Por Laura Salomé Canteros @laurasalome
El miércoles de 13 a 14 horas se realizará en todo el país el primer paro nacional de mujeres y a las 17 movilizaciones en cada ciudad convocante. Contra toda forma de violencia y por el derecho a una vida en libertad, #NosotrasParamos, otro grito sintomático pero de profunda interpelación política, económica y sociocultural.
La feminización de la pobreza se consolida como nuevo paradigma y realidad; un concepto que los feminismos utilizan para evidenciar de forma global, sin analizar indicadores particulares, el creciente empobrecimiento material de las mujeres, el empeoramiento de sus condiciones de vida y la vulneración de sus derechos fundamentales.
El desigual reparto de la renta, el casi nulo acceso a la propiedad sobre las tierras, los despidos, la falta de acceso y la precarización de las condiciones laborales, el retroceso sobre derechos adquiridos y la negación de reivindicaciones políticas históricas, tal lógicas del capitalismo heteropatriarcal, no siguen pautas de equidad sino que consolidan y perpetúan la subordinación de las mujeres, y más en épocas de ajustes y represión.
El combate a la pobreza fue lo que denominan los gobiernos democráticos, “promesa de campaña” de Mauricio Macri, el actual presidente de la Nación. Y la concreción de estrategias públicas para prevenir, sancionar y erradicar las violencias machistas, fueron anunciadas como “política de Estado”. A la vez, anónimas, las mujeres asistimos a la farsa Gobierno- CGT- Empresarios en la que el paro fue solo un manoseado recurso discursivo.
Y en el medio el gobierno de Santa Fe reprimió con balas de goma y gases lacrimógenos la marcha más importante de la historia de los ENM, en Rosario. Y Lucía Pérez murió en Mar del Plata producto de las violencias de tres varones empoderados que odian a las mujeres.
Y es por eso que, el primer paro de actividades en gestión macrista no tiene las luces de la cobertura hegemónica ni las declaraciones de los millonarios “representantes de los trabajadores” de la CGT, sino que lo hacemos desde abajo, las mujeres y las feministas organizadas, rabiosas, porque nos deben “nuestra parte en el banquete de la vida”.
Sin nosotras se para el mundo
Hace tiempo resuena en el activismo y las redes el paro de mujeres, el cese de las innumerables actividades que realizamos, como medida de protesta feminista en el mundo, y que conmovió al mundo desde Polonia tras el #BlackMonday, medida organizada hace semanas en reacción al intento del gobierno de ese país de restringir el derecho al aborto.
En su mayoría invisibles y sin remuneración como las tareas de cuidado a otras personas, el trabajo para las mujeres es variable de ajuste político y económico; el capitalismo nos redujo a la servidumbre y el heteropatriarcado a la esclavitud bajo un sistema de maternidad obligatoria. “Juntas decidimos parar: las que tienen un empleo formal y las que no, las cooperativistas, las precarizadas, las que trabajan en tareas de cuidado y no reciben salario, las desocupadas, las estudiantes, las artesanas y artistas, todas”, dice la convocatoria.
“Con la rabia por el femicidio de Lucía en Mar del Plata. Y en el mismo día, el odio de una madre mata a su hija lesbiana, y al día siguiente, dos adolescentes son acuchilladas en La Boca. Con los cuerpos todavía movilizados por el Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario y con la bronca de la represión que sufrimos latente”, afirman las más de 50 organizaciones y sindicatos convocantes desde el evento en Facebook.
Y retoman, “si el desempleo promedio en Argentina es del 9,3 %, para las mujeres es del 10,5 %. El 76% del trabajo doméstico no remunerado lo hacen las mujeres, las tareas de cuidado que asumimos nos exponen a mayor precarización laboral”, y “en los trabajos precarizados la brecha salarial aumenta del 30 al 40 por ciento con respecto a los varones”.
La convocatoria es para el miércoles 19 de octubre, con el siguiente cronograma: de 13 a 14 horas en trabajos, lugares de estudios y hogares, cese de actividades y salir a las calles a hacer ruido; y a las 17, sumarse a las convocatorias en cada ciudad. En CABA, se realizará el corte de la Av. 9 de julio con movilización del Obelisco a la Plaza de Mayo.
La propuesta de quienes organizan incluye vestirse de negro en señal de respeto por las que ya no estan producto de la violencia machista.
Visibilidad del poder y todos los derechos para todas
“Queremos que el aborto sea legal, seguro y gratuito para las mujeres, porque es un derecho decidir sobre nuestros cuerpos sin peligro de enfermedad, muerte, cárcel o condena moral alguna”, afirmó Agustina Vidales Agüero, de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que nuclea la lucha por ese reconocimiento, y que hace casi una década presenta un Proyecto de Ley de despenalización y legalización del aborto que nunca fue debatido por el Congreso de la democracia.
“En materia de violencias machistas, exigimos al Estado mayor presupuesto e implementación de la Ley de Protección Integral”, afirmó Eugenia Lara, de la Campaña contra las Violencias hacia las Mujeres, que visibiliza que el machismo no sólo se expresa en los golpes y femicidios que se cuentan cada 28 horas, sino que las mujeres y otras feminidades son violentadas también de otras formas a prevenir, sancionar y erradicar: psicológica, sexual, económica y simbólica; en sus hogares y trabajos, a través de las instituciones y los medios de comunicación.
Como decíamos, las mujeres, trans, lesbianas y travestis, conscientes de sus opresiones y organizadas reclamando por sus derechos, son el sujeto político más activo de la región. Sus acciones reclaman a los Estados y a los Gobiernos resoluciones de carácter urgente tras una historia de postergaciones, y sus movimientos tienden al cambio sociocultural para erradicar las discriminaciones y asimetrías de poderes ya que son feministas, populares y masivos.
Y por eso, asistiendo a un histórico ritual, las mujeres como parte de los movimientos populares, volverán este miércoles a salir a las calles, donde se conquistan derechos y se defienden libertades.
Y quienes participamos de igual forma que los varones en los trabajos, en los hogares y las asambleas, y en las discusiones en estructuras sindicales (aunque seamos discriminadas y estemos sub-representadas), también saldremos a contagiar los reclamos en forma de lucha inclaudicable, de grito de muchedumbre llena de reivindicaciones, y de revolución que no tiene límites ni fronteras.