El subte de Buenos Aires transcurre en estas vacaciones la inusual situación de un cierre de la línea A por recambio de vagones. Enrique Rosito, vocero de la AGTSyP, explicó cuál es el estado de las obras y la posición de los trabajadores del subte ante la inminente suba del boleto.
Los trabajadores del subterráneo no son los únicos que denuncian que no era necesario cerrar la línea A para realizar el cambio de vagones. Legisladores de la ciudad, técnicos de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) y funcionarios de distintos distritos del país se opusieron a la medida que Mauricio Macri tomó cuando se hizo finalmente cargo de la gestión del servicio.
Ya pasó más de un mes desde que la línea A se cerró. Quienes más sintieron esta medida son las miles de personas que día a día hacen extensas colas en la Avenida de Mayo o Rivadavia para utilizar las líneas de colectivo que realizan recorridos paralelos a esa línea. Los micros que el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires dijo que iba a poner a disposición para contener el paso de los usuarios del subte a la calle parecen no ser suficientes. Otro inconveniente que se denuncia es el traslado de parte de los usuarios de la A hacia la línea B que, para ser verano, tiene una cantidad inusual de pasajeros.
Para conocer desde “adentro” cuál es la situación del subte, Enrique Rosito, vocero de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP) comentó a Marcha cuál es la situación de la línea cerrada.
“Lo que nosotros estamos planteando es que por una cuestión muy simple, más allá de los arreglos que se tienen que hacer, no va a haber nada nuevo. No hay obras para hacer, no hay que cambiar la línea aérea, no van a encontrar nuevas escaleras mecánicas, ascensores, no va a encontrar ventilación forzada”. Y agrego que “lo que va encontrar es una mano de pintura en algunas de las estaciones, van a encontrar señalética del color amarillo que impone el gobierno de la ciudad en todos lados. El cambio de trenes es algo que se podría haber hecho en 72 horas como mucho”, explicó Rosito.
“Pintar los andenes se puede hacer sin cerrar la línea, cambiar los tubos de iluminación también se podía hacer sin cerrar la línea. Cientos de miles de usuarios están sufriendo las consecuencias del cierre”, aclaró el vocero de la AGTSyP. Esta situación es la que planteó que la reapertura de la línea pueda anticiparse al 8 de marzo, tal como anunció el PRO.
El vocero sí denunció falencias en el cambio de vagones: “Las pocas obras que hay para hacer, como poner los trenes a circular con los 2000 km de garantía o capacitar a los conductores que van a ser los responsables de transportar cientos de vidas humanas no se hizo todavía. No acomodaron los vagones para que entren bien en las vías, además los manuales vinieron en chino y sin traducir por lo que los choferes no pudieron ser capacitados. Se consiguieron algunas traducciones precarias, pero no son las originales, ni están completas”.
Se viene el aumento
La AGTSyP formará parte de la próxima audiencia pública para determinar si hace falta un aumento del boleto que sostenga el servicio de subtes. En ese sentido también se consultó a Rosito sobre la posición del gremio ante una posible suba, ya anunciada por altos funcionarios del Gobierno de la ciudad. “Uno de los puntos que vamos a reclamar es que cuando se aumentó de $1,10 a $2,50 el año pasado no se hizo una audiencia como dice la ley”, explicó. Este dato no es menor ya que se estaría pagando en este momento una especie de tarifa “ilegal” porque no fue aprobada por la legislatura de Buenos Aires.
En la ley de traspaso del subte, uno de los artículos expresa que se tiene que disponer de una auditoría técnica, legal y de costo para luego proponer en cuestión el valor del boleto en esa audiencia pública. Dicha auditoría aún no comenzó. Ante esto, Rosito manifestó que así como “Macri impone una tarifa de $3,50, otros meses decía $5,50 o $4,50. Es una tarifa caprichosa, y que no responde a ningún análisis técnico, porque no lo hay. La única información que tiene es la que proviene de la empresa Metrovías que es una parte interesadísima en que la tarifa sea lo más alta posible”.
La posición de los trabajadores nucleados en la AGTSyP es que ya que no hay una política de subsidios al transporte en la ciudad, “nosotros creemos que tiene que haber un subsidio al subte porque es un servicio público. En todas las ciudades del mundo se da un subsidio al transporte público”. En ese sentido, destacan el caso de Barcelona o Berlín “donde subsidian el 60% el transporte público”.
Al parecer, el aumento del subte responde más a una política general del Gobierno de la ciudad que a una medida exclusiva para mejorar el servicio. Basta con ver que no sólo aumentó el boleto sino que también lo hizo con el acarreo de automóviles, el peaje, el ABL y la lista sigue.