Por Lucía Ostrower, Edgar Juncker y Francisco Longa. Cerrando La Zona Norte: la derecha por arriba; resistencias por abajo, barrios en Tigre y San Fernando y las inundaciones producidas por el elevamiento de terrenos para la construcción de barrios privados.
Cuando ya no queden humedales
Tanto el municipio de Tigre como el de San Fernando comparten una particularidad que los hace únicos en el conurbano bonaerense: la presencia del Delta del rio Paraná. El delta ocupa cerca de 17.000 Km2 y es considerado el 2do en importancia en Sudamérica.
Según la Wetlands International, que trabaja por la defensa de los humedales en todo el mundo, el delta del Paraná “forma parte de una red de humedales emplazados a lo largo de las cuencas de los ríos Paraná y Paraguay. Se caracteriza por una alta biodiversidad y a su vez brinda importantes beneficios –bienes y servicios eco sistémicos– a las comunidades locales y a las poblaciones vecinas”.
Como afirma el Espacio Intercuencas, foro de defensa de los humedales y las costas, “la transformación de los humedales mediante los rellenos de tierras (elevación del suelo) por sobre la cota de la marea máxima, y su reconversión para emprendimientos inmobiliarios privados con lagunas interiores artificiales, o traslado de barrios, etc. anulan la capacidad del humedal como regulador hidrológico, alteran el funcionamiento natural de la cuenca, impiden el escurrimiento de aguas superficiales y la recarga de acuíferos, la depuración de las aguas aceleran la velocidad de la escorrentía en los cauces, modificando la hidrología natural”.
Como vimos anteriormente, la especulación inmobiliaria y financiera, junto a la complicidad y falta de control estatales, ha sido punta en San Fernando y Tigre, especialmente en este último. Anteriormente repasamos cómo se inició este avance sobre los humedales durante el largo mandato de Ubieto, para acrecentarse con la llegada de Massa a la intendencia, proliferando los barrios privados y convirtiendo al Delta en el nuevo epicentro de este tipo de construcciones, con megaemprendimientos como Nordelta, Colony Park o Punta Querandí, para citar algunos.
La mayor consecuencia ambiental de estas obras, las cuales, en su gran mayoría no han presentado ni se les ha exigido estudios de impacto ambiental, son las inundaciones en barrios lindantes a estos monstruos, que de por si tiene una mala circulación del agua, ya que no poseen cloacas en su gran mayoría. La necesidad ante esta problemática y la falta de respuestas del municipio, llevaron a los vecinos a organizarse y tomar una serie de medidas y acciones, como en Las Tunas, uno de los barrios más afectados (cercado por Nordelta y La Comarca), donde se armó una asamblea de vecinos inundados, que luego confluyó con vecinos de otros barrios afectados como Rincón de Milberg, Delfino, Ricardo Rojas, Pacheco, los Troncos, entre otros. En una de las última inundaciones, vecinos de Las Tunas rompieron el paredón que los separa de La Comarca, y anteriormente hubo cortes de ruta y otras medidas de fuerza buscando ser escuchados ante una situación desesperante. Si bien lograron que las autoridades limpiaran el arroyo Las Tunas como medida paliativa, las obras en infraestructura necesarias para solucionar este problema no han sido hechas.
Para conocer más profundamente la difícil situación que atraviesan los vecinos, Marcha entrevistó a Margarita, integrante de la Asamblea de Vecinos Inundados.
-¿A partir de qué conflicto se empezó a armar la asamblea de vecinos inundados de tigre?
En realidad la asamblea empezó a confeccionarse, que no era asamblea, sino que era un grupo de vecinos autoconvocados, después de la primer inundación del 6 de diciembre de 2012, lo que derivó que esa pequeña organización de vecinos conformáramos la asamblea durante el 2013, que fueron bastantes inundaciones seguidas.
-¿Y nuclea a vecinos de todo Tigre?
Primero surge en el barrio Las Tunas y después de una movilización que hicimos con gente de la isla y agrupaciones, fuimos al centro del municipio de Tigre. Ahí se acercaron los vecinos y vecinas de otros barrios y decidimos, en una asamblea muy grande, abrir una más para todos los barrios que tengan la problemática de las inundaciones en Tigre, pero surgió en Las Tunas.
-¿Las inundaciones empezaron en ese año? ¿Hubo algo que hizo que los barrios se empezaran a inundar?
