crisis

La semana pasada se expresaron con total claridad las contradicciones y vulnerabilidades de la economía gestionada por Cambiemos. Las políticas de liberalización de la economía con énfasis en las cuentas externas dejan expuesta la economía argentina a los vaivenes internacionales.

El plan anunciado el miércoles de la semana pasada, llamado “alivio” por algunos analistas, es consecuencia directa de otra noticia de esa semana que fue la alta inflación de marzo.

El problema de la deuda externa es histórico en la Argentina y ha teñido las discusiones de política económica, sobre todo desde los cambios iniciados durante la última dictadura cívico-militar. La deuda funciona como mecanismo de expoliación del pueblo argentino y los países de la periferia.

La semana pasada, el directorio del FMI se reunió para realizar el informe de situación de la economía argentina, en el marco de la tercera revisión del acuerdo firmado en junio del año pasado. Decidió aprobar la revisión trimestral, confirmando que el tutelaje sobre el ajuste ya es una regla.

El gobierno presentó un informe para la tercera revisión del acuerdo firmado con el FMI en junio del año pasado. Entre otras cosas pidió un “waiver”, el término técnico para pedirle “perdón” al Fondo.

El gobierno de Cambiemos vuelve a enfrentar una semana fatídica, preso de sus propias contradicciones en materia económica.

El gobierno nos lleva a un colapso de proporciones inimaginables. Incertidumbre, desesperación, y la amenaza de que lo viene no es la prometida luz al final del túnel sino que puede ser aún peor.