Dialogamos con la activista feminista, comunicadora y política de izquierdas, Valentina Olivares Grey, en torno a los desafíos, tensiones y posibilidades que abre el proceso constituyente en Chile
asamblea constituyente
Las mujeres bolivarianas, como Manuela Sáenz, están liberando al pueblo libertador. Rehacen la historia en clave colectiva. Y con ellas, laten nuestros corazones rebeldes. Con quienes han hecho del “chavismo bravío”, no un eslogan de culto patriarcal, sino una apuesta a la libertad, desde abajo, desde las comunas socialistas y feministas.
No debería haber lugar para un pos-chavismo. Para un chavismo de integración que sacrifique sus costados más rebeldes y luminosos. El chavismo ha demostrado ser cauce capaz de abrir nuevos caminos a la socialización. ¿Quién podrá negar –¡justo ahora!– sus aptitudes de crear la víspera de un cielo definitivo?
Venezuela: país petrolero, convertido durante todo el siglo XX en un gran pozo de crudo para exportar a precio de gallina flaca a los centros de poder. País colonia, otrora del imperio español luego del estadounidense y su mayamización de la subjetividad común. País anticomunista, cuya “democracia vitrina” logró ocultar los miles de desaparecidos y asesinados por los gobiernos del “disparen primero averigüen después”.
Para Carlos Aznares, director de Resumen Latinoamericano, la votación a la Constituyente que tendrá lugar en la República Bolivariana de Venezuela este domingo, será un éxito frente al futuro de muerte y horror que plantea la oposición.
Venezuela se convirtió, como nunca, en la capital de la disputa continental. Ahí se librará este domingo otra batalla clave de gran impacto para el futuro de América Latina: la revolución bolivariana buscará fortalecerse con una buena participación en las elecciones para la Asamblea Constituyente y la oposición intentará sabotear los comicios y avanzar por la vía violenta hacia el “asalto final”, siempre en nombre de la libertad y la democracia.