Yo tengo 35 años y vivo desde que nací acá, en el barrio, y teníamos inundaciones pero tenían que ver con la sudestada, la crecida del río. De hecho, antes del 2012 la ultima inundación grande había sido en el año 85. Es un barrio que no tiene todas las calles asfaltadas, no tiene cloacas, entonces cada vez que llueve encontrás en las esquinas un poco de agua, pero uno lo termina naturalizando por la forma en que está todo el barrio. Pero esto empezó a crecer, las inundaciones, por las construcciones de barrios privados que tenemos alrededor, que construyeron en una cota más alta del nivel de inundación y eso hizo que quedáramos en un pozo. Desde el 2012 a mayo del 2013 fueron cuatro inundaciones en seis meses, una cosa insólita, y fue lo que hizo también a la gente salir y reclamar, cortar la Ruta 9 y marchar al municipio, porque sabíamos que no era algo de la naturaleza sino que tiene que ver con las construcciones alrededor y por la obra que no se realizó, que se debería haber hecho. Se supone que había un convenio entre el municipio y la provincia y no se respetó, entonces no se hizo. Y ahí pagamos las consecuencias todos los vecinos.
-¿De qué trata la obra que se tiene que hacer?
Es una obra que se debería hacer acá en lo que es el fondo del barrio Las Tunas. Como la construcción de barrios privados afectó a la cota de inundación, es una obra para disminuir el caudal de agua que viene de Malvinas, porque Malvinas Argentinas sí tiene la obra que había que hacer. Específicamente no sé cuestiones técnicas pero sé que es una continuidad a lo que se hizo en Malvinas, para que el agua que viene de allí no quede estancada acá sino que haya una obra que haga que el agua salga para el río. Lo que sucede es que acá no se ha hecho. Y los paliativos que hace el municipio no son muy eficientes porque son paliativos que no mejoran, si bien la otra vez asistimos a una inundación y una vecina que vive al lado del paredón nos decía `no, pero ahora corre con más fluidez` sabemos que Nordelta también tiene sus compuertas, y si Nordelta baja sus compuertas, el agua no sale, por más que hagan obra o no hagan obra, porque tiene que haber una intimidación para que elimine las compuertas, pero para eso no sé que tenemos que hacer.
-¿Y las respuestas que tuvieron del municipio cuales fueron?
Tirarle la responsabilidad a provincia de no haber cumplido con el convenio, y que la obra es muy costosa como para realizarla sólo el municipio. Ellos destacan que están haciendo paliativos, pero reconocen que lo que hacen no es la solución definitiva, aunque después le echan la culpa a otro y no toman la iniciativa ni tienen la decisión política de resolver la problemática.
-Y cuando ustedes movilizaron, ¿los atendieron?
Si, de hecho nos hacían pasar, pasamos una persona o dos por barrio y después seguimos teniendo contacto con el municipio pero te reciben por recibirte, porque soluciones concretas no hay. Nosotros estuvimos en noviembre del año pasado en una reunión, donde mas o menos marcamos qué había que hacer en cada espacio, cosa que no nos corresponde a nosotros porque no nos pagan para eso, pero bueno, en Rincón me acuerdo que los vecinos dijeron `en la calle Guemes hay que hacer esto`, fueron diciendo y pasaron tres meses y no lo hicieron. La última reunión que tuvimos se presentaron nuevos funcionarios a cargo, los que estaban antes fueron todos trasladados a otro lugar, a otras oficinas de la secretaría y lo que dicen ellos es que hace un mes que están y que no podemos exigirle a ellos, entonces nosotros les decimos: pero vos, tomás un cargo, como mínimo tenés que leer qué está pasando en esta secretaría.
-¿Hay alguna otra problemática que tenga que ver con lo ambiental en Tigre?
Si, en general las construcciones de los barrios privados afectan mucho, pero yo puedo hablar específicamente de lo que es en Las Tunas que tenemos papeleras y otras industrias que tiran todo en el arroyo. Vos pasas por el arroyo y un día está de color rojo, al otro día está de color verde, va cambiando de color según la porquería que arrojen ahí. Tenemos el frigorífico también, un montón de cosas. Hay gente que vive hace mucho tiempo en el barrio y te dice `nosotros veníamos a nadar en el arroyo`, pescaban. Bueno, nosotros no tenemos la misma suerte, porque se instalaron estas industrias hace 50, 60 años atrás, mi mamá hace 47 años que vive acá y ya estaban las industrias, que fue también un poco la razón de que viniera mucha población después
-¿A trabajar ahí?
Claro, fue como fuente de trabajo, tanto la Ford, la Volskwagen, Terrabusi. La gente que migraba desde las provincias venían buscando trabajo, esa es la realidad, entonces se instalaban en lugares donde tenían esas fuentes de trabajo.
-¿El municipio regula el tema de la contaminación de las industrias? ¿Hay algún espacio de vecinos que esté reclamando eso?
Mirá, desconozco específicamente, nosotros hemos hecho un trabajo como Bachillerato Raíces, hemos reclamado, pero ellos dicen que está en regla. Pero, que el arroyo esté un día de un color, otro de otro, de algún lado viene el agua, parece un camaleón. Hay complicidad entre ellos y después sé de una asamblea en Torcuato que está luchando para trasladar el CEAMSE. También en el barrio La Paloma había un terreno baldío donde iba toda la mugre y era como un depósito, y hay vecinos autoconvocados.