidiar con una deuda gigantesca, y la reestructuración –cuya llave guarda el Fondo- se impondrá por necesidad. La diferencia está en cómo se encare esa negociación.

La semana pasada se expresaron con total claridad las contradicciones y vulnerabilidades de la economía gestionada por Cambiemos. Las políticas de liberalización de la economía con énfasis en las cuentas externas dejan expuesta la economía argentina a los vaivenes internacionales.

El problema de la deuda externa es histórico en la Argentina y ha teñido las discusiones de política económica, sobre todo desde los cambios iniciados durante la última dictadura cívico-militar. La deuda funciona como mecanismo de expoliación del pueblo argentino y los países de la periferia.

La semana pasada, el directorio del FMI se reunió para realizar el informe de situación de la economía argentina, en el marco de la tercera revisión del acuerdo firmado en junio del año pasado. Decidió aprobar la revisión trimestral, confirmando que el tutelaje sobre el ajuste ya es una regla.

El gobierno presentó un informe para la tercera revisión del acuerdo firmado con el FMI en junio del año pasado. Entre otras cosas pidió un “waiver”, el término técnico para pedirle “perdón” al Fondo.