Estados Unidos reitera su apoyo a la oposición armada siria, mientras Rusia denuncia la injerencia dentro de la nación árabe. El nuevo enviado de la ONU comienza una gira en Egipto sobre la crisis en Damasco.
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, volvió a dejar en claro la postura de la Casa Blanca con respecto a Siria: “Trabajaremos con países que piensen como nosotros para dar apoyo a la oposición siria a fin de acelerar la caída de Assad”, afirmó la funcionaria en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, que se celebra en Rusia.
Con esta nueva declaración, la administración del presidente Barack Obama echa por tierra todos los intentos de solucionar el conflicto sirio a través del diálogo o de negociaciones pacíficas, aunque sostenga que ese es su objetivo. La salida del poder del mandatario Bashar Al Assad es una obsesión de Washington que no hace pie en territorio sirio. En el foro Asia-Pacífico, Clinton también amenazó con actuar de manera unilateral contra el gobierno de Damasco si la próxima resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al respecto no se somete a las directrices de Washington.
Hace al menos tres meses, Estados Unidos reconoció públicamente el envío de dinero a los grupos armados sirios, donde confluyen miembros de Al Qaeda y mercenarios reclutados por las monarquías del Golfo Pérsico. Junto a sus aliados europeos, Washington inyecta sumas millonarias para el despliegue de los grupos irregulares, aunque en ocasiones califique a esos envíos como “ayuda no letal”.
Por su parte, el vicecanciller ruso, Mikhail Bogdanov, expresó que el gobierno de Al Assad se mantiene “sólido” y tiene apoyo de la población. En declaraciones al diario francés Le Figaro, el funcionario reveló que el mandatario sirio prometió a Moscú que se haría a un lado si los sirios elegían a otro líder en las próximas elecciones. Bogdanov indicó que el respaldo de los ciudadanos al gobierno de Damasco “no es motivado por el amor de los sirios a Bashar Al Assad, sino por el temor hacia aquellos que podrían sucederlo”.
Enviado a El Cairo
Mientras tanto, el enviado de la ONU y la Liga Árabe (LA) para Siria, el argelino Lajdar Brahimi, arribó a Egipto para comenzar los trabajos que buscan una solución a la crisis siria. Brahimi, que reemplazó a Kofi Annan, reconoció que su misión es “muy difícil”.
En su primera visita a El Cairo, el enviado se reunió con el Secretario General de la LA, Nabil Al Arabi, y con el Presidente egipcio, Mohamed Mursi. En su estancia en Egipto, Brahimi también se entrevistará con representante de los grupos opositores sirios.
“Soy totalmente consciente de que se trata de una misión muy difícil pero pienso que no tengo derecho a no intentar hacer lo posible para ayudar el pueblo sirio”, expresó el diplomático argelino. Brahimi agregó que en los próximos días viajará a Damasco, donde se reunirá con autoridades y representantes de diferentes sectores de la sociedad.
Coincidiendo con la visita de Brahimi, en El Cairo se celebró la primera reunión del grupo de contacto para Siria integrado por Irán, Arabia Saudita, Turquía y Egipto.
Nuevas revelaciones
En una entrevista realizada por el canal francés BFMTV, el ex general sirio Munaf Tlass, que se desempeñaba como comandante de la Guardia Republicana, reveló que desertó del país con la ayuda de los servicios de inteligencia de Francia.
El ex militar relató que desde el principio de la crisis en la nación árabe, mantuvo contactos con los grupos opositores armados y señaló que “consideraba justas sus reivindicaciones”. Sobre el gobierno de Al Assad, Tlass manifestó que “sentí que el régimen mentía a todo el mundo”.