Ayer se reunió la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado para debatir el proyecto de ley que permitiría votar a los jóvenes de 16 años y a los inmigrantes residentes en nuestro país. Las distintas opiniones.
Se trata del proyecto presentado por los senadores Aníbal Fernández y Elena Corregido que deja librado a la voluntad de los adolescentes la posibilidad de votar en las elecciones nacionales y también abre la puerta para que los inmigrantes con más de un año de residencia permanente figuren en el padrón y puedan emitir su voto.
La mayoría propia con la que cuenta el oficialismo en ambas cámaras hace prever la aprobación sin más del proyecto de ley, independientemente de las posturas de los distintos bloques parlamentarios. Este hecho saltó a la luz en el debate de ayer, cuando el senador Fernández admitió tener ya un dictamen redactado desde antes del comienzo del debate, dejando traslucir la inutilidad del intercambio de opiniones de cara a la formulación final del proyecto de ley. De hecho desde que cuenta con una fuerza suficiente para aprobar por sí mismo los proyectos, son pocos los casos en los que el oficialismo modificó sus propuestas originales con el aporte de partidos opositores.
Sin embargo, el presidente de la Comisión dispuso que recién el miércoles que viene se defina la lista de los especialistas y personalidades de la sociedad invitadas a las audiencias previstas para las próximas semanas. Tras esa etapa se emitirá un dictamen mayoritario que llevará al proyecto de ley al recinto y, si es aprobado pasará a la Cámara de Diputados. Con lo cual el oficialismo demuestra no tener un gran apuro para aprobar la ley, que se calcula que podría ser sancionada a mediados de octubre.
Desde la presentación del proyecto se generó un intenso debate público en el que emitieron su opinión desde representantes de los distintos partidos políticos hasta personajes de la televisión como Marcelo Tinelli, quien aseguró que 16 años le parece muy poco para votar. El voto de los inmigrantes residentes no fue cuestionado por nadie, pero sí el de los jóvenes de entre 16 y 18 años. Según Aníbal Fernández se trata de unos 700 mil jóvenes que engrosarían el caudal electoral y “el objetivo es muy simple, ya que en todos los ámbitos hay más que sobradas razones de que se madura un poquito más rápido de lo que se maduraba 70 u 80 años atrás”.
Tras una primera tanda de rechazos a la iniciativa kirchnerista, las declaraciones de los distintos sectores políticos comenzaron a matizarse hasta llegar a apoyar en general la idea pero dudar o cuestionar las intenciones que la motivan. De esta manera, por ejemplo, el bloque de senadores de la Unión Cívica Radical apoyará el voto a los 16 años pero presentará un texto propio con el que buscarán diferenciarse del gobierno nacional. Creen que existen intenciones electoralistas y adivinan la presencia de la re-reelección presidencial en la iniciativa. Algo parecido declararon distintas personalidades del Pro macrista, como la vicejefe de gobierno porteño María Eugenia Vidal o el jefe de gabinete Horacio Rodríguez Larreta. Ambos funcionarios aclararon que dentro del partido aún no habían llegado a una posición orgánica, pero que su opinión personal era favorable a la ampliación de derechos aunque también rechazan cualquier tipo de intención electoralista.
Por otro lado Hugo Moyano también compartió las críticas al proyecto y lo calificó como “oportunista”, mientras que su hijo Facundo, diputado nacional por el Frente para la Victoria y dirigente de la Juventud Sindical, afirmó que votará a favor cuando se trate en Diputados.
En otro sector del espectro político, Jorge Cardelli, diputado nacional de Proyecto Sur, afirmó en Radio Sur que “estamos discutiendo y en principio todos vemos bien que bajen la edad para votar para un mayor protagonismo de los jóvenes, es muy difícil oponerse.” “El problema son los contextos, las intencionalidades”, continuó. El diputado remarcó que junto con esta iniciativa no se entiende por qué aún no se implementa la boleta única que ya rige en Santa Fé y en Brasil, por ejemplo, y que genera una mayor transparencia electoral. “Es muy poco lo que ha hecho este gobierno para cambiar la situación de los jóvenes, la educación, por ejemplo todavía las escuelas secundarias no tienen consejos escolares y los jóvenes no tienen ningún protagonismo en la dirección de sus colegios, en las decisiones curriculares, en fin, no hay ninguna promoción activa de los centros de estudiantes. La promoción y la participación ciudadana de los jóvenes es muy pobre, entonces eso en medio de una idea de re-reelección y de manipulación electoral suena medio contradictorio”, analizó el diputado. En este caso el cuestionamiento se centra en que la ampliación de derechos políticos a la juventud no es una política integral del kirchnerismo. Por otra parte ante la posibilidad de que la ampliación de los derechos políticos conlleve la posibilidad de reducir la edad de imputabilidad penal a los 16 años, Cardelli aseguró que “en algún momento la intención del gobierno y de muchos otros sectores incluso progresistas es bajar la edad de la imputabilidad penal, con lo que sí es un peligro planteado.”
La Iglesia Católica, única institución privada de calibre internacional que controla los contenidos de la educación de buena parte de nuestros hijos, continúa oponiéndose a la actividad política en las escuelas. Ante la posibilidad de ampliar los derechos de los jóvenes sitúa su crítica en la necesidad de fortalecer la educación que está perdiendo calidad por la “infiltración” de agrupaciones como La Cámpora, según declaró a la prensa el arzobispo de La Plata Héctor Aguer. Hebe de Bonafini, la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo afirmó sobre este punto que “tenemos que empezar a formar a los niños desde el jardín de infantes, tenemos que copiarnos de los curas que hacen catecismo”.
El debate sin dudas seguirá abierto, y seguramente sólo se cerrará tras las primeras experiencias electorales.