Más de siete millones de sirios se pronunciaron a favor de la nueva Constitución del país, en un hecho histórico para la nación árabe que en la actualidad es víctima de las presiones de Estados Unidos y Europa y de violentos ataques internos efectuados por grupos armados.
El texto de la Carta Magna fue redactado por una comisión especial designada por el Ejecutivo, luego de una serie de consultas previas convocadas por el presidente Bashar Al Assad de las que participaron diversos sectores de la sociedad, incluidas agrupaciones opositoras que rechazan la violencia.
La Constitución aprobada tiene 14 artículos nuevos y 47 enmiendas, y profundiza una serie de medidas que ya están en funcionamiento, como la legalización de nuevos partidos políticos.
La aprobación del proyecto constitucional tuvo el aval del 89,4%, con un total de 7.490.319 votos, y 753.208 personas (9%) votaron en contra, mientras que las boletas anuladas sumaron 132.920 (1,6%).
La información fue suministrada por el ministro sirio del Interior, Mohammed Shaar, que agregó que participaron en la consulta 8.376.447 millones de personas, lo que equivale al 57,4% del padrón electoral.
Al dar los resultados, el funcionario expresó que el referendo en Siria “se caracterizó por una amplia participación a pesar de que algunas zonas fueron objetos de amenazas e intimidación por parte de los grupos terroristas armados, además de las campañas de desinformación e incitación practicadas por los medios de comunicación” con el objetivo “de impedir que los ciudadanos ejerzan su derecho al voto y profanen el proceso democrático que se llevó a cabo con plena libertad, transparencia y honestidad”.
La nueva Carta Magna establece las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en los próximos meses, limita a dos el número de mandatos consecutivos para el Poder Ejecutivo (con una duración de siete años) e impulsa la descentralización del Estado.
En la iniciativa también se contempla que el sistema estatal esté basado en el pluralismo político. Desde que comenzaron las reformas, en Siria ya fueron habilitados legalmente siete nuevos partidos políticos y se celebraron elecciones regionales en todo el país.
Aunque la consulta se transformó en un hecho histórico para el pueblo sirio, el gobierno estadounidense rechazó los resultados del ejercicio democrático y lo calificó como un acto “absolutamente cínico”.
La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, argumentó que “el propio referendo que han presentado es ridículo, en el sentido de que exige que el Estado apruebe cualquiera de esos grupos patrióticos de oposición. Así que él (Al Asdad) va a elegir a dedo quién puede estar en la oposición y quién no”.
Entrevistado por Radio Nacional de Venezuela, el analista internacional Raimundo Kabchi expresó que la consulta tuvo “una transparente vocación democrática”. El especialista además remarcó que en Siria se está logrando la combinación entre el Gobierno, un ejército cohesionado y un pueblo unido a su presidente. Kabchi destacó que le nueva Carta Magna siria “es de avanzada no sólo para el Medio Oriente”, donde la mayoría de los países “carecen de libertades y de Constitución”, sino que también lo es “frente a los países europeos y a países que tienen una tradición democrática”.
Más presiones contra Siria
Quienes se sumaron a las presiones contra Siria fueron la Unión Europea (UE) y Qatar, monarquía del Golfo Pérsico señalada como una de las principales responsables de la campaña contra el gobierno de Damasco.
El bloque europeo aprobó más sanciones contra el Estado sirio, en este caso el congelamiento parcial de los intereses y transacciones del Banco Central sirio. Además se prohibieron los vuelos de carga procedentes de ese país u operados por aerolíneas nacionales, así como también quedó suspendido el comercio de metales preciosos. A su vez, la UE congeló los activos de siete miembros del gobierno del presidente Al Assad, quienes no podrán ingresar a las naciones miembros del bloque. Estas medidas no son novedosas, ya que previamente Siria ya había sido blanco de sanciones similares por parte del Unión Europea, que afectaron a 108 personas y a 38 entidades de diversos sectores.
Por su parte, el primer ministro de Qatar, Hamed ben Jasem al Thani, se pronunció a favor de entregar armas a la oposición siria, según publicó la agencia AFP. “Deberíamos hacer todo lo necesario para ayudarles (a los opositores), incluido entregarles armas para que puedan defenderse”, declaró el gobernante durante una visita oficial a Noruega.
Estas declaraciones de Al Thani se producen un día después que el diario libanés Al Binaa revelara que el príncipe de Arabia Saudita, Talal Bin Abdul Aziz, afirmó que existe un plan entre Qatar e Israel para dividir al reino saudita y golpear a Siria y Palestina. Según lo publicado por el matutino, el monarca mantuvo una serie de reuniones en Egipto donde expresó a otros dirigentes árabes sus pareceres sobre este tema. Uno de los participantes de uno de estos encuentros señaló a Al Binaa que el príncipe Talal criticó duramente la política de los gobernantes de Qatar, en tanto aliados de Israel para desestabilizar al Medio Oriente.
Al Binaa afirmó que el dirigente saudita manifestó que “Estados Unidos no dejará íntegros los territorios saudíes y han convertido a Qatar en sus garras dentro del cuerpo árabe y del Golfo en particular”. Talal también advirtió que “algunos príncipes de Arabia Saudita que están de acuerdo” con Washington “han pactado alianzas” con los gobernantes qataríes.
Estas declaraciones del príncipe saudita muestran además las diferencias internas en la monarquía de su país, una de las impulsoras de la desestabilización en Siria y aliada incondicional de Estados Unidos.